Venezuela inicia 2010 vigilante y con una reforzada capacidad defensiva de cara a las amenazas de agresión militar procedentes de Estados Unidos y Colombia. Incursiones, sobrevuelos, espionaje, movimiento de efectivos y medios cerca de sus fronteras y una escalada de ataques verbales por parte de funcionarios norteamericanos y neogranadinos caracterizaron el complejo escenario de cierre […]
Venezuela inicia 2010 vigilante y con una reforzada capacidad defensiva de cara a las amenazas de agresión militar procedentes de Estados Unidos y Colombia.
Incursiones, sobrevuelos, espionaje, movimiento de efectivos y medios cerca de sus fronteras y una escalada de ataques verbales por parte de funcionarios norteamericanos y neogranadinos caracterizaron el complejo escenario de cierre de año.
Semejante panorama prebélico motivó reiterados llamados a preparase para preservar la integridad territorial y la soberanía realizados por el presidente Hugo Chávez, quien a pesar de las amenazas ratificó su voluntad de impulsar la paz regional.
La adquisición de armamento antiaéreo, el entrenamiento de las tropas y las milicias populares y la creación de nuevas unidades de combate sobresalieron entre las medidas defensivas impulsadas por el ejecutivo.
Particular importancia tuvieron la compra de lanzacohetes portátiles Iglass y de sistemas de misiles antiaéreos, todos de fabricación rusa, así como el establecimiento de dos brigadas, una blindada y otra de infantería mecanizada.
En los últimos días de 2009, el gobierno venezolano denunció ante la opinión pública la existencia de planes de guerra orquestados desde Washington con Colombia como punta de lanza.
De acuerdo con Chávez, una de las variantes más probables de agresión es la de los denominados «falsos positivos», consistentes en la siembra o invención de pruebas para justificar acciones armadas.
Están preparando lo que llaman un falso positivo. No sería extraño que maten personas en Colombia y las traigan para acá, las rodeen de fusiles y propaganda en un campamento improvisado y luego digan «aquí está el campamento guerrillero en Venezuela», advirtió.
Según el mandatario, esa operación es predecible, considerando las reiteradas acusaciones de Bogotá sobre una supuesta presencia de insurgentes de las FARC en suelo de este país y el fortalecimiento bélico anunciado por el ministro de Defensa de la vecina nación, Gabriel Silva, en la frontera común, distribuida a lo largo de dos mil 219 kilómetros.
De tanto repetirlo y repetirlo, mucha gente termina creyendo que es verdad que aquí hay campamentos guerrilleros aprobados y apoyados por nosotros, apuntó.
Para el estadista, no caben dudas de que la mano del gobierno estadounidense está detrás de tan macabro proyecto, sobre el cual aseguró poseer pruebas.
Otras denuncias realizadas por Caracas a finales de 2009 respondieron a las incursiones en su territorio de paramilitares colombianos y de un avión no tripulado, similar a los utilizados por Estados Unidos para tareas de reconocimiento y bombardeo en Oriente Medio y regiones centroasiáticas.
Venezuela también señaló el peligro de operaciones aéreas norteamericanas desde bases en Curazao y Aruba, instalaciones puestas al servicio del Pentágono por el ejecutivo de los Países Bajos.
La Cancillería emitió una nota de prensa el 31 de diciembre, en la que desenmascaró el pretexto de la lucha antidrogas esgrimida por Washington y Ámsterdam para justificarlas.
En ese sentido denunció la violación de su espacio aéreo y la tradición estadounidense de utilizar terceros países para realizar labores de inteligencia y lanzar ataques militares.
Para Chávez, ante semejante escenario solo cabe prepararse y alertar a la comunidad internacional.
Lo último que yo quisiera es una guerra con Colombia, pero eso no depende de nosotros, ellos están moviendo unidades a la frontera, aviones a Aruba y Curazao e instalando siete bases norteamericanas en territorio colombiano. Tenemos que estar alertas, tranquilos pero alertas. Aquí estamos nosotros y una comunidad internacional que sabe muy bien cuál es el juego, apuntó.
Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&id=150662&Itemid=1