El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, reconoció por primera vez que decidió apartar a sus ahora ex ministros José Dirceu (jefe de Gabinete) y Antonio Palocci (Hacienda), además de otros funcionarios, en razón de las denuncias de corrupción que enfrentaron.Hasta ahora, el alejamiento de los dos ‘hombres fuertes’ del gobierno de Da […]
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, reconoció por primera vez que decidió apartar a sus ahora ex ministros José Dirceu (jefe de Gabinete) y Antonio Palocci (Hacienda), además de otros funcionarios, en razón de las denuncias de corrupción que enfrentaron.
Hasta ahora, el alejamiento de los dos ‘hombres fuertes’ del gobierno de Da Silva, ocurrido en junio de 2005 y marzo de 2006 respectivamente, había sido atribuido a decisiones de los propios funcionarios para aliviar la presión sobre el gobierno.
En entrevista con el noticiero ‘Jornal Nacional’, de la red Globo de televisión, el programa de mayor audiencia en Brasil, el mandatario analizó el jueves las crisis ocurridas durante su mandato y las denuncias de irregularidades contra algunos de sus principales colaboradores.
El mandatario brasileño, que lidera ampliamente las encuestas de intención de voto, fue cuestionado incisivamente por los periodistas sobre la reacción gubernamental a las denuncias de corrupción, considerada lenta y permisiva.
Da Silva alegó que decidió separar a los involucrados y permitir que la Justicia actúe con independencia.
‘Todos los que estaban dentro del gobierno federal fueron apartados, sin distinción. Yo aparté a José Dirceu, aparté a Palocci y otros funcionarios involucrados’, afirmó el presidente.
El mandatario aclaró igualmente que ellos deben ser juzgados antes de ser castigados.
‘Castigar significa respetar el estado de derecho. Yo quiero para todo el mundo lo que quiero para mí, el derecho de probar que soy inocente’, explicó.
Sobre las consecuencias para el Partido de los Trabajadores (PT), que históricamente había hecho de la defensa de la ética su principal bandera, el mandatario consideró que quienes se mancharon fueron algunos dirigentes, pero no el partido, y que él personalmente hizo todo lo que le correspondía en su papel de presidente.
‘Lamento profundamente que compañeros hayan hecho cosas que aún serán juzgadas por el Supremo (Tribunal Federal), pero nosotros facilitamos las investigaciones, apartamos las personas que estaban en la Presidencia de la República y colaboramos con las CPI (Comisiones Parlamentarias de Investigación)’, resaltó.
Ante la insistencia de los periodistas acerca de su argumento de que no sabía nada de los esquemas de corrupción hasta que surgieron en la prensa, el presidente comparó su gobierno con una familia.
Da Silva recordó que los funcionarios públicos brasileños son un millón 200 mil, y que teóricamente él es responsable por los actos de todos ellos.
‘Está lleno de familias que tienen problemas dentro de casa y la familia no sabe. Está lleno de padres y madres que acaban sabiendo que su hijo cometió un delito por la prensa o cuando la policía lo detiene.
‘¿Cómo se puede querer que el presidente de la República, aunque tenga que asumir responsabilidades por todos los actos, sepa todo lo que está ocurriendo?’, cuestionó.
Al final de la entrevista, el presidente dijo que si obtiene un segundo mandato dará continuidad a lo que está haciendo el gobierno.
‘Brasil vive su mejor momento económico, crece el empleo, crecen las exportaciones’, dijo.
En un acto fallido, Da Silva llegó a afirmar que ‘la única cosa que cae es el salario en este país’, para corregirse en seguida cambiando salario por ‘inflación’.