Marco Aurelio García, asesor internacional del presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, respondió a un comunicado de la cancillería de Venezuela, señalando que no ha criticado la influencia del jefe de Estado venezolano Hugo Chávez en Bolivia. «No dije lo que la nota (emitida el miércoles por el ministerio de Relaciones Exteriores venezolano) dice. […]
Marco Aurelio García, asesor internacional del presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, respondió a un comunicado de la cancillería de Venezuela, señalando que no ha criticado la influencia del jefe de Estado venezolano Hugo Chávez en Bolivia.
«No dije lo que la nota (emitida el miércoles por el ministerio de Relaciones Exteriores venezolano) dice. Nunca trataría a un jefe de Estado de esa forma, menos al jefe de Estado de un país amigo», declaró Garcia al diario Folha de Sao Paulo, negando haber atribuido la decisión del presidente Evo Morales de nacionalizar los hidrocarburos a una influencia de Chávez.
«Considero insultantes, incluso racistas, esos comentarios. Son como decir que el presidente Evo Morales no pudiese tomar decisiones por su cuenta», expresó Garcia al Correio Braziliense.
El malestar comenzó con una entrevista divulgada el domingo en Folha en la que Garcia expresó que «determinadas intervenciones que Chávez hace en determinados momentos no me parecen las más adecuadas».
También manifestó que a Lula le interesa que disminuya la tensión entre Estados Unidos y Venezuela, y que «no queremos en América Latina un clima de Guerra Fría».
Esas declaraciones fueron hechas después de la nacionalización de los hidrocarburos bolivianos, que cayó como una bomba en Brasil, que depende del gas vecino y tiene grandes inversiones en esa área.
El canciller brasileño, Celso Amorim, afirmó el martes ante el Senado que «le hemos transmitido a Chávez nuestra incomodidad, y la incomodidad personal del presidente Lula con algunas de sus acciones».
Amorim explicó que las señales del gobierno boliviano sobre las medidas que afectarían a empresas brasileñas ocurrieron «en paralelo a una presencia grande de funcionarios de (la estatal venezolana) Pdvsa (en La Paz)».
La cancillería venezolana se declaró «sorprendida» con las declaraciones de Garcia y Amorim, y sostiene que considerar que la decisión de Morales de nacionalizar los hidrocarburos obedeció a la influencia de Chávez es «un irrespeto» que presenta a Morales como un hombre sin «criterio propio».
Asegura además que la presencia de Pdvsa en Bolivia obedece al fomento de inversiones conjuntas y la cooperación.