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A James Petras le hace falta un poco de Zapatismo

Fuentes: Rebelión

Crítica complementaria a su lectura de «los procesos actuales en América Latina»

Hace unos días, recibimos con agrado, un acercamiento critico de nuestro compañero Petras a los procesos de los «gobiernos de centro-izquierda», que se autodenominan del «Socialismo del siglo XXI» [2] . Sin dejar de estar agradecidos por su lucidez y honradez intelectual, nos atrevemos a realizar un «crítica complementaria» a su visión, que buscará dar luz desde los márgenes de la historia, desde abajo y a la izquierda.

Petras nos presenta realidades estructurales de los 3 países que se alinean en esta corriente histórica (Bolivia, Ecuador y Venezuela). Además de realizar una comparación con los procesos del Socialismo del siglo pasado, James realiza una crítica a sus políticas, poniendo en tela de juicio su carácter «socialista». Sin querer polemizar con su mirada estructural, me bastará decir que el autor descuida llamativamente los procesos populares que impulsan el devenir histórico de nuestro continente. No se trata de ser «romántico» en cuanto al poder popular, sino de no ser irresponsable ante la realidad que este continente nos revela en esta hora histórica. Con esto diremos, que la sola crítica a los procesos actuales, desde lo estructural, no sólo se queda corta, sino que desconoce a los verdaderos motores de las más profundas alternativas socialistas: el pueblo organizado.

Y es por esto que a Petras, «le hace falta un poco de Zapatismo» para poder mirar en los procesos la vida y las dinámicas que crecen como la hierba: desde la tierra, con fuertes raíces, buscando «cielo» para todos y todas. Esto nos lo enseña el zapatismo. [3]

No se trata de perder la vista estructural, sino de leer eso mismo, desde abajo. Esto nos hace descubrir que la vida se va pariendo por mujeres y hombres de carne y hueso (claramente Petras descuida adrede la construcción del nuevo ser humano del que tanto nos hablaron el Che y tantos otros) [4] . Y que sólo desde allí, cualquier política «pública» puede generar realmente una transición a algo parecido a «un Socialismo del Siglo XXI».

Tomando las criticas de Petras a las políticas empleadas en Bolivia, Ecuador y Venezuela, intentaré simplemente demostrar cómo esta mirada «desde arriba», descuida factores reales, que son dueños de un verdadero dinamismo revolucionario y en muchos casos, socialista.

Ecuador y la construcción de una nueva clase de jóvenes y jóvenas políticos:

Interesado en el cuestionamiento (real y valioso) de las políticas de Correa, Petras deja completamente de lado el proceso profundo y de base, que en Ecuador está dando a luz a la formación política de muchos hombres y mujeres, despertando así de una larga  apatía e indiferencia que caracterizó al «desastre neoliberal» de la década de los 90 en América del Sur.

En gran cantidad de municipios, se ven espacios de reflexión que buscan construir la «nueva ciudadanía», intentando crear nuevos códigos políticos, nuevas miradas integrales sobre el monstruo que nos toca enfrentar en esta «Cuarta guerra mundial»: el capitalismo en su versión neoliberal.

Vale volver a hacer una aclaración: no estoy desestimando la critica estructural de Petras [5], ni creando argumentos en su contra, sino que intento compartir que la fuerza histórica de un nuevo modelo, «viene desde el pie», en el despertar de los pobres de nuestra América herida, y supera por mucho, los «planes o políticas» del político de turno (sea mas o menos de izquierda, propicie más o menos la organización popular) [6]

Bolivia, mucho más que «coca y circo»:

Me resulta llamativamente duro e inapropiado que Petras llama «políticas simbólicas» a muchas de las reivindicaciones que Morales hace a los Pueblos de la Tierra de su país. No hace falta decir que si Petras cargara con los años de opresión de estos pueblos (no simbólicos sino bien reales y soportados por estos hombres y mujeres bajitos y de tez morena), no se atrevería a hablar tan ligeramente de políticas simbólicas [7] . El dolor ancestral y la sabiduría de la tierra son faro en Bolivia en la construcción de una nueva alternativa más humana (mucho más que anti-capitalista, debido a las dinámicas milenarias de la Bolivia andina) [8]

Rescatar el hecho de «ponerse de pie» de estos pueblos, de ser nombrados, de enorgullecerse de sus raíces de la tierra, de recuperar su dignidad, supera por mucho una política oficial, que puede buscar la vieja dinámica del «pan y circo».

Con todo, no quiero parecer un romántico, pero la fuerza histórica de los movimientos sociales (entendida en el más amplio sentido como la organización popular de base) se abre horizonte mas allá de lo que los de arriba (sea Morales, Correa o Uribe) sueñan y predican.

Esta lectura, que nos regala la ideología zapatista, sólo busca enriquecer el gran aporte que Petras hace a estos procesos actuales. No basta su ultimo párrafo (en el que presenta estos gobiernos como «dique de contención» de las políticas imperialistas de EEUU) para mirar con esperanza nuestra actualidad. Hace falta cambiar la óptica, mirar de abajo (también estructuralmente) y ver la flor del escándalo que va naciendo entre gritos de dolor, que anuncia UN MUNDO TOLTALMENTE DIFERENTE.

Creo firmemente en la exigencia histórica de una «revolución existencial», que esté centrada en el camino hacia abajo (esto que algunos en la base, llaman «kenosis»), para marchar al ritmo de los ríos de sangre de nuestros mártires. Allí, en la tierra, es donde fluye esta sangre fecunda, que nos nace a la vida, y sólo desde aquí, se pueden ir generando verdaderas dinámicas de socialización de la historia y los bienes, de la necesidad y los recursos, de la vida y de la muerte.

Quiero terminar con las palabras que nos regala el sureste insurgente y rabiosamente tierno de México. Cuando a los zapatistas les preguntan por las políticas de los gobiernos «populares» de América Latina, ellos responden: «A NOSOTROS NOS IMPORTA LO QUE VA POR DEBAJO»



[1] Hablaremos genéricamente de Zapatismo, para referirnos a los hombres, mujeres, niños, niñas y ancianos que forman el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), y que llevan 25 años de vida en Chiapas.

[2] Petras, James «El socialismo del Siglo XXI en su contexto histórico». 21 de Noviembre de 2009, Rebelión.http://www.rebelion.org/noticia.php?id=93610

[3] Vale decir que la critica hecha a este movimiento en cuanto a su «pérdida de poder», esta centrada en no haber capitalizado en las urnas su buena cotización político-electoral (toda la «izquierda bien portada» critica esto). Aquí, vale leer la refutación del EZLN en palabras del Sub Comandante Marcos, en «el segundo viento en los calendarios y geografías de abajo», en el 1° Festival de la Digna Rabia , 6 de Enero de 2009, CIDECI.

[4] El aporte de la Teología de la Liberación en esta línea, resulta considerable y digna de ser tenido en cuenta (ver por ejemplo, Gustavo Gutierrez o Ignacio Ellacuría).

[5] No estoy desestimando la teoría de Petras de la Cuarta Oleada Neoliberal en estos procesos. Es más, si sólo nos fiamos por las políticas estatales, estoy muy cercano al autor.

[6] Vale como ejemplo claro de esta situación lo que esta sucediendo en Honduras, donde «la resistencia» ha ido mucho más lejos que el propio Zelaya (el retiro de la UD de las mesas de dialogo es un signo de esto). Mientras él negocia una restitución, ellos aprovechan la coyuntura para generar unidad en el movimiento social y pelear por verdaderas conquistas comunitarias.

[7] Aquí el aporte de John Holloway, en cuanto a la idea del «Grito», como el potencial de negatividad que cada ser humano carga, toma una fuerza increíble en estos pueblos. En «cambiar el mundo sin tomar el poder», 2002.

[8] Basta con pasar por los Andes bolivianos, y en la ausencia de grandes tiendas y la presencia en las calles, entender que el capitalismo, nunca «caló hondo» en esas culturas. Por esto la alternativa es «contra y mas allá del capital», gracias Holloway.

Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.