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Alemania no es como nos la pintan

Fuentes: Rebelión

La economía alemana depende exclusivamente de las exportaciones   Desde los años 90 del siglo pasado, la economía alemana se basa en las exportaciones a países como China, India y, sobretodo, el resto de Europa. La existencia del euro le facilita el acceso al mercado europeo, tanto en el terreno de las exportaciones como en […]

La economía alemana depende exclusivamente de las exportaciones

 

Desde los años 90 del siglo pasado, la economía alemana se basa en las exportaciones a países como China, India y, sobretodo, el resto de Europa. La existencia del euro le facilita el acceso al mercado europeo, tanto en el terreno de las exportaciones como en el de la financiación.

Pero los salarios de los trabajadores alemanes no se movido en términos reales en los últimos 20 años. Incluso, en la última década, los ingresos reales de los trabajadores han disminuido. Mientras, Angela Merkel gana más de 13.000 euros al mes y los banqueros y grandes ejecutivos tienen unos salarios absolutamente desmadrados.

Actualmente, el peso de los salarios en las exportaciones es de un ridículo 0,3%. Las empresas exportadoras han podido acumular grandes beneficios. La contrapartida a esto es que el mercado interno -sobretodo el consumo- va a la baja; en consecuencia, cualquier caída significativa de las exportaciones pasa factura a la economía alemana. Alemania se parece demasiado al Japón de los años 80 del siglo pasado.

Otro pilar de la economía alemana es la externalización de su producción a países del Este y países asiáticos. «Alemania deslocaliza la fabricación de subconjuntos industriales en sus vecinos de Europa Central y no conserva más que el montaje final vendiendo a otros países subconjuntos y piezas obtenidas con buena productividad pero con costes de subcontratación» (1). Con la externalización se chantajea a los trabajadores: en 2004 (en plena crisis que comenzó en 2001), Mercedes amenazó con trasladar su producción a Sudáfrica si los trabajadores alemanes no liquidan pluses de producción y prolongan gratis la jornada de trabajo; todo ello por un monto de 500 millones de euros.

Para poder competir en los mercados internacionales, desde los años 90 del siglo pasado la industria alemana ha hecho un esfuerzo descomunal de modernización. «La industria alemana se fue adaptando a la revolución de las telecomunicaciones, bioingeniería y similares en las cuales Alemania iba por detrás de EEUU y Japón» (1). El esfuerzo de renovación tecnológica es muy grande: «La inversión en I+D oscilan entre 2,4% del PIB (año 2002) y 2,6% (año 2.008) y que el número de patentes triádicas por millón de habitantes, varían entre valores de 74,2 y 73,1 para los años 2002 y 2008 respectivamente. (…) El número de investigadores trabajando en empresas por cada 10.000 empleos es de 74, solamente superado por Suecia y Japón.» (1)

La zona euro existe porque es una necesidad para Alemania para colocar sus productos. Aquí van dirigidas gran parte de las exportaciones: «para el periodo 1996-2000 las exportaciones hacia la zona euro suponen el 11% del PIB alemán; las dirigidas a países europeos fuera de la eurozona constituyen el 3%; las dirigidas a los países de Europa Central , el 1,5% ; las exportaciones dirigidas a Rusia y países emergentes, el 2,5%.» (1) «En 2008 la balanza de mercancías y servicios ha supuesto un saldo positivo de 219.360 M de euros, constituyendo los productos manufacturados el 86% de sus exportaciones y siendo la U.Europea la que recibe el 63% de las mismas.» (1)

Como motivo de la crisis actual, las cifras están variando: se está pasando del 75% de las exportaciones alemanas en 2007 a la UE al 62% en 2010, mientras que las cifras con China y Rusia están creciendo.

El 50% de las exportaciones lo constituyen «sector del automóvil, equipamiento de transporte, maquinaria mecánica y eléctrica y el sector químico» (1)

«La dimensión exportadora alemana es creciente, pasando de 7.250 M de euros en el año 2000 a 170.970 M de euros en 2007. Entre 2004-2007 el saldo neto de las exportaciones (restadas las importaciones) ha representado el 60% del crecimiento económico» (1). Las exportaciones superan a las importaciones en el 7% del PIB, más que cualquier otro país en el mundo. Mientras esta diferencia se mantenga, la economía alemana se mantendrá a flote.

En consecuencia, los vaivenes de la economía mundial influyen muy fuertemente sobre Alemania. Después de un período de crecimiento muy débil de 2001 a 2004 (crisis por la burbuja informática y efectos del 11-S en el mercado mundial), ha habido un crecimiento mayor en 2004-2007, para volver al estancamiento a partir de la crisis de 2008. «Las exportaciones alemanas, en 2009, han alcanzado la cifra de 1,12 billones de dólares, siendo la U.E-15 la receptora del 62% de las mismas y los países de Europa Central y China absorben el 16 % del total. Por ello el dinamismo de las exportaciones alemanas exteriores a la U.E, hoy en día, no pueden compensar la disminución de exportaciones a la U.E., dado el estancamiento económico existente. Y todo ello unido al estancamiento del consumo privado en el mercado interno alemán.» (1)

La debilidad del mercado interno favorece la exportación de capitales. Los bancos tienen un exceso de crédito, si tenemos en cuenta la baja demanda interna. De 2000 a 2007 más de 270.000 millones de euros alemanes invadieron Europa cada año, financiando todo de tipo de barbaridades especulativas (entre ellas, la burbuja inmobiliaria), muchas de ellas también en el mercado norteamericano y obteniendo beneficios descomunales. En estos momentos, con una Europa endeudada con los bancos alemanes, la sra. Merkel exige a toda una serie de países (el caso más sangrante es el de Grecia) unas políticas de liquidación del gasto social y de la inversión pública que los están llevando a la bancarrota.

20 años de congelación salarial, recortes sociales, desempleo y pobreza

La congelación salarial durante 20 años, junto con amplios sectores sociales con bajos salarios y precariedad laboral hacen que el consumo interno no sea precisamente un motor de la economía del país. «En el periodo 1990-1999 el crecimiento del PIB fue el 2,3% , como valor medio, y en cambio el crecimiento del comercio fue el 5,2% » (1). La propia Merkel señala que el éxito de la competitividad alemana se basa en la «moderación salarial».

«La renta familiar, tomando como referencia 100 el año 2002, alcanza la cifra de 95 en 2006 y 97 en 2008, es decir se produce un estancamiento y ligera disminución del consumo familiar» (1). Mientras el consumo familiar se estanca en 2001-2008, en la zona euro crece un 15%.

«En 1987 los directivos de las principales empresas (índice DAX) ganaban como media 14 veces más que sus empleados, hoy ganan 44 veces más. Incluso en Alemania, la clase media está descubriendo la precariedad» (2). A modo de ejemplo, citemos el caso del presidente del Deutsch Bank, Josef Ackermann, que fue de 11.9 millones de euros en 2005 (un 17% más que el año anterior) y que los otros 4 mayores directivos del banco ganaron 28.7 millones de euros, con un incremento del 14,3% respecto al año anterior.

Las cifras oficiales de desempleo son altas: han ido oscilando entre los 3 y 5 millones de parados, según la coyuntura económica (tasa entre el 7 y el 12%). La legislación laboral ha incidido en la precarización (subcontratas, trabajo temporal) con el pretexto de fomentar el empleo, pero sólo se ha conseguido que abunden los salarios bajos. El 22% de los trabajadores tiene trabajos precarios. También ha empeorado la cobertura en caso de desempleo. La crisis de 2001 fue el pretexto para realizar la mayor y más reaccionaria reforma laboral desde la II Guerra Mundial.

En la década de 1995 a 2005 el gobierno ha mantenido una política cuyo objetivo era liquidar 500.000 puestos de trabajo. Gran parte de este ajuste de plantillas se ha producido en «empresas de toda la vida» en los sectores de la banca (Deutsche Bank, Dresdner Bank, Commerzbank, HypoVereinsbank, BayernLB), seguros (Allianz), automóviles (Volkswagen, Opel, DaimlerChrysler, GM, Man), viajes (Lufthansa, TUI, Deutsche Bahn AG, Airbus), telecomunicaciones (Siemens, Deutsche Telekom, Mobilcom), construcción, minería y otras empresas como Krupp, Epcos, Grundig, Axel Springer, Henkel, Kirchmedia o Babook Borsig

Pero los datos de desempleo no son reales: no se cuentan los mayores de 58 años, ni trabajadores en paro que asisten a cursillos de formación, ni los trabajadores que usan las agencias privadas de empleo para buscar trabajo, ni 1,2 trabajadores sin empleo no contabilizados como tales, ni 4,2 millones de personas con trabajos parciales. Si los cálculos de desempleo se hicieran bien, la tasa de parados llegaría al 20%, es decir, unos 10 millones de trabajadores.

Tampoco los datos del desempleo son los mismos en el Este que en el Oeste. En la exRDA la tasa de desempleo se ha mantenido alrededor del 16% en estos años (habiendo llegado al 20% en varios momentos), mientras que en la parte occidental ha estado en torno al 8%. Si aplicamos las correcciones a las cifras de desempleo que indicamos más arriba, el paro en la exRDA estaría en torno al 30% y en la parte occidental en torno al 15%.

En los últimos tiempos se airea el hecho de que la economía alemana va tan bien que necesita técnicos extranjeros, pues no cubre la demanda interna. Nada de eso es cierto. La relación entre ofertas de trabajo y parados (oficiales) es de 1 a 8; y si contamos el paro real, la relación es de 1 a 16.

La pobreza ha pasado del 6 al 13% de la población en los últimos años, con distinto reparto según se trate de la exRDA (20% de población pobre) o la parte occidental (4% de la población es pobre). Otro 13% de la población de los subsidios del Estado.

Hay unas 6000.000 personas sin techo, que incluyen a 7.000 niños; de ellas, 20.000 personas viven en la calle.

Los recortes sociales se plantean ya en la década de los 90 del siglo pasado, para lograr los objetivos de Maastricht (máximo de un 3% de déficit público). Así, en 1996 se plantea liquidar las subvenciones al carbón y gastos de personal de los funcionarios; en 1998 se sube el Iva del 15 al 16% para compensar la baja de las cotizaciones a la Seguridad Social, a partir de 2000 se rebajan las impuestos a las empresas al menos un 12%; en 2007 se rebaja el Impuesto de Sociedades del 39% al 30%.

Los pacientes pagan más por las medicinas, se ha hecho recortes en el subsidio de desempleo, se ha elevado la edad de jubilación de 65 a 67 años. El plan de ahorro de la Merkel en 2010 no tiene desperdicio: recortes en subvención del desempleo y temas sociales e infraestructuras. Nada de reforma fiscal. Reducción de 10.000 funcionarios y rebaja el sueldo el 2,5% a este colectivo.

Hasta la ONU en su informe de 2010 advierte a Alemania de la grave brecha social que se está abriendo: «El informe de la Comisión Económico-Social de la ONU regresa a muchos de los puntos que ya mencionó hace cuatro años: se discrimina a los inmigrantes, deficiente atención a los ancianos, injusticias en el mercado de trabajo y en el régimen de la seguridad social» (3)

También es importante la economía sumergida: alcanza al menos el 15% de la actividad económica, según El Instituto de Investigación Económica Aplicada de Tubingen. La economía en negro está en auge por el aumento del desempleo.

Más de 2,5 millones de niños viven de la beneficencia social. Estas cifras representan el 12% de los niños de la parte occidental y el 22% de la exRDA, que viven por debajo de la línea de pobreza. También, según el informe de la Comisión Económico-Social de la ONU de 2010, el 25% de los niños acude al colegio sin haber desayunado.

Prostitución infantil: los niños son ofrecidos en supermercados y paradas de bus en la frontera con la República Checa. Según el psicólogo criminalista alemán Adolf Gallwitz, «la República Checa se ha convertido en un mercado de descuento para el sexo con niños». Hay unos 100.000 clientes alemanes.

Los alemanes del Este

Con la unificación, un total de 1.6 millones de habitantes de la exRDA emigraron a la parte occidental. En los años siguientes, el 25% de las mujeres entre 19 y 25 años de la exRDA habían emigrado a la otra parte de Alemania (en la RDA trabajaba el 92% de las mujeres, el porcentaje más alto del mundo). En total, la exRDA ha pasado de 16 millones a 12.5 millones personas, y la tendencia es a ir bajando.

Los salarios son una media del 30% inferiores en el Este. Al poco de la unificación, en Berlín la venta de carne disminuyó un 20% y la de mantequilla un 30%, los precios se triplicaron y los salarios se mantuvieron estancados.

Seis años después de la unificación sólo el 25% de los alemanes del Este trabajaban en las mismas empresas que cuando eran ciudadanos de la RDA. Wittemberge tenía la mayor fábrica de máquinas de coser de Europa, un gran puerto fluvial y una gran industria de la celulosa; hoy ya no hay ni industria ni puerto y la ciudad ha perdido 10.000 de sus 30.000 habitantes. Hoyerswerde era la sede de la industria del lignito; ha perdido 6.000 puestos de trabajo y la mitad de su población. El sector de la energía empleaba a 30.000 personas; hoy tiene 5.000 trabajadores. Han desaparecido 80 instalaciones químicas. Desau ha perdido 5.000 puestos de trabajo en la industria, en Weisswasser 7000, en Görlitz más de 15.000, en Dresde 75.000, en Leipzig más de cien mil. Más del 70% de los puestos de trabajo industriales ya no existen. Halle era un centro químico con 329.000 habitantes; ahora tiene 90.000 menos. Schwerin tenía 130.000 habitantes; ahora tiene 90.000. En la región de Mecklemburgo-Pomerania Occidental se han cerrado 300 escuelas. La RDA tenía 9.7 millones de trabajadores; ahora sólo hay 6 millones. (fuente de estos datos: Rafael Poch)

El 21% de la población de la exRDA vivía con miedo a perder su trabajo o su vivienda ya a los 5 años de la unificación. El 75% declaraba que la RDA fue un «intento de conseguir una sociedad mejor». Parecidas cifras se mantenían en 2010: el 76% de la población de la exRDA pensaba que «el socialismo es una idea buena que ha sido mal aplicada». Asimismo, más del 80% de los alemanes exRDA aceptarían vivir en un régimen socialista si le asegura «un empleo, la solidaridad y la seguridad». La proporción en el oeste es nada menos que del 72%.

Para combatir estas ideas, se fomentan las tendencias xenófobas y de extrema derecha, pues en la democracia burguesa ya no cree nadie.

Acumulación de la riqueza, política fiscal regresiva y corrupción

«En cuanto a los beneficios (excluidos impuestos e intereses) han evolucionado pasando de ser el 7% del PIB en el año 2000 a alcanzar la cifra de 11% en 2.008. No es extraño que la acumulación de riqueza se acreciente, de modo que el 1% de los más ricos acumula el 12% de la renta alemana» (1).Desde 1998 el número de ricos se ha doblado y la clase media ha perdido 5 millones de personas. «El 10% de los ciudadanos posee el 65% de los activos y unos 650.000 alemanes -cerca del 1% de la población activa-, el 25%.» (3)

Se ha reducido «la fiscalidad sobre los beneficios empresariales para favorecer la competitividad. Por otra parte ha subido los impuestos indirectos (el IVA y los impuestos sobre combustibles y bebidas alcohólicas)» (1)

«Desde 1990 hasta hoy, los impuestos a los más ricos bajaron un 10%, mientras que la imposición fiscal a la clase media subió un 13%. En veinte años la clase media se ha reducido, pasando del 65% a englobar al 59% » (2). «Si Alemania hubiera mantenido los niveles de imposición fiscal de 1998, su Estado habría recaudado 75.000 M de euros más por año.» (1)

Los casos de corrupción han sido de envergadura. Relataremos algunos de los más sonados:

    En el 2000 la revista Liberationen da a conocer que François Mitterrand financió a la CDU (derecha alemana) con 256 millones de francos (unos 40 millones de euros actuales) a cambio de que la empresa francesa Elf-Aquitaine se quedara con la refinería de Leuna, de la exRDA

    También en 2000 se descubren cuentas de la CDU en Suiza y Lichtenstein que sirven para que la empresa alemana Siemens financie ilegalmente a este partido. Se habla del equivalente actual a millones de euros. A cambio, Siemens podía hacer lo que quería en el saqueo de la economía de la exRDA. La fuente es el semanario Kapital.

    Sólo entre 2000 y 2007 la empresa Siemens ha empleado 2,25 billones de euros en sobornos en todo el mundo. Destacan los casos de Nigeria, Rusia y Libia. Cuatro exministros nigerianos fueron sobornados con 12 millones de euros; este es el país que recibió más sobornos.

    Cuando el socialista Schröeder pierde las elecciones, es recompensado por sus buenos servicios como lamebotas del capital: preside el Consejo de Vigilancia (asesoría y control de la Dirección de la Empresa) de la empresa de mayoría rusa Compañía del Gasoducto Noreuropeo (NEGP). El gasoducto transportará a partir de 2010 gas desde el Mar Báltico a Alemania. También se convierte en consultor del banco alemán Rothschild (banca de inversiones), del grupo editorial suizo Ringier y de la agencia norteamericana Harry Walker.

Crisis a partir 2001, aunque el crecimiento económico de los 90 no es muy alto

Antes de la crisis el crecimiento de la economía no era muy elevado. Así, en 1996 fue del 1.4%, con una tasa de paro del 10,4% -la mayor desde la II Guerra Mundial-; crecimiento del 2.77% en 1998; del 0.6% en 2000. En este año se produjo una venta masiva de empresas públicas.

La recesión de 2001 es la primera desde 1993. La caída de las exportaciones determina la caída de la economía alemana, mientras que la demanda interna baja un 1.3%. Entra en crisis la empresa Opel y otras grandes empresas entran en suspensión de pagos: Herliz, del sector de la papelería, con 3.000 trabajadores; Fairchild Dornier, del sector aeronáutico, con 4.300 trabajadores; Philipp Holsmann, del sector de la construcción, con 23.000 trabajadores; problemas en Kirch, grupo meditático, con 23.000 trabajadores. En 2001 hubo 32.000 suspensiones de pagos y aún más en 2002.

Munich, la ciudad alemana más próspera, se declara en bancarrota. Como es la sede de grandes empresas que ya no pagan impuestos debido a la caída de ventas y las pérdidas, los ingresos de la ciudad están bajo mínimos.

En 2004 apunta una cierta recuperación, que durará hasta 2008. El crecimiento, no obstante, sólo es del 1.7%.

La crisis de 2008: mantener la especulación financiera a costa del nivel de vida de los pueblos y cómo EEUU quiere salvarse hundiendo a Europa.

La crisis avisa cuando los beneficios de 2007 del Dresdner Bank se reducen a la mitad, aunque, las exportaciones siguen su ritmo ascendente, con un crecimiento del 9% respecto al año anterior.

Pero en el segundo trimestre de 2008 el PIB cae un 1%. Se inician los rescates bancarios: Hypo Real Estate, por 3.500 millones de euros. A finales de año le toca el turno al banco público BayernLB, por 5.400 millones de euros, y al Commerzbank, por 10.00 millones de euros, que será nacionalizado en los meses siguientes. «Además de los grandes bancos privados, sobre todo el Commerzbank y el H.R.E, y algunos bancos públicos-el Landesbanken- tuvieron que ser rescatados mediante garantías públicas de hasta 400.000 M de euros» (1). Caen las exportaciones y Alemania entra en recesión con un crecimiento negativo del -5% en 2009. No obstante, no hay que perder de vista que el crecimiento de la economía tan sólo fue del 1.3% en 2007 y del 2,5% en 2008.

Se pone en marcha un plan de estímulo de la economía por 50.000 millones de euros para 2009 y 2010 (el 2% del PIB), hay rebajas fiscales, reducción de cuotas a la Seguridad Social, ayudas a la compra de vehículos y fomento de la inversión.

Aflora de nuevo la crisis de Opel, que necesita 3.300 millones de euros para mantener su liquidez. Al final, entrarán en su accionario una empresa canadiense y un banco ruso. Volkswagen y Porsche acuerdan la fusión a partir de 2011. Cierran los periódicos «20 Cent Lausitz» y «20 Cent Saar», los grandes almacenes Woolworth, con 11.000 trabajadores, están en quiebra, Arcandor (turismo y comercio) se declara insolvente. La actual directora del FMI y entonces ministra de Economía de Francia dice que Alemania tiene que estimular el consumo interno porque al reactivar la economía alemana se ayudaría el resto de la Europa a salir de la crisis (quizá habría que recordarle estas declaraciones en estos momentos).

La banca alemana es la que más créditos de riesgo tiene en Europa: 213.000 millones de euros. Esto explica muchas de las cosas que pasan en Grecia, Portugal, España, Irlanda e Italia. Tampoco hay que olvidar el endeudamiento interno: «para 2006 las familias tenían un endeudamiento del 68% del PIB; las empresas, el 59% del PIB y las Administraciones Públicas el 67% del PIB» (1). En 2010, la deuda pública era el 75,7% del PIB. La situación financiera, es, pues, muy complicada. «No es de extrañar la posición del gobierno alemán en la crisis griega de exigir solvencia y plan de austeridad al gobierno griego para que los bancos alemanes puedan cobrar los créditos pendientes» (1). Según Joaquin Almunia, Comisario europeo de Competencia, la situación de los bancos alemanes es «la más difícil de la UE».

En 2010 se observa un cierto repunte de la economía, pero sin alcanzar los niveles de 2008. No obstante, el crecimiento ha sido el doble del resto de países de la eurozona: 3,6% del PIB. Todo ello gracias a las exportaciones a las «economías emergentes», especialmente China, que ha puesto en marcha el mayor plan de expansión de su economía. Pero el consumo privado alemán ha bajado un 2% respeto a 2009.

Para 2011, aunque se mantienen las previsiones de crecimiento (basadas exclusivamente en las exportaciones, como señala el propio FMI), se vuelve a una situación de estancamiento. Prácticamente en la actualidad está en un crecimiento cero.

A lo que hay que añadir que actualmente se está viviendo una batalla descomunal en el seno del capitalismo: la crisis financiera es también un pulso entre los EEUU y Alemania. No sólo se trata de recuperar los capitales invertidos por la banca alemana; tampoco se trata solamente de que la deuda pública sea lo más cara posible para que los bancos y los capitales especulativos saquen beneficios descomunales a cambio de la miseria de los pueblos. Se trata, además, de desprestigiar al mundo financiero europeo para que masas de capitales salten al otro lado del Atlántico y financien a la maltrecha economía yanqui; los EEUU quieren mantenerse a flote a cambio de que Europa se hunda. «La crisis del euro se desencadenó por el ataque concentrado de las agencias de calificación estadounidenses Standard & Poors, Moody’s y Fitch contra la deuda de Grecia, España y Portugal. Esa ofensiva está destinada a devolver a EE UU los capitales extranjeros necesarios para cubrir el creciente déficit de su balanza financiera. Es una señal de advertencia a países como China, que había empezado a reequilibrar sus reservas de divisas comprando euros en lugar de dólares. Para EE UU, en efecto, es un asunto urgente. Hasta 2009, la financiación de sus déficits y la defensa del dólar estaban garantizadas por el saldo positivo de sus flujos financieros, pero no logró compensar sus déficits en ese ejercicio y se convirtió en un saldo negativo de 398.000 millones de dólares. En el ámbito puramente económico, la ofensiva contra el euro sigue el mismo sesgo que la lucha contra el fraude fiscal iniciada por Obama en 2009. Se trata de devolver los capitales al regazo de Estados Unidos.» (4)

NOTAS

1- «¿MOTOR ECONÓMICO DURADERO DE EUROPA? REBELION, ESPAÑA 161210 Antón Borja.

2- ALEMANIA VA BIEN, LOS ALEMANES NO TANTO- REBELION, ESPAÑA 040411 Rafael Poch -La Vanguardia.

3- DEGRADACIÓN SOCIAL EN ALEMANIA, SEGÚN LA ONU- REBELION, ESPAÑA 060811 Rafael Poch -La Vanguardia

4- EL FACTOR ALEMANIA: LA CREACIÓN DE UN MERCADO COMÚN CON ESTADOS UNIDOS, REBELION, ESPAÑA 270910 Jean-Claude Paye -Diagonal

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.