Si una teoría más o menos formalizada genera enunciados contradictorios lo mejor es revisar lo hecho hasta el momento. Si no hay ningún error, lo razonable es plegar velas y empezar de nuevo. De una contradicción, podemos colegir cualquier cosa. Que el plomo es oxígeno, que Mozart compone peor que David Bisbal, que el amianto […]
Si una teoría más o menos formalizada genera enunciados contradictorios lo mejor es revisar lo hecho hasta el momento. Si no hay ningún error, lo razonable es plegar velas y empezar de nuevo. De una contradicción, podemos colegir cualquier cosa. Que el plomo es oxígeno, que Mozart compone peor que David Bisbal, que el amianto es una sustancia ajustada a los seres humanos o que el sabor de las mandarinas es idéntico al del queso ubicado todas las mañanas, hasta las 17:14, en la cara oculta de la Luna. Vamos mal por ahí, muy mal.
Pero como decía Goethe (cortesano, cínico y servil en ocasiones aunque no siempre), gris es toda teoría y verde que te quiero verde es el color del árbol de la vida. En la praxis social, en nuestros haceres sociales, políticos y económicos, algunas ligeras inconsistencias suelen o incluso es admisible que asomen entre un decir y un hacer, entre tal hacer y otro hacer o entre un determinado decir y un hacer concreto. Pero el punto básico: no todo vale, no noto puede valer.
Viene a esto cuento de la entrevista del pasado jueves entre la alcaldesa de Barcelona, la señora-compañera Ada Colau, y el president de la Generalitat, el hijo político del molt ex honorable. Algunas notas, algunas observaciones sobre ello:
1. ¿Una alcaldesa de Barcelona de una formación de izquierdas tiene que manifestar su absoluta lealtad institucional al presidente de la Generalitat? ¿Absoluta? ¿Qué querrá decir por cierto «absoluta lealtad institucional» a alguien que ha toreado y maltratado a Barcelona como le ha dado la gana en estos últimos años?
1.1 ¿No recuerda la alcaldesa el caso del proyecto masista y neoliberal de los 14 mil pisos de 2014 que tal sólo pudo evitarse por la presión ciudadana, de la que ella seguramente formaría parte? ¿Recuerda Colau que el número de pobres energéticos en Cataluña ha subido un 77% en un año, que unas 663.000 personas sufren pobreza energética, que la tasa de pobreza en Catalunya se sitúa en el 20,9% (1,1 puntos más que en el período anterior), que la tasa de pobreza infantil se sitúa actualmente en el 28,8%, que un 42,67% de ciudadanas y ciudadanos catalanes tienen que renunciar a una semana de vacaciones, etc, etc? Con un gobierno que apenas ha hecho nada para corregir la situación y que más bien ha trabajado en ocasiones en sentido contrario, ahondando desigualdades y castigando a las gentes más desfavorecidas, ¿hay que mantener lealtad institucional? ¿Y eso por qué? ¿Porque lo marca el sentido común acrítico dominante?
2. España, afirma Colau, tiene una salud democrática deteriorada. ¿España, toda España, o las instituciones dirigidas por el gobierno central del PP? De acuerdo en todo caso. ¿Y Cataluña y sus instituciones son un referente de salud democrática no deteriorada? ¿Cuáles son las prácticas democráticas (reales, no aparentes) abonadas y apoyadas por el gobierno de Mas-Boi Ruiz-Puig? ¿Las prácticas de las salvajes represiones a las manifestaciones de hace muy pocos años a las que seguramente Colau y muchos de sus regidores asistieron? ¿Recordamos las balas de goma, los ojos perdidos y los jóvenes detenidos y encarcelados con el aplauso entusiasta de los gobiernos Mas?
3. El gobierno central impide el ejercicio de derechos fundamentales. Vale, de acuerdo. Pero, ¿la alcaldesa de Barcelona en Comú tiene que hacer causa común con uno de los políticos más neoliberales del panorama europeo que por negar niega que la salud sea un derecho, como explícitamente manifestó su conseller ratificado de Salud? ¿Esto, por ejemplo, no es atentar contra un derecho fundamental? ¿Hace falta explicar la política educativa de este gobierno, claramente favorable a escuelas concertadas de elite en manos del Opus Dei e instituciones afines, machistas y antidemocráticas por cierto?
4. Si el Estado, como dice Colau para hablar como debería hablar del gobierno central y de algunas instituciones anexas, tiene la salud deteriorada por impedir un referéndum, ¿no la tiene también el gobierno de la Generalitat cuyo partido gobernante, CDC, una formación en total bancarrota, votó en contra de que se celebrase una consulta sobre un asunto tan trascendental como el TTIP? Si vale para A en el asunto C, ¿por qué no vale para B en un asunto D tan o más importante?
5. Colau encabezó una candidatura que no era independentista. Muchos la apoyamos y votamos con ese requisito. Durante las negociaciones para su toma de posición dijo que acudiría a la manifestación independentista del 11 S. Algunos pedimos la devolución de nuestro voto. Pensamos en engaños. Hace apenas 15 días, la alcaldesa fue entrevistada por BTV, la televisión de Barcelona, y manifestó claramente que no iba a acudir a la manifestación de este 11S. Por dos razones: porque esta vez era una manifestación independentista (en mi opinión, ha sido así en estos cuatro últimos años) y porque dos de las fuerzas convocantes apoyaban y formaban parte de la lista Romeva-Forcadell-Mas-
¿Esto no es un engaño? ¿No nos han tomado o no nos intentan tomar el pelo? ¿De verdad que estoy en minoría de a una y no me entero de nada y nadie levanta su mano para decir «ya basta»? ¿No es obvio que con su participación (saludar a la cabecera de la marcha, recorrer un tramo de la manifestación, participar con su familia) Colau está «arrastrando» o influyendo a miles de ciudadanas y ciudadanos que están a años-luz de cualquier proyecto independentista y que confían ciegamente en ella por su importantísimo papel en la lucha de las PAH? ¿Se trata de echar un capote al gobierno de Mas, de eso se trata? ¿Manifestarse al lado de la ANC, de OC, de los miembros de la lista neoliberal-independentista? ¡No me lo puedo creer!
Me comprometo ante ustedes. No me volverán a engañar, se lo aseguro; no me volverán a tomar el pelo. No en mi nombre ni el 27S. Espero que tampoco en el suyo. ¡Menuda estafa! De las que más duelen, de las que no firma la derecha.
La reunión era básicamente, según parece, para reclamar el dinero que la Generalitat debe al Ayuntamiento y para acordar algunos puntos como la conexión de los dos tramos del tranvía de Barcelona por la avenida Diagonal. ¿Concesiones obligadas para obtener el apoyo del gobierno del hijo político del manipulador y defraudador? No puede ser, no puede ser… Esta conjetura es imposible. Lo que no puede ser, no puede ser.
PS: La otra cara de la moneda. Ada Colau ha renunciado al palco del Liceo. El teatro, la dirección del teatro lírico barcelonés, lamentó su decisión y aseguró «que había ofrecido las ocho butacas del Ayuntamiento para su programa social»
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