¿Qué otra cosa cabe esperar del FMI y de los análisis económicos ortodoxos? Hace ya años que la revista ideológica del FMI insinuaba las políticas que ahora se proponen como algo «normal», diciendo que otros países ya las han llevado a cabo, como si eso fuera una «razón científica». No cabe esperar del FMI una […]
¿Qué otra cosa cabe esperar del FMI y de los análisis económicos ortodoxos? Hace ya años que la revista ideológica del FMI insinuaba las políticas que ahora se proponen como algo «normal», diciendo que otros países ya las han llevado a cabo, como si eso fuera una «razón científica». No cabe esperar del FMI una propuesta hacia una sociedad (mundial) más justa, equitativa y social.
El FMI también sugería a los Gobiernos, en su revista «Finanzas y Desarrollo», que los Gobiernos -antes de meter la pata- les consultasen sobre «el momento adecuado para introducir las reformas» que ahora se pretenden justificar: recortes para los trabajadores al tiempo que se mantiene el «statu quo» para el capital. El FMI no se plantea, por supuesto, modificar ese «statu quo» trasvasando poder y riqueza hacia los trabajadores, sino -una vez más- de éstos hacia el capital. Lógico que si se pretende mantener el «pacto social vigente», favorable a los poderes dominantes, se opte por hacer reformas contraproducentes para los trabajadores y el Estado del Bienestar.
Pero hay una alternativa diferente, más justa y más social, que el FMI no va a tocar (¿y el PSOE?): caminar hacia una distribución más justa e igualitaria de la renta y la riqueza (desde las ingentes ganancias de la Banca y las Finanzas especulativas hacia las clases trabajadoras y los desposeídos): NO se tocan las SICAV, los paraísos fiscales, el fraude fiscal, entre otras cosas. Modificando el «statu quo» vigente y dominante NO habría necesidad de alargar la edad de jubilación o los años de cómputo, ni reducir tiempo de trabajo, salarios, pensiones…
Es cuestión de avanzar hacia una sociedad socialista (¿PSOE?), tener esa perspectiva de largo plazo, defender las conquistas sociales y mejorarlas. ¿Quiénes se llevan los astronómicos sueldos y beneficios en épocas buenas y también en las malas? Si la correlación de fuerzas no es suficiente, habrá que plantearse medidas para presionar por una modificación del «statu quo» dominante, en favor de un sistema económico donde pérdidas y ganancias estén más repartidas entre capital y trabajo. ¿O vamos a continuar con más de lo mismo? ¿Se ha planteado esto el PSOE? Los sindicatos de clase, ¿van a seguir manteniendo el «statu quo» vigente? ¿Se trata de «calmar y/o dar confianza a los mercados», o de arrancar parcelas de poder y riqueza al capital? Ese es el fondo de la cuestión, no unas medidas inmediatas u otras.
La función de las crisis (inherentes al capitalismo) es destruir capacidad y recursos (humanos y divinos), para relanzar después la actividad con un mayor nivel de concentración del capital, menos y más grandes empresas, más recortes en los derechos de los trabajadores. ¿Vamos a seguir así siempre (nosotros o las generaciones venideras? ¿Cuándo va a dejar de enseñarse exclusivamente economía capitalista / autista en las universidades? ¿Son acaso el modelo ortodoxo neoclásico vigente y la globalización liberal «el no va más»?
Luis Portillo Pasqual del Riquelme es doctor en Ciencias Económicas
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