La prohibición electoral del ex presidente Lula parece ser una realidad ineludible. Este desenlace sólo no se confirmaría en un escenario a estas alturas improbable, de reversión de la farsa judicial que había sido diseñada por la operación Lava Jato para retirar a Lula de la elección. Incluso prohibiendo su participacion electoral, el plan de […]
Incluso prohibiendo su participacion electoral, el plan de la oligarquía golpista de dar continuidad al golpe vía legitimación electoral, sigue sin viabilidad. Estas son algunas de las razones:
1] el absoluto fracaso de todas las candidaturas de derecha -las probadas o aún en prueba en los sondeos electorales- que perderían las elecciones ante Lula en primera vuelta y perderían también frente a una eventual candidatura de Lula;
2] la creciente conciencia del pueblo pobre y de la clase media trabajadora sobre el tinglado montado para perseguir a Lula e impedir su regreso a la presidencia de Brasil;
3] la percepción cada vez más difundida en las capas populares acerca de las motivaciones reales del golpe y la asociación del mismo con los retrocesos sociales, el desempleo, la pérdida de derechos y el empeoramiento de la calidad de vida;
4] la comparación entre la realidad dramática y depresiva del país en el corto período de vigencia del golpe, y los años de desarrollo, progreso social y felicidad vividos durante los gobiernos del PT, sobre todo en el período de la administración de Lula.
La prohibición de la candidatura electoral de Lula, principalmente si está precedida por su eventual prisión, aumentará su audiencia y su influencia en la elección de las capas populares.
En vista de esta realidad, el expresidente Fernando Henrique Cardoso, la Red Globo, la derecha y el gran capital se mueven con desesperación para salvar el golpe. El movimiento para viabilizar la candidatura del animador de la Globo, Luciano Huck, es parte de este intento desesperado que también fracasará.
La cuestión que se plantea, ante la incapacidad de la oligarquía golpista en concretar una salida electoral/institucional, es saber cuál será su comportamiento. El menú a disposición es diversificado e incluye un amplio espectro de opciones: la cancelación de las elecciones, la proscripción del PT, la prohibición de un candidato apoyado por Lula, la casación de la fórmula presidencial [después de] elegida y la aprobación del parlamentarismo.
De una cosa no se puede dudar. La oligarquía hará lo imposible para asegurar la continuidad del golpe, incluso al costo de la profundización autoritaria de la dictadura y de nuevas rupturas del Estado de Derecho y de las reglas constitucionales.