Aquí lo que pasa es que Trump nos ha traspasado la Guerra Fría para dedicarse a la Guerra Comercial, que es la que le interesa. Él se alía con los rusos para hacerle frente a los chinos mientras nos desactiva como competencia con aranceles y amenazas fantasmas
La idea del rearme de Europa es pura propaganda bélica llena de falacias que no resisten el menor análisis y que la izquierda no puede comprar. Esto es Trump haciendo negocios. No lo oculta. Pero es burdo. Por un lado, nos dice que no se quiere gastar más dinero sino menos en la defensa de Europa y nos obliga a los europeos a poner lo que él no ponga con el argumento de que Rusia es una gran amenaza para la OTAN. Por otro lado, hace migas con Putin con quien le unen intereses comerciales e ideológicos, con lo cual Rusia no es más sino menos amenaza para la OTAN, al menos mientras Estados Unidos siga siendo el jefe de la Alianza. Pero los líderes de la Unión Europea sobreactúan para intentar marcar territorio después de que Trump les dejara fuera de las negociaciones de Ucrania y caen en su trampa: anuncian una inversión de 800 mil millones. No sabemos ni de dónde sale la cifra pero impresiona. Están sacando pecho después de que Trump les humillara.
¿Quién te va a vender las armas? ¡Bingo! Estados Unidos que es quien tiene la industria más poderosa a la que más le compramos: en torno al 60%. Nos dicen que puede ser la industria europea, pero a día de hoy no está preparada para hacerse cargo de semejante tajada, porque la OTAN dice que no solo hay que gastar más, también más rápido. Trump ha hecho el negocio del siglo. Recorta el gasto y aumenta los ingresos. Make America Great Again. La magia de MAGA gracias a los pardillos de la UE que se han tragado el truco. Para hacerlo más creíble nos cuentan que Rusia podría seguir avanzando por Europa para saciar las ansias imperialistas de Putin. En tres años, no ha podido con una Ucrania a la que ni le hemos enviado tropas, pero va a meterse con la OTAN y la UE después de una guerra que le ha debilitado militar, económica y políticamente. No lo veo, oiga.
No lo veo metiéndose en una guerra europea contra la OTAN de su amigo Donald después del desgaste de Ucrania y de conseguir un buen pedazo gracias a su colega. A Putin le interesa Ucrania como parte de la Gran Rusia que quiere reconstruir, pero no le interesa una guerra con una UE a la que ya desestabiliza por otros medios más sibilinos. Por supuesto que Europa debe tener una defensa disuasoria, pero es que Europa ya la tiene, ya se gasta una millonada en armas. Mucho más que Rusia: 280 mil millones frente a 110 mil millones. Solo Francia y Alemania se gastan 42 mil millones más. Aquí lo que pasa es que Trump nos ha traspasado la Guerra Fría para dedicarse a la Guerra Comercial, que es la que le interesa. Él se alía con los rusos para hacerle frente a los chinos mientras nos desactiva como competencia con aranceles y amenazas fantasmas.
Tampoco lo oculta, es transparente: “La UE se hizo para joder a los EE.UU”. Así que va a joder a la UE. Nos genera una tensión con Rusia gracias a la cual nos vende no solo armas sino gas y otras materias primas, como las tierras raras de Ucrania, que ahora va a controlar, mientras nosotros nos volcamos en el gasto militar, en lugar de invertir en energías limpias, inteligencia artificial o telecomunicaciones, que es lo que necesita nuestra economía para ser competitiva. Si queremos defender nuestras democracias, donde hay que invertir más es en lo que las está destruyendo, que es donde invierten Trump, Musk, Putin y toda la internacional reaccionaria: en información, en comunicación, en inteligencia y en IA. A lo mejor no hace falta gastar mucho más, sino gastar mucho mejor. La guerra que hay que librar es la cibernética y la informativa, la comercial y tecnológica. Pero siempre es más fácil sumarse al coro y a la corriente que proclaman que hay que armarse hasta los dientes. Los golpes en el pecho siempre son más ruidosos que las razones.
Si queremos defender las democracias, debemos fortalecerlas: fortalecer el Estado del Bienestar, no el Estado de guerra. Más gasto militar significa más militarización de las fronteras, menos gasto social y más desigualdad y conflictividad, todo lo que favorece a la extrema derecha belicista y el conflicto bélico, todo lo que perjudica a la izquierda y a la clase trabajadora. Curiosamente, para comprar armas no hay el techo de gasto que había para rescatar a las personas. No hemos aprendido nada del nacimiento del nazismo y el fascismo. No hemos aprendido tampoco nada de la invasión de Ucrania: a Putin hay que disuadirle, pero no amenazarle, porque cuando se siente amenazado es cuando ataca y esto parece una amenaza, como cuando le colocaron los cañones antiaéreos en las fronteras. EE.UU., eterno enemigo de Rusia, puede hacer piña con ella, pero en Europa ni nos planteamos tender puentes, aunque dependemos energéticamente de los rusos y tenemos muchos lazos comerciales con ellos. ¿Queremos tener una defensa fuerte para hacer frente a los fascistas? Tengamos una defensa propia, organicemos nuestra defensa y salgamos de la OTAN, porque sinceramente el mayor peligro es Trump que tiene toda Europa infestada con sus tropas. Pero las Fuerzas de Defensa Europeas no están, sin embargo, en los planes de la UE. El plan es bailar al son que marca el niño del tambor de guerra.
Fuente: https://www.eldiario.es/carnecruda/lo-llevamos-crudo/desmontando-propaganda-belica_132_12140762.html