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Reseña de Faustino Cordón: el biólogo insumiso (El Garaje ediciones, 2024), de Elvira de Miguel y Elena Cordón

Faustino Cordón, el biólogo insumiso

Fuentes: Mundo Obrero [Imagen: Faustino Cordón en el Instituto de Biología Aplicada (Madrid) en el año 1976. Créditos: tomada de www.faustinocordon.org]

¿Por qué no tuvo el reconocimiento que hubiera debido una vez pasada la dictadura? Quizá, porque su definición de ser vivo no cabe en el hegemónico pensamiento neoliberal de que cada cual se salva solo.


Así se llama, Faustino Cordón, el biólogo insumiso, el libro de Ediciones El Garaje que se presentó en la Semana de la Ciencia precisamente en la Residencia de Estudiantes, un sitio que no le era ajeno a nuestro protagonista. Escrito a dos manos entre Elvira de Miguel y Elena Cordón, hija del biólogo, en esta obra se hace un repaso a la figura de Faustino Cordón más allá del brillante científico y que desde esta columna recomendamos vivamente.

¿Quién fue Faustino Cordón y por qué es una figura mucho menos reconocida de lo que debería?

Entre otras cosas, y para empezar, fue una de las personas claves en España en el estudio sobre los seres vivos. Cordón, lejos de aceptar la ciencia vigente en cada momento como algo casi inamovible, entendía que siempre estaba en construcción y, por ello, no dejaba de cuestionarse qué es un ser vivo, cómo un ser vivo surge de seres vivos del nivel inmediatamente inferior y cuántos niveles de ser vivo hay. ¡Casi nada!

Faustino Cordón nació en Madrid, en 1909 y allí vivió y se formó como el brillante biólogo que conocemos. Ingresó en la Residencia de Estudiantes con 15 años para estudiar aquello que lo haría famoso y que para su familia de farmacéuticos era evidente: ciencias. Sin embargo, hay que señalar que tuvo sus veleidades con el arte, lo que le llevó incluso a conocer a Picasso en una estancia en París.

La Residencia de Estudiantes y su método de aprendizaje innovador y democrático basado en la ciencia le marcó, como a muchos otros. Cordón era crítico y lo cuestionaba todo.

Brillante científico y militante del PCE, se comprometió profundamente con la República. Su carrera en la enseñanza quedó truncada y tuvo que desarrollar toda su carrera científica en laboratorios privados

Nuestro brillante científico empezó su carrera en el ámbito de la ciencia como farmacéutico, después de licenciarse en 1933 en la Universidad Complutense de Madrid. Unas fechas complejas ya que la guerra le pilló preparando oposiciones a la Cátedra de Química Orgánica. ¿Y qué pasó después? Que como, además de brillante científico, Cordón era miembro del Partido Comunista y una persona profundamente comprometida con la República y con los valores comunistas, su carrera en la enseñanza quedó truncada: el Franquismo trabajó fuertemente para condenarlo al ostracismo.

De hecho, Cordón había estado muy implicado en todo el periodo, llegando a ser jefe de armamento del V Regimiento y condenado, por ello, a dos años de cárcel en Alicante.

Podría haber sido un Premio Nobel por el descubrimiento de unas proteínas capaces de multiplicar sus estructuras si el régimen de Franco no le hubiera condenado al ostracismo

Este ostracismo al que el régimen de Franco le sometió le llevó a desarrollar toda su carrera científica en laboratorios privados, empezando en los laboratorios Zeltia, donde alcanzó una buena preparación gracias a las enseñanzas del Dr. Calvet, al que Cordón tenía en muy alta consideración. Posteriormente paso a otros espacios como el Instituto de Biología y Sueroterapia (IBYS) especializado en sueros y vacunas y a partir de ahí, a estudiar en gran profundidad los procesos de inmunidad. Y si no hubiera sido ignorado tanto en España como en EE.UU., a donde envío su descubrimiento de unas proteínas capaces de multiplicar sus estructuras, podríamos estar hablando de un Premio Nobel por este descubrimiento 50 años antes de que lo fuera realmente (Prusiner, por su estudio de los priones).

Además de este hecho, lo interesante de estos estudios y su experimentación en Inmunología es que le llevaron a un ámbito científico que, a priori, podríamos considerar bastante alejado: Cordón es reconocido por ser un eminente biólogo evolucionista.

Vamos a explicarlo: Cordón empieza, a la luz de sus propias investigaciones, a tener una actitud bastante crítica con la ciencia vigente en aquel momento. Considera, por decirlo de una manera sencilla, que se basa en exceso en los procesos químicos sin entender los procesos biológicos que subyacen. Es decir, que no podemos explicar los seres vivos conociendo únicamente sus moléculas. Y a partir de esa asunción, empieza un ingente trabajo en biología para entender, como decíamos al principio, qué es un ser vivo, cómo surge de otros seres vivos y cuántos niveles de ser vivo hay.

La obra de Faustino Cordón es imposible de resumir en un artículo de unos pocos miles de caracteres, así que lo primero que recomiendo es que visiten la página web donde podrán encontrar su obra y degustarla con placer: https://faustinocordon.org/

Además de traducir a alguno de los imprescindibles (aún hoy) en el estudio académico de la evolución como son Dobzhansky o Mayr, Cordón tiene una prolífica obra en matera de origen y evolución de la vida. Recoge su teoría, tremendamente resumida ya me perdonarán, sobre los tres niveles de integración, a saber: proteínas globulares, células y animales y que cada ser vivo es resultado de la acción conjunta de los seres vivos del nivel inferior que conforma su soma.

Es Tratado de Biología Evolucionista donde recoge y sistematiza su investigación en tres grandes partes que se corresponden a los tres niveles de integración que señalábamos antes; aunque la última parte quedó sin finalizar, no faltan textos que nos indiquen por dónde iban los tiros y que permiten conocer sus planteamientos respecto al último nivel, los seres vivos.

Cordón estudió mucho y bien a Darwin. Y de la enorme compilación de resultados experimentales, su amor por la ciencia que le hacía cuestionarse todo y la necesidad de dar sentido a lo que observaba, nace la que para mí es una de las definiciones más hermosas de ser vivo: “como un agente que realiza acciones sobre su ambiente y nota los efectos útiles o perjudiciales de ellas para corregirlas en su propio provecho, esto es, como una unidad capaz de acción y experiencia”.

Los seres vivos como algo más que un conjunto de reacciones químicas aisladas unas de otras, como seres que no pueden vivir ni evolucionar sin contar con todo lo que le rodea y que su mera existencia cambia el entorno a otros seres vivos.

¿Por qué Faustino Cordón no tuvo el reconocimiento que hubiera debido una vez pasada la dictadura? Quizá por su firme convicción de que la ciencia “oficial” no tenía por qué ser la única. Quizá por su irredento compromiso con la paz, que le llevó a implicarse activamente en el referéndum contra la OTAN. Quizá por ser hasta el final un comprometido intelectual de izquierdas. O, quizá, porque su definición de ser vivo no cabe en el hegemónico pensamiento neoliberal de que cada cual se salva solo.

Fuente: https://mundoobrero.es/2025/02/25/faustino-cordon-el-biologo-insumiso/