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A vueltas con los «diálogos políticos» con Bolsonaro

Fuentes: Correio da Cidadania (Brasil) [Imagen: Manifestación bolsonarista del 7 de septiembre de 2021 en la que se puede leer una 'autorización' expresa al presidente para el 'autogolpe'. Créditos: Twiter]

En este artículo el autor expresa su sorpresa ante la predisposición mostrada por algunos líderes petistas a dialogar con Bolsonaro cuando cada vez son más los líderes de centro derecha dispuestos a iniciar un proceso de impeachment.


En comentarios anteriores, argumentamos que las tesis sobre la necesidad de mantener «diálogos políticos» para resolver los problemas que afectan a la vida de los brasileños parecían surgir de la buena voluntad. Y recordamos que incluso algunos petistas sostenían que se podía convencer al gobierno de Bolsonaro de que Brasil debía adoptar una política que fortaleciera su economía, generara empleos e ingresos, protegiera el medio ambiente y las áreas indígenas y controlase la venta de armas.

Todavía según tal «oposición», aunque nadie pueda negar la tragedia que sigue golpeando a Brasil, sería posible que el «diálogo político» avanzara, sin la «banalización» del instrumento del impeachment, porque todavía no habría una «prueba» que permita condenar a Bolsonaro.

Argumentamos que, por increíble que parezca, esas «tesis del diálogo» habían surgido en el momento crítico en que Brasil se veía empujado por violentos procesos de debilitamiento de su economía y de brutal empeoramiento de las condiciones de vida de la mayoría de su población. En esos procesos se evidenció que, además del negacionismo criminal en la lucha contra la pandemia (actualmente con más de 600.000 muertos), Brasil estaba cada vez más envuelto en una política económica desastrosa, en actos de corrupción, en la quema criminal de empresas estatales y en acciones destinadas a romper cualquier proceso democrático.

En un país serio, tales «pruebas» bastarían para instaurar un proceso de impeachment», ya que las barbaridades practicadas por el presidente desde su toma de posesión son públicamente evidentes y demostrables. En tales condiciones, añadimos, los propagadores de la necesidad de «diálogo» y de la «no banalización del instrumento de impeachment», tal vez estarían viviendo en otro país, o en la luna, asumiendo la inexistencia de pruebas de las acciones criminales del gobierno.

Después de esto, por ironía de la historia, tuvimos que agradecer las declaraciones del propio presidente, en Brasilia y São Paulo, en el día de la Independencia, por demostrar que los defensores del «diálogo» estaban, o siguen estando, realmente en la luna. Desconocen la realidad brasileña, así como el carácter fascista del presidente y su gobierno. Y no se han dado cuenta de que la forma más creíble de evitar que Brasil sea llevado a un pozo sin fondo es precisamente el impeachment, lo más rápido posible.

Si hasta los políticos de centro derecha se han mostrado dispuestos a considerar seriamente un proceso de este tipo, es vergonzoso que algunos próceres petistas sigan manteniendo la suposición de que el «diálogo» con Bolsonaro y su gobierno es algo viable. Y es aún más extraño que, a pesar de que el propio presidente sigue generando constantes discursos y acciones desastrosas, o proporcionando argumentos claros para que esos próceres «vuelvan de las regiones lunares a las tierras brasileñas», sigan pretendiendo un «diálogo» imposible.

Por lo tanto, en tales condiciones, sólo nos queda desear que estos «próceres políticos petistas» tengan un buen viaje de regreso a terra brasilis y a la batalla del impeachment contra la principal figura del gobierno responsable de una de las más desastrosas tasas de mortalidad mundial por la pandemia de la covid, la quema criminal del patrimonio público, el hundimiento de la economía nacional, los desastres ambientales y la vergonzosa propagación criminal del hambre y la miseria.

Es posible que dicha batalla no tenga lugar antes de las elecciones presidenciales de 2022. Sin embargo, es una de las bases para alertar a capas aún más amplias de brasileños sobre los desastres promovidos por el bolsonarismo. Por lo tanto, no se puede abandonar, por mucho que el «diálogo» represente un intento civilizado de resolver los problemas. Siempre y cuando, por supuesto, ambas partes sean portadoras de hábitos civilizados.

Wladimir Pomar, escritor y analista político.

Traducción: Correspondencia de Prensa.

Fuente (de la traducción): https://correspondenciadeprensa.com/?p=22366

Fuente (del original): https://www.correiocidadania.com.br/2-uncategorised/14826-ainda-sobre-dialogos-politicos