Pasea por Nueva York salvando las almas que viven sumidas en el pecado del consumo desenfrenado del que esta ciudad es su epicentro infernal. Para ello, enfundado en su traje de padre evangelista, se dirige a la población en un espectáculo constante de entrega a la causa contra el consumismo y la economía capitalista globalizada […]
Pasea por Nueva York salvando las almas que viven sumidas en el pecado del consumo desenfrenado del que esta ciudad es su epicentro infernal. Para ello, enfundado en su traje de padre evangelista, se dirige a la población en un espectáculo constante de entrega a la causa contra el consumismo y la economía capitalista globalizada con un verbo encendido. Afirma ser un enviado de Dios en la Tierra, pero está claro que sus acciones son el terror de las iglesias del capital, esas que compiten hoy con los valores de los centros religiosos de la antigüedad, alienando a multitudes de fieles fundamentalistas que ven en la acumulación material la salvación, el prestigio social, el crédito…y también el débito…dependiendo de la forma de pago. Reverendo Billy es el nombre de este héroe contemporáneo que ha dedicado su vida a actuar contras los diabólicos planes de las más grandes multinacionales.
Billy Talen es el actor detrás del personaje. Decidió a finales de los 90 comenzar sus acciones y enfrentarse a los demonios que asolaban la vida neoyorkina, que vio cómo se transformaba el centro de la ciudad en el campo de operaciones de los grandes monstruos corporativos del sistema capitalista. Sus primeras acciones se centraron en Times Square y la invasión publicitaria que esta plaza desarrolló, así como el impulso desorbitado al consumismo sin fin. Esta dedicación le llevó a Talen a desarrollar nuevas estrategias en sus acciones hasta configurar un grupo de «creyentes» a su alrededor con el que poco a poco creció hasta convertirse en lo que hoy se conoce como The Church of Stop Shopping (La Iglesia de Dejar de Comprar). Con ellos ha desarrollado todo tipo de actos «religiosos», que les han llevado desde exorcisar cajas registradoras y tarjetas de crédito hasta establecer puntos de confesión o invadir centros comerciales.
Pero quizás lo más conocido de ellos sea el coro 34 miembros y 8 músicos que ha grabado dos discos y recorrido no sólo la geografía estadounidense, sino buena parte de este endiablado planeta que consumimos y nos consume. Uno de estos recorridos, el que les llevó desde Nueva York hasta Disneyland en California, donde su líder fue detenido por la actuación que hizo temblar los cimientos de la utopía de Mickey Mouse, es el motivo central de la película «What Would Jesus Buy?» («¿Qué Compraría Jesús?») de Rob VanAlkemade y producida por Morgan Spurlock. El documental es casi una «road movie» que sigue las acciones de este grupo de devotos activistas cruzando de Este a Oeste las tierras del Tío Sam, las mismas que un día unificaron a Dios y el dólar en sus billetes impresos con el mensaje «En Dios Confiamos» («In God We Trust»).
A lo largo de su recorrido convivimos de cerca con los miembros del grupo, sus motivaciones y su modo de vida, su compromiso activo con la causa divina que persiguen y su incansable trabajo y dedicación para no tener que esperar a después de muertos a vivir en paz y armonía. Su objetivo es celebrar la Navidad en Disneyland para así poder enfrentarse a los demonios que han transformado esta celebración cristiana en la culminación del consumismo y la explosión del capital, para combatir así lo que ellos llaman el «Shopocalypse» (mezcla del inglés «to shop» (comprar) y «apocalyse» (apocalipsis)). En este viaje en autobús, con accidente incluido que demuestra las diabólicas maniobras que el Rey de las Tinieblas puede preparar para los mensajeros de la luz y la esperanza, el Reverendo Billy y sus fieles muestran un catálogo de actividades que al mismo tiempo sirven para la diversión y la reflexión, mostrando sus irónicos mensajes navideños tanto en grandes almacenes como puerta a puerta en las casas que salen a su paso entre la nieve y el hielo del frío invierno.
Con motivo del pasado festival Lens Politica 2008, tanto Billy Talen, Savitri D (directora y mánager del coro) y Rob VanAlkemade (director de la película) visitaron el festival con enorme éxito, hasta el punto de estar constantemente en los medios finlandeses e incluyendo una multitudinaria acción en uno de los más grandes centros comerciales de Helsinki. Aquella visita, que agotó las entradas de todas las proyecciones que se hizo de la película, marcó también el inicio de la nueva aventura que emprende el Reverendo Billy: su candidatura a la alcaldía de la ciudad de Nueva York.
Billy Talen, incansable en su misión, ha hecho la propuesta más ingeniosa y seguramente la más razonable para unas elecciones municipales contra los gigantes demócrata y republicano. Como gran provocador inspirado por el sarcasmo de míticos cómicos sociales como Lenny Bruce, el Reverendo Billy hace del humor, la crítica y la acción sus armas electorales recorriendo la ciudad con actividades que le acercan directamente al público, la misma ciudadanía objetivo de las corporaciones que desarrollan sus demoníacas actividades en connivencia con la élite política.
En el pasado su trabajo ha hecho despertar cierta conciencia social sobre problemas que afectan a las comunidades locales y al trabajo de las grandes multinacionales, y ha conseguido que algunas de éstas se retracten de determinadas políticas. En uno de los casos más conocidos se consiguió que Starbucks acabase reconociendo las marcas de café etíope gracias a la intervención de diversos agentes, pero con la muy notable presión pública que la iglesia del Reverendo Billy hizo en las mismas puertas y dentro de las sucursales de Starbucks que se extienden como un virus por todas las calles de Nueva York. La constante presión sobre estas empresas le ha llevado a diversas detenciones, lo que ha hecho que su actividades tenga aún más eco saliendo casi siempre victorioso.
Las probabilidades de que acabe siendo el alcalde de la capital del Imperio son ínfimas, por decirlo de una manera elegante. El presupuesto de su campaña y su capacidad de maniobra le convierten en el bufón de la campaña, el mismo que se reiría del rey sin que éste se enterase… Sin embargo, este mismo dato nos puede llevar a ilustrar de manera excepcional las contradicciones que subyacen entre la democracia y el sistema que habitamos, teniendo en cuenta que las diferencias entre el modelo estadounidense y el europeo cada día son menores. Dominado por élites políticas controladas por la inversión y los intereses corporativos, con candidatos más vinculados a la empresa privada (habitualmente financiados por esta…¿a quién se deben?), el espacio para la crítica y el cambio de un sistema que satisface sobre todo a las clases poderosas cada día está más lejos del centro político institucional y se concentra en las fuerza de asociación social, en la acción local y en la presión directa sobre el poder dominante. Este gran acontecimiento se ha acentuado desde los años 90 y es fiel reflejo de una izquierda que, en la periferia del poder, aspira más a ejercer de elemento de contrapeso ético que a verdaderamente tomar el poder como medio para mayores objetivos políticos. Esto a veces se transforma en extraña connivencia con las instituciones, como es el caso en el que ciertas organizaciones realizan el trabajo que debería hacer el Estado, abandonado a la suerte que deparen los mercados. Otras veces, se consigue que la presión modifique verdaderamente políticas y comportamientos de dudosa factura moral. Pero indudablemente deja dudas sobre las ambigüedades de un sistema que se autodenomina democrático, pero en el que las distintas opciones no hacen la carrera partiendo desde el mismo punto en la línea de salida.
El Reverendo Billy refleja esto en Nueva York, donde su acción toma ahora forma electoral coincidiendo con el tiempo en el que en España se ha hecho todo lo posible para no permitir la participación del gran dramaturgo Alfonso Sastre en unas elecciones, usando los mismos argumentos «democráticos» que durante años mantiene a una parte de la población excluida de sus derechos políticos y que en otro tiempo encarceló a Bertrand Russell o Rosa Luxemburgo en otras latitudes, sospechosos todos ellos de pensar de manera diferente. Veremos en noviembre cuál es el alcance de la apuesta de Billy Talen. Mientras tanto, podríamos recurrir a la retórica que el Reverendo lleva dentro para preguntarnos cuando miremos a la maquinaria electoral de los grandes partidos…¿a quién de éstos votaría Jesús?
Para más información sobre la película «What Would Jesus Buy?»: http://wwjbmovie.com/
Para más información sobre «Reverend Billy and the Church of Stop Shopping» y sus actividades: http://www.revbilly.com/