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A un año, la crisis goza de buena salud

Fuentes: IPS Noticias

La crisis financiera desatada hace un año por el estallido de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos continúa sacudiendo a la economía mundial, sin que los bancos centrales encuentren un remedio, advirtió el FMI. Si bien aún se espera que los créditos hipotecarios de alto riesgo en Estados Unidos deparen pérdidas abultadas, éstas ya han […]

La crisis financiera desatada hace un año por el estallido de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos continúa sacudiendo a la economía mundial, sin que los bancos centrales encuentren un remedio, advirtió el FMI.

Si bien aún se espera que los créditos hipotecarios de alto riesgo en Estados Unidos deparen pérdidas abultadas, éstas ya han sido asumidas en gran medida, según el análisis del FMI (Fondo Monetario Internacional), que constituye una actualización de su informe sobre la estabilidad financiera mundial. «Ahora la preocupación creciente es que el notable aumento de la morosidad y las ejecuciones hipotecarias en Estados Unidos y el continuo descenso de los precios de la vivienda causen una desvalorización más generalizada de los préstamos», advirtió el organismo multilateral en su estudio, divulgado el 28 de julio.

Los bancos, señaló, continúan restringiendo el crédito en previsión de futuras pérdidas. El endurecimiento de las condiciones para la concesión de préstamos y el estancamiento económico se realimentan mutuamente, dijo Jaime Caruana, director del Departamento de Mercados de Capital del FMI.

«A medida que las economías se desaceleran, el deterioro del crédito se amplía y profundiza. Y mientras los bancos captan capital y restablecen las reservas de liquidez, se reduce la disponibilidad de préstamos, lo que restringe el gasto de los hogares y aparecen nubarrones sobre las perspectivas para la economía real», agregó Caruana.

Hasta el momento, la crisis crediticia y las dificultades de los bancos han agitado los mercados financieros e inmobiliarios, especialmente en Estados Unidos y Europa, donde los bancos centrales evitan reducir las tasas de interés por temor a la inflación.

«El margen de maniobra para utilizar la política monetaria con el fin de sostener la estabilidad financiera aparece más limitado que antes, a causa de la volatilidad de los altos precios de las materias primas», señaló Caruana.

Los problemas comienzan a afectar a los mercados emergentes, a causa del recelo que causan en los inversores internacionales los déficit comerciales y financieros en medio del ascenso de los precios.

«Algunos de esos mercados emergentes se encuentran bajo atento examen de los inversores, especialmente aquellos con grandes desequilibrios externos y riesgos de inflación», dijo Caruana.

En particular, según el estudio del FMI, «la venta de participaciones en los fondos de acciones de mercados emergentes se han concentrado en los mercados asiáticos, donde los riesgos de inflación y de menor crecimiento son más elevados».

Las instituciones financieras han dado por perdidos 400.000 millones de dólares en inversiones relacionadas con hipotecas de riesgo, agregó el FMI, cuyos analistas no encuentran motivos para alterar su pronóstico de abril acerca de que las pérdidas totales, a causa de la morosidad y la caída de valor de los títulos respaldados por activos, llegarán a 945.000 millones de dólares.

«La calidad del crédito en diferentes tipos de préstamos ha comenzado a deteriorarse, con la caída de los precios de las viviendas y la desaceleración del crecimiento económico», indicó el estudio.

Para el FMI, «es necesario frenar el declive del mercado inmobiliario estadounidense para estabilizar el mercado, ya que así se contribuiría a la recuperación de los hogares y las instituciones financieras».

Pero, por el momento, «no se sabe cuándo tocará fondo el mercado de la vivienda», dijo Caruana, en un contexto caracterizado por la caída en sus valores y el aumento de las ejecuciones hipotecarias.

Durante el segundo trimestre de 2008 estas últimas se incrementaron 14 por ciento y se más que duplicaron respecto del mismo periodo del año anterior, según la consultora RealtyTrac, dedicada al análisis del mercado inmobiliario.

Entre abril y junio, uno de cada 171 hogares en Estados Unidos ha recibido un aviso de ejecución de la institución que les concedió el préstamo hipotecario, agregó.

El informe del FMI indica que «dada la importancia de las entidades hipotecarias semipúblicas, el gobierno de Estados Unidos adoptó medidas a corto plazo para garantizarles acceso a la liquidez necesaria con el fin de respaldar sus operaciones», lo que evitó que el colapso fuera total.

Sin embargo, «una vez que se estabilice la situación será preciso examinar más a fondo el modelo operativo y el régimen de supervisión de las entidades semipúblicas», advirtió el FMI.

La ley de rescate aprobada la semana pasada por el Congreso legislativo de Estados Unidos, que aguarda la ratificación del presidente de ese país, George W. Bush, contempla la creación de un ente regulador independiente.

La Reserva Federal (banco central) estadounidense ha comenzado a dejar de lado los recortes en las tasas de interés aplicadas para evitar la recesión, por temor a alimentar la inflación.

Pero su capacidad para contener los precios aumentando el costo del dinero es limitada, ya que por esa vía desaceleraría la economía y aumentaría la tasa de desempleo. Por otra parte, el gobierno carece de un amplio margen para aplicar estímulos fiscales a la economía a causa del gigantesco déficit presupuestario, que se ubicará en la cifra récord de 482.000 millones de dólares en el año fiscal 2009, que comienza en octubre próximo.

El director de presupuesto de la Casa Blanca, Jim Nussle, culpó a la inesperada desaceleración de la actividad económica, el derrumbe en los valores de mercado de las viviendas y el no previsto aumento de la inflación.

Mientras los ingresos del gobierno se reducen, aumentan los gastos, entre los que se encuentran los reembolsos de impuestos y los costos de las guerras en Afganistán e Iraq.

El déficit de 2009 superará el récord previo de 413.000 millones de dólares registrado en el año fiscal 2004, también durante la presidencia de Bush.

Pero medido en términos del producto interno bruto –3,3 por ciento– estará por debajo de los déficits que caracterizaron las presidencias de Ronald Reagan (1981-1989) y George Bush (1989-1993), padre del actual mandatario.