(A Tomás y a las personas que hemos compartido la lectura del segundo libro de «El Capital» en el marco del CICP)
Introducción y contexto
Cuando alguien termina la lectura del libro I de El Capital, se le plantea la cuestión de iniciar la lectura del libro II.
Éste, cuyo título es El proceso de circulación del capital, es el gran olvidado. A su carácter provisional (son apuntes ordenados por Federico Engels), se une que parece técnico (contabilidad de empresas, cuentas nacionales). Aquí, sin embargo, reivindicaremos su carácter político.
Así que nuestra pregunta inicial nos remite a “por qué leer el libro II”, y qué relación guarda con el libro I. Por ello, quizás convenga empezar por éste.
El libro I de El Capital y la producción
¿Por qué Marx investiga la producción capitalista? Tras analizar la mercancía y determinar el valor como el trabajo abstracto socialmente necesario realizado de manera privada e independiente, se enfrenta a la circulación del capital en su forma general (D-M-D’, donde D es dinero, M mercancía y D’ es dinero aumentado) o valor que se valoriza. El plusvalor, la diferencia entre D’ y D, ya está ahí, pero no se explica. Para ello, nuestro autor tendrá que abandonar la esfera de la circulación y adentrarse en la “morada oculta” de la producción.
Porque el plusvalor es valor y éste se genera en la producción. Marx examinará el proceso de producción y descubrirá el secreto del plusvalor: la fuerza de trabajo genera (valor añadido) más valor de lo que cuesta (salario), o sea es explotada.
A partir de ahí, nuestro autor, mirará las diferentes formas de aumentar el plusvalor (absoluta y relativa), la medida de la explotación (tasa de plusvalor), hasta llegar a la producción de capital a través del plusvalor (acumulación). Se detendrá ahí descubriendo la ley general de la acumulación de capital que explica la polarización de la riqueza capitalista, la formación del ejército laboral de reserva (desempleo) y el destino histórico del capitalismo: ser superado a través de la acción revolucionaria de la clase obrera.
Podría pensarse que ya está todo dicho. Sin embargo, la realidad desborda el marco del libro I. En mi opinión, faltan elementos para comprender el movimiento real del capital, algunos serán objeto de estudio en el libro II.
Y es que el conocimiento dialéctico consiste en reproducir idealmente la necesidad del movimiento real del capital. No se trata de idear un modelo más o menos ajustado a los datos observados, como hace la teoría, sino de seguir el curso del capital en la realidad.
De la producción a la circulación o la relación entre el libro I y el II
El capital en la producción señala la necesidad de la circulación, entendida como unidad de la producción y el cambio, y con ello fundamenta la conexión formal de los libros I y II de El Capital.
Por un lado, el resultado de la producción es una mercancía que ha de venderse (cambio) para realizar su valor y, con él, convertir el plusvalor en dinero. Este reflujo del dinero permite al capitalista reiniciar el ciclo. Por otro lado, la continuidad de la producción (reproducción), requiere la compra (cambio) de medios de producción y fuerza de trabajo.
La circulación del capital no es un capricho de los capitalistas, o sus élites, tampoco una etapa prescindible a discreción, aún en pro de otros objetivos (economía productiva, empleo de calidad, pongamos por caso), dentro del modo de producción capitalista. La circulación del capital es la forma concreta necesaria de la producción del capital.
Dicho de manera abrupta: el capital no termina en la fábrica, sino que prolonga su existencia en el super, el banco, el seguro, en los proveedores y en el mercado laboral, e incluso apunta a ámbitos menos empresariales como la familia o el estado. La unidad de la producción, el consumo y el cambio, la circulación del capital, es el movimiento real del capital.
Algunos asuntos pendientes del libro I
El libro I deja abiertos problemas que no resuelve, algunos ligados a la circulación de la que se abstrae.
Allí el capital siempre encuentra medios de producción y fuerza de trabajo, también mercados para la venta de sus productos, carece del problema de la financiación, del aprovisionamiento, de la logística, etcétera. Cuestiones en primer plano en el libro II.
Otras son más generales, menciono dos, que no debería perder de vista un atento lector. La primera es que el libro I nos presenta al capital en dos formas contradictorias: como masa de valor indiferenciado (dinero) que busca valorizarse y como masa de valor diferenciada en capital constante y capital variable. Esta contradicción volverá a aparecer en el libro II encontrando una vía para su desarrollo.
Otro punto importante es la relación entre el capital individual y el capital social (conjunto de capitales individuales), y la disputa por la condición de sujeto, ambivalencia que apareció en el libro I y resurge en el libro II con nuevos elementos.
¿De qué va el Libro II?
El objeto de estudio es el movimiento del capital en la circulación. La producción no desaparece, pero ya ha sido investigada, así que el foco se pone en los elementos nuevos: cambio (compra y venta), el ahorro, la financiación, incluso el consumo y, sobre todo, el movimiento en su conjunto.
El capital aparece en sus distintas formas (dineraria, productiva y mercantil), mutando de unas a otras (metamorfosis) en un orden determinado (ciclo del capital) que se reitera (rotación). Para garantizar la continuidad de la producción (maximizar el plusvalor) se desembolsa (capital adelantado) según los tiempos de circulación y de producción.
Finalmente, Marx analiza la circulación del producto social. Esto implica su producción, su cambio y su consumo. Por su valor de uso, el producto social se divide en medios de producción y medios de vida, elaborados por los sectores productores respectivos. A la vez, el valor de la producción de cada sector integra el capital mercantil que se descompone en capital constante, capital variable y plusvalor. Sobre esta base se construyen los esquemas de reproducción social, que representan la circulación del producto social (y del plusproducto) para establecer las condiciones intersectoriales de la unidad del metabolismo social, la circulación del capital total.
Así, Marx investiga las determinaciones del obrero en la circulación; no solo como estricto productor, sino como realizador del trabajo de la circulación y proporciona el marco para entenderlo como comprador, ahorrador, inversor y consumidor (productor de fuerza de trabajo). El libro II es el lugar par discutir las luchas, no solo laborales, también consumeristas, antifinancistas, ecologistas, o feministas, entre otras.
Por qué leer el libro II
Llegados a este punto, la pregunta de por qué leer el libro II encuentra una respuesta más clara.
No es solo que permite comprender fenómenos empresariales como la liquidez, los cobros y pagos, los inventarios, los cuellos logísticos, o por qué una empresa rentable puede quebrar por problemas de caja; o cómo funcionan cadenas de valor, el just in time, amortización acelerada o finanzas. Todo ello en relación directa con el libro II.
Es, también, que nos permite ver, tras cada movimiento de un capital individual (un despido o una huelga), el movimiento del capital en su rama (competencia), en la economía nacional (política gubernamental) y mundial (geopolítica).
Permitiendo así, el libro II, una comprensión más política de la circulación del capital que parte de un conocimiento aún más concreto de la relación social general objetivada que rige las sociedades modernas, el capital. Así, profundizamos en el conocimiento de la clase obrera como el sujeto social que porta la capacidad para superar el capitalismo.
Por tanto, de manera más individual, tomamos conciencia de nuestras capacidades y límites como miembros de este sujeto, portanto como portadores concretos de su determinación histórica. Lo que nos sitúa ante nuestra propia acción política y sus determinaciones.
Recopilación y cierre
Con mayor o menor acierto, hemos recorrido el camino desde el valor hasta el capital en la circulación, pasando por el capital en la producción. En esta reproducción ideal del movimiento real del capital vemos que el capital en la producción se afirma a través de su propia negación, afirmándose como capital en la circulación.
El libro II es la continuación, profundización y concreción del libro I: lo asume, lo incorpora, y lo tasciende. Si el libro I nos muestra cómo se produce el valor (y el plusvalor), el libro II nos explica cómo circula por toda la sociedad, sin excluir ningun ámbito, por particular que sea.
Éste nos pone de frente la omnipresencia del capital en la sociedad actual: comercio, producción, finanzas, consumo, familia, estado. El capital, una particular forma histórica del metabolismo social, rige la sociedad; por tanto, nos rige en cuanto individuos sociales. El capital es el todo de la sociedad.
El mayor proyecto por comprender eso (la obra de Marx) no está concluido y continua pendiente. El libro II de El Capital es una parte imprescindible, y aún espera. Nuestra propuesta es doble: una lectura más política del libro II y avanzar en su terminación.
Una expresión de cuán cerca estamos de la superación del capitalismo es la capacidad para elaborar la conciencia que lo habilite; las condiciones sociales, que tornarán necesario el socialismo, dependen menos de cada uno de nosotros, que nutrir ese conocimiento dialéctico imprescindible para este salto mortal de la humanidad.
Pedro Andrés González Ruiz, autor del blog Criticonomia
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