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La traición a la patria está en el ADN del bolsonarismo

Fuentes: Rebelión [Imagen: El canciller alemán, Friedrich Merz, mientras se dirige a los asistentes de la COP30 el 7 de noviembre de 2025. Créditos: Kay Nietfeld/dpa/picture alliance]

En este artículo el servilismo de los bolsonaristas a los Estados Unidos y su agresión contra los pueblos de Nuestra América.


Las recientes ofensas contra el pueblo brasileño pronunciadas por el Primer Ministro alemán, Friedrich Merz, inmediatamente después de su regreso de la COP-30 en Belém, tuvieron repercusiones diferenciadas en nuestro país.

Si, por un lado, la inmensa mayoría de nuestro pueblo se sintió indignada con las ultrajantes palabras del mayor sirviente de Estados Unidos en Alemania, la extrema derecha bolsonarista se regocijó con las mismas.

¿Cómo entender la existencia de brasileños que se identifican con una actitud tan deplorable y llena de prejuicios racistas, como la exhibida por el supremacista germano?

Lamentablemente, la aquiescencia con esta injuria a nuestra nación es solo un detalle menor del real instinto entreguista que caracteriza al bolsonarismo. En realidad, la sumisión a los poderes y culturas de los centros capitalistas hegemónicos va mucho más allá de este episodio que involucra al Canciller alemán.

Los bolsonaristas son todos, repito para que no haya malentendidos, absolutamente todos, sin excepción, adeptos de la idea de que nuestro país está compuesto por gente de categoría inferior, que, por ello, necesita y debe ser siempre tutelada por quienes tienen más inteligencia, juicio y capacidad, como, por ejemplo, los Estados Unidos.

El entreguismo bolsonarista coloca siempre en primer lugar aquello que es considerado prioritario por quienes gobiernan los Estados Unidos. Por eso, la línea política del bolsonarismo se traza desde los centros estadounidenses y no desde nuestras propias especificidades.

Teniendo esto en mente, podremos comprender las razones que impulsan a los bolsonaristas a admitir, y desear, incluso una agresión armada directa de fuerzas militares extranjeras en nuestro país. Esto ocurre porque coinciden con las pretensiones de la gran potencia norteamericana en este momento, que van por este camino.

Así, como el gobierno de Donald Trump estableció el pretexto de la lucha contra los cárteles de narcotráfico como su estrategia principal para justificar su intervención en los países latinoamericanos, sus subordinados tupiniquins [N. ed.: término que se utiliza para referirse a lo propiamente ‘brasileño’; tiene su origen en el nombre de un grupo indígena originario de Brasil] se pusieron inmediatamente en acción para incluir a Brasil como su objetivo potencial.

Entonces, al mismo tiempo que varios de los líderes bolsonaristas se establecieron en Estados Unidos para, desde allí, coordinar con las autoridades extranjeras acciones y medidas que pudieran desestabilizar a Brasil, tanto en la economía como en la política, en el interior de nuestro país, los bolsonaristas comenzaron a actuar para generar condiciones que justificaran la intrusión militar extranjera en nuestro territorio.

Así, aunque todas las pruebas muestran que la columna vertebral del narcotráfico y del crimen organizado en general está apoyada por grandes instituciones financieras (casi todas propiedad de partidarios del bolsonarismo), las fuerzas bolsonaristas están implicadas en la campaña que pretende oficializar la inclusión de bandas narcotraficantes en la lista de organizaciones terroristas.

Evidentemente, el verdadero propósito en aprobar esta catalogación nada tiene que ver con un interés real de combatir los factores que hacen factible el narcotráfico. Ninguna de las grandes corporaciones financieras (casi todas propiedad de simpatizantes del bolsonarismo) que financian las operaciones de narcotráfico se vería afectada por esta medida. Pero, en cualquier caso, las puertas estarían abiertas para que los Estados Unidos lanzaran ataques armados contra nuestro país, siempre y cuando lo consideren apropiado.

Para crear un clima político favorable a la aprobación del proyecto de ley que busca legitimar la intromisión estadounidense en Brasil, el gobierno bolsonarista de Río de Janeiro llevó a cabo una masacre de enormes proporciones en regiones de la periferia pobre de la capital del estado. En los asesinatos masivos derivados de esa operación, se pudieron contar más de 130 muertes. Empero, ninguna de ellas de miembros de las altas esferas de las bandas criminales, ninguna de integrantes de las milicias que, con la connivencia policial, hacen la vida imposible a los pobladores periféricos, y otras tantas sin pruebas reales de que estuvieran implicadas con el crimen organizado.

Sin embargo, se puede decir que los objetivos de los bolsonaristas se cumplieron plenamente, puesto que lo que se pretendía era pintar un cuadro que trajera de nuevo a la superficie el tema de la represión policial a la criminalidad como una de las principales preocupaciones para la población.

No obstante, lejos de representar un verdadero deseo de erradicar el narcotráfico de nuestro país, lo más probable es que la operación estuviera destinada a generar los requisitos previos para que los Estados Unidos recibieran carta blanca para inmiscuirse en Brasil.

Por lo que hemos visto arriba, y por varias otras razones no mencionadas, se pone más que evidente que la simpatía expresada por los bolsonaristas a los insultos del jefe de gobierno de Alemania a nuestro pueblo no es una mera excepción a la regla, ya que el ADN del servilismo pro-imperialista forma parte de la esencia del bolsonarismo.

Traducido del portugués para Rebelión por el propio autor. Fue publicado originalmente en los siguientes medios:

– https://www.brasil247.com/blog/traicao-a-patria-esta-no-dna-do-bolsonarismo

– https://altamiroborges.blogspot.com/2025/11/traicao-patria-esta-no-dna-do.html

– https://desacato.info/traicao-a-patria-esta-no-dna-do-bolsonarismo/

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.