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Algunas consideraciones sobre la crisis y un plan para una organización sindical de clase

Fuentes: Lucha Internacionalista

1. – Estamos ante una crisis global de sobreproducción como las vividas en el 29 o al principio del 70. Estas crisis se producen porque el capitalismo impulsa el crecimiento continuado de la producción con una mano mientras con la otra asfixia el crecimiento de los salarios y la capacidad de compra de los trabajadores/as. […]

1. – Estamos ante una crisis global de sobreproducción como las vividas en el 29 o al principio del 70.

Estas crisis se producen porque el capitalismo impulsa el crecimiento continuado de la producción con una mano mientras con la otra asfixia el crecimiento de los salarios y la capacidad de compra de los trabajadores/as. Cuando el desajuste es inevitable, entonces busca recursos crediticios para retrasar la bancarrota, pero ésta llega inevitablemente por la incapacidad de equilibrar producción y capacidad de compra de la mayoría. El capitalismo es el primer sistema de la historia en el que la crisis surge como consecuencia de la abundancia de producción y no por escasez; la contradicción es evidente: hay muchas necesidades y hay producción, pero la propiedad privada de ésta impide que el circuito se cierre. 

2. – Los Gobiernos y las instituciones financieras del capitalismo nos quieren convencer de que la crisis es para un par de años, que después ya recuperaremos, con la voluntad de que los trabajadores/as acepten mejor los despidos esperando puestos de trabajo para cuando acabe el desempleo. Pero de éstas crisis el capitalismo sólo ha salido con una destrucción masiva de fuerzas productivas (trabajadores/as y maquinaría/empresas), que permiten recuperar la tasa de beneficio e iniciar un nuevo ciclo de acumulación. La crisis del 29 acabó «resolviéndose » con la II Guerra Mundial después de la larga Depresión de los años treinta. Obama ya habla de Roosevelt como referente político. 

3. – Las medidas que nos proponen los gobiernos y la patronal no resuelven ninguno de los problemas de fondo de la crisis: quieren despedir y empeorar las condiciones de vida de los trabajadores (reducción de sueldos, aumento de jornada, flexibilidad, más precariedad…) es decir, reducir todavía más la capacidad de compra de los trabajadores/as, su objetivo no es resolver la crisis global sino mantener los beneficios empresariales y luchar con la competencia por el pastel de mercado que quede, aunque cada vez sea más pequeño. La lógica empresarial a la que el Gobierno da cobertura (política y aceptando los EREs) acelera todavía más la crisis al continuar reduciendo la capacidad de compra. Por contra, defender íntegramente los salarios, su poder de compra, luchar contra los despidos, son políticas que además de justas minimizan la crisis capitalista. 

4. – Nuestra política sindical tiene que partir de la lógica de los trabajadores ante la crisis, hay que defender la capacidad productiva, las fábricas acumulan riqueza que hemos producido con nuestro esfuerzo, y las necesidades para atender a la población todavía están muy lejos de ser atendidas (y todavía más si miramos el resto del mundo). Hay que defender con intransigencia los puestos de trabajo, el sueldo y las condiciones laborales. Exigir de la administración que no acepte los EREs, convertir cada ERE en una lucha social contra la política de desertización industrial. Ellos sólo cederán si temen perder más. 

5. – Ante los primeros signos de resistencia el Gobierno ha decidido -de acuerdo con las multinacionales y con ayudas económicas- aplazar los despidos en las grandes empresas unos meses para impedir que confluyan en la lucha todos los sectores a la vez. Efectivamente la mayoría de multinacionales (empezando por la automoción) han transformado los despidos en EREs temporales. No renuncian a los despidos pero los dejan para de aquí a unos meses. Mientras eso pasa, el goteo de cierres de pequeñas y medianas empresas es diario, sin práctica capacidad de respuesta sindical. A menudo no está en nuestras manos detener los expedientes, pero de ninguna manera pueden significar ni la paz social (que dejaría al resto de empresas aisladas) ni pensar que todo está resuelto por el momento, pues con la misma lógica la patronal ya prepara los despidos mañana, con el argumento añadido de que ya ha agotado todas las vías sin despidos. 

6. – Imponer esta lógica de los trabajadores/as no es posible sin acciones fuertes y masivas. Éste es el camino de la huelga general, pero la huelga general ni puede ser una simple consigna de propaganda ni algo que de por sí resuelva mágicamente la situación. Por una parte la huelga general tiene que ser una exigencia que salga de las luchas y necesidades concretas de los trabajadores/as, tiene que construirse, pues, desde abajo, más allá de la necesaria propaganda de esta idea que hay que hacer como organización de clase. Además, la huelga general tiene que servir no sólo para «protestar» sino que hace falta que responda a necesidades vitales que revertirían la crisis en favor de los trabajadores/as; en este sentido, la huelga general tiene que tener un programa de exigencias obreras ante la crisis. 

UNIFICAR LAS LUCHAS.  CONSTRUIR LA HUELGA GENERAL DESDE LA BASE. 

La lucha tiene que responder a las necesidades más evidentes: la lucha contra los expedientes y los cierres, con la perspectiva de la movilización general, la huelga general. Pero no nos podemos quedar en hacer propaganda de la necesidad de una huelga general, además hay que construirla desde abajo. ¿Cómo? empezando un proceso de confluencia de luchas. Hace falta que alguno de los comités de empresa en los cuales tenemos presencia presente una resolución para la convocatoria de una reunión a todos los comités de empresa de la comarca que tengan EREs a la vista. Esta reunión tendría que tener como objetivo: 1) establecer una coordinación regular entre comités de empresa, 2) impulsar un llamamiento a la lucha conjunta de toda la comarca en defensa del futuro, 3) hacer llegar este llamamiento a todos los otros sectores de la población; 4) convocar una primera manifestación y fijar -si es posible- una jornada de huelga conjunta; 5) presentar en todos los municipios de la comarca el llamamiento con el fin de que se adhieran y pongan recursos concretos (locales, fotocopiadoras para las hojas…) al servicio de la coordinación de empresas en crisis; 6) exigir la convocatoria de una huelga general. Obviamente a esta tarea llamamos al resto de sindicatos. Es necesario discutir comarca a comarca, localidad a localidad, desde qué empresa empieza el proceso de llamamiento a unificar las luchas.

La realidad de la acción sindical hace muy difícil detener los despidos desde las empresas pequeñas, por lo que la responsabilidad la tienen las grandes empresas para dar un marco común a la lucha de todas las empresas contra los despidos.

La construcción es de los sectores más castigados por la crisis. Actualmente están los 8.000 millones de euros a distribuir por municipios y planes. Sería importante recuperar la experiencia de los 70 de las asambleas de parados que exigían trabajo digno: planes de construcción de equipamientos sociales y vivienda protegida; contratación pública directa con salario dignos. 

¿UNA HUELGA GENERAL PARA QUÉ? 

Algunas reivindicaciones esenciales para hacer efectivo aquello de que la crisis la paguen ellos (o los ricos).

* La crisis llega al sistema productivo porque los bancos -entrampados con los movimientos especulativos de la bolsa y lasburbujas– no hacen llegar los recursos a las familias y empresas. Hay que denunciar el dinero que da el Gobierno a la banca para que «se porten bien» y que, además se han demostrado ineficaces, hay que exigir la nacionalización de la banca para ponerla al servicio de las familias y la producción.

* El desempleo crece y para el 2009 se esperan 4 millones de parados/as en el estado español. Esta situación, además de un sufrimiento enorme para la clase trabajadora, comporta una agravación de la crisis, hace falta utilizar todas las manos disponibles y repartir el trabajo sin pérdida de sueldo. Jornada de 35 horas semanales con sueldo íntegro, hacia la escala móvil de horas de trabajo.

Reducción del abanico salarial. Salario mínimo de 1200 euros.

* La patronal justifica las previsiones futuras o la caída de las ventas para presentar EREs con despidos y recortes de sueldos y «costes laborales». Estas medidas agravan la crisis, hay que exigir a las empresas el mantenimiento de la producción y de las condiciones laborales, exigiendo o interviniendo los precios -si hace falta- para recortar el margen de beneficio empresarial y aumentar el consumo. Readecuación de la producción en las empresas en que sea necesario para adaptarla a las necesidades sociales. Exigencia a la administración de que rechace los EREs y proceda a nacionalizar bajo el control de los trabajadores/as las empresas que se niegan a mantener la plantilla y los sueldos.

* Para la pequeña y mediana empresa, pero también por la grande, la Ley Concursal es el recurso al cierre rápido y sin resistencias. La amenaza de la aplicación de la Ley Concursal es una espada de Damocles sobre las luchas obreras de resistencia, hace falta, pues, exigir la derogación de Ley Concursal.

* Uno de los sectores más castigados por la crisis es la construcción. Por una parte hay que exigir una ley que impida el desahucio por la imposibilidad de las familias del pago del alquiler o los créditos bancarios. Por otra parte hay que exigir un plan de construcción y obra pública con centros escolares, sanitarios, transportes públicos… para absorber el desempleo de la construcción.