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“5 Condiciones” de Lars Von Trier y Jorgen Leth

Acosar para obligar a volar

Fuentes: Rebelión

Lars Von Trier es uno de los grandes directores contemporáneos de culto, ahora estrena un documental sobre el cine. Esta película la realiza conjuntamente con Jorgen Leth, otro gran cineasta, que filmó en 1967 un cortometraje llamado «El ser humano perfecto». Tras una cena de amigos en el año 2000, Lars Von Trier, con la […]

Lars Von Trier es uno de los grandes directores contemporáneos de culto, ahora estrena un documental sobre el cine. Esta película la realiza conjuntamente con Jorgen Leth, otro gran cineasta, que filmó en 1967 un cortometraje llamado «El ser humano perfecto». Tras una cena de amigos en el año 2000, Lars Von Trier, con la intención de ayudar a su colega, para humanizarle a él y a su obra, le propone hacer cinco variaciones del corto original, pero le someterá a condiciones que limiten la capacidad creativa del Jorgen Leth.

El documental así planteado se compone de las conversaciones de los dos cineastas y los preparativos de los rodajes de los cortos, que se visionan empotrados en el documental. El terapeuta (Lars Von Trier) impone a su paciente (Jorgen Leth) restricciones artísticas y éticas castradoras, además de viajar a sitios a los que nunca iría Lars por su fobias a viajar y a las multitudes .

La obra de Lars Von Trier tiene un denominador común: el protagonista es una persona atormentada y continuamente flagelada durante toda la película hasta la catarsis final. El director reconoce que, esta técnica de castigo continúo, la utiliza con sus actores (fama tiene de ello). Lo mismo utiliza con su colega Jorgen Leth. Durante todo el desarrollo del film, Lars Von Trier se obsesiona con coartar el perfeccionismo de Jorgen Leth hasta que consiga hacer algo realmente malo, de lo que se avergüence haber realizado como director.

Lars Von Trier parece haber recorrido ese camino antes. Lo intentó con el rodaje de «Los idiotas» pero, él mismo, sucumbió a la misma tentación que Jorgen Leth en sus cortos, no pueden dejar de «ser un director perfecto«. Como reconoce Leth «esta película revela mucho del propio Trier» Sin embargo, no parece que la terapia basada en la continua penitencia, haya conseguido que Trier sea una persona feliz,, pero, en cambio, sí para que el resto de los mortales sigamos disfrutando de su cine.