El movimiento Jubileo-Australia pidió que la condonación de la deuda externa aprobada el año pasado por el Grupo de los Ocho (G-8) países más poderosos se extendiera a las 66 naciones pobres, y subrayó la apremiante situación de Bangladesh, Filipinas e Indonesia.
Casi 80 millones de habitantes de esos tres países asiáticos viven con menos de un dólar por día, alertó esta red de organizaciones no gubernamentales.
Las tres naciones tienen deudas gigantescas, la mayoría asumidas por antiguos regímenes corruptos, y carecen de los fondos necesarios para las necesidades educativas y de salud básicas de la gran parte de su población. Indonesia y Filipinas gastaron tres veces más en pagos de sus compromisos financieros que en educación y salud.
«El endeudamiento daña las perspectivas económicas del país al entorpecer las inversiones extranjeras y estimular a los gobiernos endeudados a participar de prácticas económicas no sustentables ni ecológicamente sanas que causan perjuicios a largo plazo», afirmó la codirectora del grupo Aid/Watch, Karen Iles.
El G-8 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia), en su reunión del año pasado en la ciudad escocesa de Gleneagles, aprobó la Iniciativa Multilateral de Alivio de la Deuda, después ratificada por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, por la cual se condonaron obligaciones por 3.300 millones de dólares a 19 de los países pobres altamente endeudados (HIPC).
Los beneficiarios fueron Benin, Bolivia, Burkina Faso, Camboya, Etiopía, Ghana, Guyana, Honduras, Madagascar, Malí, Mozambique, Nicaragua, Níger, Ruanda, Senegal, Tayikistán, Tanzania, Uganda y Zambia.
Otras 10 naciones podrían ser favorecidas en los próximos años. Eso equivaldría a inyectar unos 37.000 millones de dólares en los presupuestos de esos países durante los próximos 40 años.
Sin embargo, Jubileo-Australia hizo un llamado el 16 de mayo a extender ese beneficio a un total 66 países.
«El acuerdo (del G-8) supone que, a partir de julio de 2006, 290 millones de personas serán liberadas de la esclavitud de la deuda. Pero este acuerdo sólo beneficia a una de cada 10 personas en el mundo en desarrollo. Hay muchos más que necesitan un alivio de la deuda, y Australia necesita ser más activo en su papel de ciudadano global», afirmó el coordinador nacional de esa red, Luke Fletcher.
Australia permanece en el fondo de la lista de donantes internacionales. Para el período 2006-2007 destinó apenas 0,30 por ciento de su producto interno bruto (PIB) a la ayuda al desarrollo.
El promedio de la asistencia de las naciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), integrada por las economías industrializadas, es de 0,47 por ciento del PIB.
Australia aceptó cancelar 80 por ciento (889 millones de dólares) de una obligación de Iraq para 2008, pese a que ese país no está entre los altamente endeudados.
También condonó deudas bilaterales de los países que calificaron para el programa HIPC, como Nicaragua y Etiopía, y aceptó financiar su parte del último acuerdo del G-8 por unos 136,2 millones de dólares.
«A diferencia del caso de Iraq, el gobierno australiano no reconoce que las deudas ilegítimas asumidas por antiguos regímenes dictatoriales como los de Filipinas e Indonesia merezcan la cancelación», explicaron Fletcher e Iles.
Dos nuevos documentos de Jubileo-Australia, «Plataforma de políticas 2006» y «Un caso para el alivio de la deuda», divulgados en la víspera del Día Mundial contra la Deuda Externa, que se celebró el 16 de mayo, llaman a las potencias a permitir un mayor alivio de las obligaciones y exhortan al gobierno australiano a colocar este tema al tope de la agenda en la próxima reunión del Grupo de los 20 (G-20) países en desarrollo.
El encuentro del G-20, integrado por naciones que luchan contra distorsiones en el mercado agrícola mundial, está previsto para noviembre en la sudoriental ciudad de Melbourne.
La «Plataforma de políticas 2006» sostiene que la calificación para los programas de alivio de la deuda debería extenderse a los 66 países que el Banco Mundial considera muy pobres y por tanto les otorga préstamos con privilegios.
La lucha de un país contra la pobreza y su capacidad para alcanzar los Objetivos de Desarrollo de la Organización de las Naciones Unidas para el Milenio deben ser la más importante consideración a la hora de evaluarlo para un alivio de su deuda externa, señala.
El documento «Un caso para el alivio de la deuda» elogia a países como Tanzania y Zambia, que han invertido en salud y educación el dinero de sus obligaciones perdonadas.
«Cuando visité mi país, ví el caos causado por años de deuda y también cómo un gobierno con madurez política supo usar los fondos resultantes del alivio de la deuda para liberar a la población de la pobreza. Esto último trae esperanza, pero las naciones industrializadas aún deben hacer más y cancelar toda las deudas», dijo Dorothy Makasa, una zambiana radicada en Sydney.
Australia anunció que gozará este año de un excedente de 10.800 millones de dólares en su presupuesto. Sin embargo, prevé un minúsculo aumento de 300 millones de dólares en su ayuda internacional.
«Los anuncios de alivio de la deuda en su mayor parte benefician a Iraq, pero hay una gran necesidad en nuestra propia región. Una importante cantidad de nuestras ganancias deberían ser destinadas a combatir la pobreza y cancelar las deudas bilaterales de Indonesia y Filipinas», sostuvo el parlamentario Peter Garrett, del opositor Partido Laborista, y ex vocalista del grupo de rock Midnight Oil.