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Entrevista a Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL

«América Latina debe avanzar hacia un modelo social basado en la garantía real de los derechos»

Fuentes: Argenpress

Desde una óptica no solo económica sino ecológica y sociológica, Alicia Bárcena Ibarra, la bióloga mexicana, actualmente secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), organismo de estudio e investigación dependiente de Naciones Unidas con sede en Santiago de Chile, hace una análisis en entrevista exclusiva con CRONICON sobre el […]

Desde una óptica no solo económica sino ecológica y sociológica, Alicia Bárcena Ibarra, la bióloga mexicana, actualmente secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), organismo de estudio e investigación dependiente de Naciones Unidas con sede en Santiago de Chile, hace una análisis en entrevista exclusiva con CRONICON sobre el impacto de la crisis sistémica del capitalismo en esta región.

Bárcena sostiene que el desafío de los países latinoamericanos es «encontrar nuevas fórmulas que nos permitan, como región, retomar una ruta de crecimiento económico en consistencia con nuestras necesidades sociales».

Es enfática en señalar que ahora luego del rotundo fracaso del neoliberalismo, en el capitalismo no se puede optar por un solo modelo económico, y por el contrario, cada país en el caso latinoamericano, debe adoptar su propio esquema que posibilite un real desarrollo social pero no a partir de la exportación única de productos primarios sin valor agregado, sino procurando la innovación industrial y, sobre todo, lo que denomina como «el ADN de la igualdad social» para garantizar efectivamente los derechos fundamentales a los ciudadanos.

Se trata, explica, de «transitar de la exclusión social a un desarrollo incluyente con convergencia productiva y empleo». A partir de julio de 2008 asumió el cargo de Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, posición desde la cual está interesada en promover un análisis sobre el impacto de la crisis del capitalismo en América Latina y cómo esta región puede construir una agenda de desarrollo social en el largo plazo. Es bióloga con estudios completos de Maestría en Ecología en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y especializada en Administración Pública en la Universidad de Harvard. En el área académica ha realizado tareas de docencia e investigación en el campo de la botánica, la etnobotánica y la ecología. Con anterioridad se había desempeñado como Secretaria General Adjunta de Gestión en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York y coordinadora tanto del Programa de Desarrollo Sostenible de América Latina y el Caribe como del Programa para el Medio Ambiente de Naciones Unidas. Fue fundadora y directora del Consejo de la Tierra, organización no gubernamental con sede en Costa Rica y en su país, México, estuvo a cargo de la Dirección del Instituto Nacional de la Pesca y del Viceministerio de Ecología.

Inflexión del capitalismo

– ¿La crisis mundial del capitalismo qué impacto ocasiona a América Latina durante este año de 2009?

– El principal impacto que ha tenido la crisis en la región ha sido de carácter comercial, más que financiero. Nuestra región está menos frágil en el ámbito financiero, aunque hay falta de crédito. En cuanto al comercio cayeron tanto las exportaciones como las importaciones porque los precios de las valores de los bienes primarios se redujeron, aunque ya vuelven a estabilizarse. En segundo lugar y aunque es un tema global pero en América Latina es muy preocupante, es el impacto en el desempleo. Habíamos logrado en los últimos seis años disminuirlo de 11% al 7% y ahora estamos en niveles de 9%, quiere decir que se suman tres millones y medio de desocupados a los 15 millones que teníamos antes. Y en tercer lugar, la caída de las remesas es otro aspecto que hay que destacar. En 2008 a la región le llegaron aproximadamente 69 mil millones de dólares por este concepto, se espera una caída este año entre 5 y 10%. La situación varía según los países, el más afectado este año será México, pero también Ecuador y El Salvador sobre todo porque son economías dolarizadas que no tienen el instrumento de depreciación de la moneda para poder equilibrar los volúmenes que llegan a las casas de los hogares pobres. Finalmente, otro aspecto que se ve afectado es el turismo del cual muchos países, como los del Caribe, son dependientes por todo lo que tiene que ver con el sector servicios. Aunado todo ello a la influenza que ha tenido un impacto fuerte.

– ¿Este panorama que usted pinta va a generar un crecimiento muy negativo en la economía de América Latina?

– La caída del comercio tiene un impacto muy fuerte en la actividad industrial, realmente la producción ha disminuido y por eso en el 2009 nosotros los que esperamos en la CEPAL es una contracción del crecimiento. La región venía teniendo un crecimiento consecutivo en los últimos cinco años y en este cae, por lo que consideramos que habrá una contracción de la economía de 1.9%, una cifra más bien optimista porque prevemos que habrá un repunte de la economía durante este segundo semestre.

– ¿Para la CEPAL esta crisis es sistémica y por lo tanto se requiere de un nuevo modelo económico para enfrentarla?

– Nosotros sí estamos convencidos de que este es un punto de inflexión, un cambio muy fuerte, en realidad no lo vemos como un ciclo en el sentido de que vamos a volver al sitio donde estábamos, creemos que el futuro será diferente, el cual tendremos que enfrentarlo con mucho menor crecimiento, con menor comercio, y vamos a tener que explorar nuevas formas de producir, también por otra razón, y es que tenemos que optar por un modelo que debe ser libre de carbono, porque enfrentamos ese gran riesgo que es el cambio climático. Entonces el futuro lo vemos desde la CEPAL como algo muy diferente y por eso queremos impulsar y traer de la historia cepalina el tema sobre la importancia de la convergencia productiva. En esta crisis lo que queda desnudo son dos aspectos que América Latina no ha podido resolver en su historia que son la desigualdad social, seguimos siendo la región más desigual del mundo; y segundo, la heterogeneidad productiva, es decir, la brecha entre los más ricos y los más pobres, pero también entre los más insertos dentro de la modernidad y los menos, esa brecha de acceso a la innovación es para nosotros un tema muy importante.

– Uno de los elementos del neoliberalismo son los mal llamados tratados de libre comercio que ha buscado imponer Estados Unidos en varios países latinoamericanos, y la experiencia indica que a un país como el suyo, México, no le ha ido bien con este tipo de convenios. ¿No constituyen estos tratados en su concepto una amenaza para el desarrollo económico de los países de la región?

– Los tratados de libre comercio son al fin y al cabo acuerdos de intercambio de bienes y servicios. A México, por ejemplo, no le ha ido bien porque se concentró en un solo mercado, 80 por ciento de sus exportaciones van a los Estados Unidos que fue el país más afectado del mundo en esta crisis. El tema de fondo es que nos falta tener una mezcla apropiada para saber entre cuánto abrirse o cuánto no. Si nosotros vemos las economías de Suramérica observamos que algunas de ellas son las menos abiertas como Brasil y Argentina; Chile es una de las economías más abiertas y no le ha ido mal.

– Pero Chile fue el primero de los países de la región en optar el modelo neoliberal en la región y eso le permitió obtener ciertas ventajas al abrir su comercio…

– Claro, pero Chile tiene un aspecto interesante y es que se abrió a varios destinos y con varios productos. En comparación, México se abrió fundamentalmente con la maquila y no hubo innovación, en consecuencia se estancó en una oferta determinada y en un destino determinado. Yo diría, entonces, que lo que vamos a vivir es un comercio más administrado.

– ¿Procesos de integración como el MERCOSUR son experimentos que pueden anteponerse a convenios comerciales asimétricos como los TLC que impulsan Estados Unidos y la Unión Europea en Latinoamérica?

– A mí me gusta más la idea de una integración que vaya más allá del comercio, porque MERCOSUR empezó como una instancia comercial con mecanismos arancelarios. Ahora hay una evolución en el sentido de tomar en cuenta las asimetrías de los países, estos acuerdos que se están dando por ejemplo entre Brasil y Argentina de intercambio vía moneda local; o el reciente convenio suscrito entre Brasil y Paraguay para el intercambio de electricidad, son muy importantes. El MERCOSUR es el pretexto para unirse, pera ya se están discutiendo aspectos más allá de lo comercial y a eso le doy mucho valor.

– ¿Después del estruendoso fracaso del neoliberalismo, considera usted que hay que reivindicar históricamente el modelo cepelino de los años 60 del siglo XX en América Latina que impulsó el mercado interno, la sustitución de importaciones, el fortalecimiento de las industrias locales, y retrotraer algunas experiencias positivas de ese modelo?

– Creo que no hay un solo modelo, en eso quiero ser enfática. Considero que el creer que se puede optar por un solo modelo dentro del capitalismo es inapropiado. Cada país tiene que encontrar su modalidad para sacar el mejor provecho de sus ventajas comparativas, sus recursos naturales y sus recursos humanos; ser competitivos pero no a partir de la exportación única de productos primarios sin valor agregado, porque ahí está nuestra gran falla. Pretendemos exportar la materia prima sin innovación y ahí radica el gran cambio que tenemos que hacer. También hay que trabajar por lo que desde la CEPAL hemos denominado el ADN de la igualdad desarrollando políticas activas para volver a la sociedad más equitativa. El empleo no es la única llave que nos va a llevar a la equidad, es muy importante porque constituye el ingreso, pero también debemos avanzar hacia una política social basada en derechos, es decir en una sociedad de garantías, porque eso se ha ido perdiendo en la región: el derecho a educación, a la salud, a la protección social. Entonces, a partir de la historia económica de América Latina si debemos analizar un tema que es cómo volvemos a ser lo que fuimos: potencias industriales con innovación. No sé si sustitución de importaciones es ahora la frase, pero si creo que debemos procurar incentivar un comercio intrarregional, por eso la integración de América Latina es tan importante y debe ser nuestra prioridad.

– ¿Un observatorio económico y de análisis como la CEPAL en qué está en este momento? ¿Está apuntando a dar recomendaciones a los países de Latinoamérica y del Caribe?

– Nosotros estamos en un proceso de reflexión muy interesante y le agradezco su pregunta por oportuna, en el sentido de qué sigue después de la crisis; de cómo América Latina puede construir una visión de largo plazo; y de cómo vincular las acciones urgentes con las importantes. Se trata de que las medidas que están adoptando los países para enfrentar la crisis se hagan con mirada de mediano y largo plazo y para ello creo que hay ingredientes esenciales: primero el tema fiscal en términos de equidad social; segundo, el de la innovación; tercero el tema de la seguridad social y la igualdad; y cuarto, cómo logramos diseñar economías mucho más eficientes en el ámbito energético sin carbón. Entonces en la CEPAL estamos en esa reflexión sobre el futuro de América Latina, porque el futuro va a ser distinto.

http://www.argenpress.info/2009/11/alicia-barcena-secretaria-ejecutiva-de.html