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Leer "Desapariciones" de José Baroja

Ausencia, lenguaje y grietas

Fuentes: Rebelión

“DESAPARICIONES” del chileno-mexicano José Baroja es un cuento breve que parte de una situación aparentemente cotidiana: Javiera es una periodista nueva en la ciudad, algo cautelosa frente a su trabajo, frente a lo que escribe. El cuento, con ese tono íntimo y moderado, va insinuando una fisura —una presencia ausente, una herida que no cierra del todo— en medio de lo cotidiano. 

Ese quiebre sutil del relato es justo el eco necesario para hablar del drama de las desapariciones en México: no como cifra fría, sino como rotura del tejido social, de la memoria, del lenguaje mismo. En México, las desapariciones no son un fenómeno ajeno: más de 128,000 personas desaparecidas y no localizadas la última década, muchas de ellas en condiciones de desaparición forzada, según Amnistía Internacional. 

El silencio como lenguaje y el lenguaje como búsqueda

Baroja juega con el silencio y con lo que no se dice. Todo relato sobre desaparición tiene espacios vacíos, lagunas donde el narrador —y el lector— deben rellenar lo que falta. En México, esos vacíos no son literarios: son espacios donde el Estado no para, donde el dolor de las familias queda sin palabra.

Las autoridades han tratado de hacer frente al problema mediante “cruces masivos de datos”: cruzar registros de servicios forenses, panteones, actas de nacimiento, credenciales, ingresos a instituciones de salud, etc. 

Este procedimiento es vital: permite identificar indicios —coincidencias— que podrían apuntar al paradero de personas desaparecidas. Hasta ahora se han obtenido decenas de miles de indicios derivados de esos cruces. 

Pero aquí está el nudo: un indicio no es una certeza, y las fiscalías muchas veces no actúan conforme a esos hallazgos. El proceso de validación puede estancarse. Esa demora o ese silencio institucional es el complemento —la sombra— de lo que el cuento de Baroja sugiere: que la ausencia no se puede justificar solamente por lo que no sabemos, sino por lo que no se quiere decir.

Cuerpos con nombre, cuerpos sin reclamo

Uno de los datos atroces que surgen de los registros oficiales es que hay más de 52,000 cuerpos sin identificar en México. 

Muchas de esas personas tuvieron nombre, identidad; sin embargo, quedaron sepultadas —literal o simbólicamente— en anonimato. 

Este fenómeno encarna uno de los ejes más crueles de la desaparición: no basta con “encontrar un cuerpo”, hay que devolverle un nombre, una memoria, una dignidad. El cuento de Baroja también interroga la identidad en ausencia: ¿quién es el ausente cuando nadie lo reclama? ¿En qué forma persiste?

En algunos casos, gracias al módulo de fosas comunes, se han identificado más de 800 coincidencias entre restos no identificados y personas desaparecidas. 

Pero solo en unos pocos casos estos hallazgos se han traducido en restitución real a familias. Es decir, el circuito entre datos, hallazgos y justicia sigue roto.

La paradoja del registro invisibilizado

El cuento sugiere que lo que no está dicho puede ser más poderoso que lo explícito. En México, un gran problema estructural es que muchas desapariciones no se registran correctamente en los sistemas oficiales (RNPDNO, registros estatales), lo cual impide que esos casos entren en el mecanismo de cruce de datos. 

De hecho, Connectas ha denunciado que el Estado mexicano excluyó de registros nacionales a más de 6,000 desaparecidos, lo que crea una invisibilidad oficial que repite el olvido. 

Así, muchas familias quedan presas de un doble silencio: el de la ausencia del ser querido y el del Estado que no reconoció esa ausencia. Baroja, con su prosa ligera, me parece convocar esa doble ausencia: lo que no está, lo que no se dice, lo que no se escucha.

Migrantes, desaparición masiva, visibilidad y olvido

Una dimensión adicional es la desaparición de personas migrantes. En México, por rutas terrestres y marítimas, migrantes que cruzan el país desaparecen en tránsito, muchas veces sin que sus casos sean visibilizados en las estadísticas nacionales de desapariciones. 

Por ejemplo, el caso de 40 migrantes que desaparecieron el 21 de diciembre de 2024 en Chiapas/Oaxaca ha ilustrado cómo un grupo completo se volatiliza en el limbo institucional: sus familias denuncian, exigen, pero no obtienen acciones concretas. 

Ese episodio revela que las desapariciones no son solo locales, no solo un asunto interno: involucran rutas, fronteras, redes criminales y complicidades. El silencio oficial, otra vez, es parte de la tragedia.

Literatura como testimonio, memoria como resistencia

¿Por qué vincular un cuento con estadísticas desgarradoras? Porque la literatura —y particularmente los relatos de ausencia— permite habitar ese espacio emocional que los números no expresan. En talleres y en colectivas de familias buscadoras, muchas mujeres han escrito sus propias narrativas de desaparición, resignificando el dolor, haciendo de la palabra un acto de resistencia. 

Baroja, en Desapariciones, no da una clave explícita de justicia, no propone una solución política, pero nos hace ver la fisura en el tejido: la desaparición no puede reconocerse meramente como hecho aislado, sino como grieta en el lenguaje, en la memoria, en el Estado.

Conclusión: lo que puede hacerse

Termino con una reflexión puntual: mientras el cuento cierra con su propia sombra, en la realidad mexicana esa sombra se alarga todos los días. Pero hay pasos posibles:

-Fortalecer el cruce efectivo de datos entre todas las dependencias públicas (registros civiles, servicios forenses, hospitales, penales); derribar los muros institucionales que impiden la interoperabilidad.

-Garantizar que todo caso que se denuncie esté registrado en el Registro Nacional de Personas Desaparecidas (RNPDNO) para ingresar a los sistemas de cruce; evitar exclusiones administrativas.

-Dar seguimiento judicial de los indicios derivados de cruces y que las fiscalías actúen conforme a esos hallazgos.

-Acompañar y reconocer el trabajo de las familias buscadoras y colectivos: su palabra, su narrar, sus memorias son también formas de justicia simbólica.

-Integrar la desaparición de personas migrantes como parte del cómputo nacional de desapariciones con políticas específicas y cooperación internacional.

Puedes leer Desapariciones de José Baroja en la revista Interpretextos (Universidad de Colima), pues fue publicado en su número 4, volumen 2, 2025.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.