Estos días he recuperado una idea. Dentro del mapa de la consolidación fiscal, eufemismo atribuido a la mengua del Estado del Bienestar hasta donde se lo permitamos, no ha recibido la atención debida un aspecto que la hace más agresiva en los años venideros. Constantemente he informado de que el plan de reducción del déficit […]
Estos días he recuperado una idea. Dentro del mapa de la consolidación fiscal, eufemismo atribuido a la mengua del Estado del Bienestar hasta donde se lo permitamos, no ha recibido la atención debida un aspecto que la hace más agresiva en los años venideros.
Constantemente he informado de que el plan de reducción del déficit no concluye en el 3% apalabrado con la Unión Europea para 2013. Cabe la posibilidad de que lleguemos a ese año sin cumplir, después de tantos sacrificios populares. Para el empecinamiento del sistema impulsado por los Grandes de España (y del mundo) (ricos, bancos, medios, empresas) ese incumplimiento del objetivo sólo obliga a escenificar temporalmente una preocupación por haber fracasado y luego el incumplimiento será usado como legitimación para insistir, porque nunca es tarde si el enriquecimiento (privado) es bueno. Como sea, el futuro después del 2013 está trazado. Después de infinitos sacrificios nos enteraremos de que no se trata de llegar al 3% en 2013 sino al 0,4% en 2020. Ya la Ley Orgánica de desarrollo de la Constitución pactada por el bipartidismo ha sido admitida a trámite. El Tratado de Estabilidad Financiera está recorriendo los caminos de la ratificación por los países donde los pueblos no tienen la palabra.
Hasta ahí cosas dichas. Lo nuevo.
Zapatero recuperó el Impuesto de Patrimonio (pero temporalmente hasta 2012). Rajoy creó un gravamen especial en el IRPF (pero temporalmente hasta 2013). Rajoy también ha suspendido algunas deducciones en el Impuesto de Sociedades (pero temporalmente hasta 2013).
La consecuencia es obvia. La pequeña contribución que se les ha exigido a los ricos… Desaparece parcialmente en 2012 y totalmente en 2013. Unos 10.000 millones más para recortar en los gastos. Un puntito porcentual de esos que tanto nos cuestan a las clases populares. Una de las quejas de hoy es que se reducen 121 millones en la partida de becas. Pues comparen las cantidades.
Los pequeños sacrificios para los ricos son temporales y los grandes sacrificios para las clases populares son estructurales, forman parte de la nueva fase del capitalismo, donde los concentradores y acumuladores de capital deben fagocitar el estado del bienestar en los países de la periferia occidentalista, aprovechando la autoindefensión de sus pueblos. Los pequeños sacrificios para los ricos sólo han sido una táctica para hacer el recorte brutal de la década de 2010-2020 sin una prisa que puediera irritar a un pueblo adormecido.
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