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México, el antídoto contra los aranceles

Fuentes: El tábano economista

China ha hecho un buen trabajo leyendo la incapacidad productiva de Estados Unidos

En los últimos años, los acontecimientos geopolíticos han complicado significativamente el comercio internacional, al punto de que la globalización, tal como la hemos conocido durante décadas, ha dejado de ser una fórmula funcional para muchas empresas globales y sus proveedores. La pandemia, las guerras, las tensiones comerciales y, en particular, las políticas proteccionistas impulsadas por figuras como Donald Trump han potenciado estos contratiempos, dando paso a un nuevo orden económico marcado por el proteccionismo y la relocalización de las cadenas de suministro.

Uno de los principales fenómenos derivados de esta tendencia ha sido el nearshoring, un proceso mediante el cual las empresas reubican sus operaciones productivas en países cercanos a sus mercados finales para reducir riesgos logísticos, costos de transporte y, en algunos casos, evitar aranceles. En este contexto, México ha emergido como uno de los grandes beneficiarios de este fenómeno, posicionándose como un destino clave para la inversión extranjera directa (IED) y el comercio internacional.

El ascenso de Asia como centro de manufactura global, especialmente China, comenzó a enfrentar obstáculos significativos en los últimos años debido a que las cadenas de suministro buscaron comprimir su exposición en Asia, reduciendo físicamente la distancia entre las fuentes geográficas de fabricación y los mercados distantes, lo que resultó en un proceso de reubicación. Como resultado, muchas empresas decidieron acercar sus centros de producción a mercados estratégicos como Estados Unidos, dando lugar al nearshoring.

México, gracias a su proximidad geográfica y al acceso preferencial a los mercados de Estados Unidos y Canadá a través del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), ha sido uno de los principales beneficiarios de esta tendencia. Además, su abundante mano de obra, los bajos costos de producción y su red de acuerdos comerciales con más de 40 países lo convierten en un destino ideal para empresas que buscan reducir su exposición a riesgos globales.

El T-MEC ha jugado un papel crucial en este proceso. Las reglas del tratado permiten que los productos fabricados en México, incluso si utilizan componentes importados de Asia, puedan ser clasificados como “Hechos en México” y beneficiarse de aranceles preferenciales al ingresar a Estados Unidos. Esta cláusula ha permitido a muchas empresas —particularmente chinas— sortear los altos aranceles impuestos por Washington a las importaciones provenientes directamente del gigante asiático.

Las empresas chinas, que han enfrentado tarifas elevadas para exportar sus productos directamente a Estados Unidos, han encontrado en México una solución estratégica. Si los productos chinos llegan a México y se ensamblan o transforman antes de ser exportados a Estados Unidos, califican para los beneficios arancelarios del T-MEC. Esto ha llevado a un aumento significativo en el comercio entre China y México.

Entre enero y agosto de 2024, el comercio bilateral entre ambos países creció un 22% en comparación con el mismo periodo del año anterior, mientras que en 2023 había registrado un incremento del 33%. Esta tendencia refleja cómo las empresas chinas están utilizando a México como una plataforma para mantener su acceso al mercado estadounidense a pesar de las restricciones comerciales.

Por segundo año consecutivo, México se posiciona como el mayor proveedor de mercancías a Estados Unidos, superando a Canadá y a China. En noviembre de 2024, México representó el 15.9% del comercio total de Estados Unidos, mientras que Canadá y China alcanzaron el 14.3% y el 10.9%, respectivamente.

La estabilidad económica y los acuerdos comerciales de México han convertido al país en un imán para la inversión extranjera directa. Tradicionalmente, México ha atraído alrededor del 25% de la IED en América Latina, y esta tendencia se ha fortalecido gracias al auge del nearshoring.

Uno de los sectores que más ha recibido inversiones es el manufacturero, especialmente la industria automotriz. Las maquiladoras mexicanas —plantas que producen principalmente para la exportación— juegan un papel clave en las cadenas de suministro de empresas como General Motors, Ford, Honda, Hyundai, Kia, Toyota, Mercedes-Benz y Nissan. De hecho, nueve de cada diez vehículos fabricados en México se exportan a mercados extranjeros, siendo Estados Unidos el principal destino.

Los flujos de inversión china hacia México han crecido exponencialmente en la última década. En 2011, la inversión china en México era de apenas 38 millones de dólares, pero para 2022 ya alcanzaba los 1.200 millones de dólares. Esta tendencia se explica en gran medida por las restricciones arancelarias impuestas por Estados Unidos a las importaciones chinas, lo que ha llevado a muchas empresas a buscar alternativas más rentables para mantener su presencia en el mercado estadounidense.

Según el Instituto Peterson de Economía Internacional, aproximadamente el 66% de las importaciones estadounidenses desde China siguen sujetas a aranceles, lo que equivale a 335.000 millones de dólares en bienes. Además, las políticas industriales del presidente Joe Biden, como la Ley de reducción de la inflación, han incentivado a las empresas a establecer operaciones en América del Norte para acceder a beneficios fiscales.

Los vehículos eléctricos fabricados en México, por ejemplo, califican para un crédito fiscal de 7.500 dólares para los consumidores estadounidenses, lo que ha impulsado aún más la producción en territorio mexicano.

Sin embargo, no todo ha sido favorable. La creciente relación comercial entre China y México ha generado preocupación en algunos sectores políticos de Estados Unidos. Recientemente, los senadores Tom Cotton y Sherrod Brown propusieron una legislación para restablecer un arancel del 25% a las importaciones de acero mexicano, mientras que el senador Josh Hawley introdujo un proyecto de ley para imponer aranceles de hasta el 100% a los vehículos eléctricos fabricados en México por empresas chinas.

A pesar de estos desafíos, todo indica que el nearshoring seguirá siendo una tendencia dominante en los próximos años, y México continuará consolidándose como un actor clave en las cadenas de suministro globales.

México se ha convertido en el gran beneficiario de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China. Su ubicación estratégica, acuerdos comerciales y capacidad manufacturera lo posicionan como un destino atractivo para las empresas que buscan minimizar riesgos y maximizar beneficios en el contexto de un mundo cada vez más proteccionista.

Este juego recién comienza, pero todo apunta a que México seguirá desempeñando un papel fundamental en el comercio internacional en los años por venir.

Fuente: https://eltabanoeconomista.wordpress.com/2025/01/12/mexico-el-antidoto-contra-los-aranceles/