Venezuela proyecta para 2019 duplicar su actual producción de tres millones de barriles diarios de crudo, como parte de los horizontes estratégicos recién aprobados por el presidente Hugo Chávez.
A partir del reconocimiento hace dos semanas de la OPEP a este país suramericano como la mayor reserva mundial del llamado oro negro, con 296 mil 500 millones de barriles, el Gobierno trazó planes de expansión centrados en el desarrollo de la Faja Petrolífera del Orinoco.
En ese territorio de 55 mil kilómetros cuadrados al sur de los estados Anzoátegui, Guárico y Monagas se ubican los mayores yacimientos de crudo del planeta (estimados en 272 mil millones de barriles, una parte de ellos aún por certificar).
De acuerdo con la estrategia anunciada por Chávez, la escalada paulatina del bombeo debe llevar este año a un aumento de 146 mil barriles diarios, con metas intermedias de 3,45 millones en 2013, cuatro millones en 2015 y seis millones en 2019, de cara a los 6,12 de 2021.
Incluso pudiéramos pensar en ocho o nueve millones de barriles para 2031, aunque nuestros horizontes no incluyen todavía esa etapa, señaló.
Para el mandatario, la certificación del cartel de 12 países con sede en Viena de las potencialidades venezolanas en el sector debe interpretarse como la necesidad de ajustes en sus cuotas.
La disponibilidad de reservas es una variable de peso en la asignación de cuotas OPEP y debe por tanto haber un reformateo, tiene que ser así, que permita a Venezuela mayor participación en el suministro mundial, apuntó.
Chávez considera que los ambiciosos planes de expansión petrolera solo son posibles en revolución.
En ese sentido, recordó la entrega de los recursos naturales de la nación a las transnacionales durante etapas de la cuarta república (1958-1998).
Aquí le regalábamos el petróleo a los yanquis a cinco dólares el barril, mientras ahora anda por 107 y para 2021 pudiera rondar los 200, advirtió.
Faja Petrolífera del Orinoco, la clave de la expansión
Clave en los planes de expansión es el desarrollo de la Faja Petrolífera del Orinoco, por sus enormes yacimientos distribuidos en los bloques Ayacucho, Boyacá, Carabobo y Junín.
Sin embargo, por sus características de hidrocarburos extrapesados -gravedades menores de 10 grados API- el crudo del rico territorio requiere de complejos procesos de mejoramiento para su refinación.
La solución impulsada por el Gobierno ha sido la atracción de inversiones por 80 mil millones de dólares, a partir de la creación de más de una veintena de empresas mixtas con compañías de América, Asia y Europa, entre ellas de China, España, Estados Unidos, Italia, Japón y Rusia.
A propósito de los convenios, el ministro de Energía y Petróleo Rafael Ramírez destacó además de los recursos comprometidos, el acceso a diferentes tecnologías de explotación y el nuevo escenario de plena soberanía sobre los hidrocarburos.
Según el titular, a diferencia de las políticas petroleras de anteriores gobiernos, Venezuela tiene en sus acuerdos la mayoría de las acciones (60 por ciento), así como un marco legal que le garantizan regalías, impuestos y un bono en sintonía con los intereses del desarrollo socio-económico del país.
Antes recibíamos apenas el 47 por ciento de los ingresos por barril, mientras hoy obtenemos el doble de esa cifra, agregó.
Se espera que para los próximos meses empresas mixtas de la Faja aporten sus primeros barriles, en un proceso llamado producción temprana, para el cual es aprovechada la infraestructura existente.
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