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América Latina mejor preparada para las turbulencias

Fuentes: IPS Noticias

La economía de América Latina y el Caribe está en mejores condiciones que en la década del 90 para afrontar una eventual crisis mundial, gracias al crecimiento acumulado de cuatro años y al superávit de cuenta corriente, según la Cepal.

A diferencia de lo sucedido en ciclos anteriores de crecimiento económico, esta vez los gobiernos de la región han evitado políticas fiscales expansivas, con ingresos fiscales que superan al gasto, y han optado por la cancelación de deudas, se explica en el Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2005-2006, presentado el 25 de julio en Santiago.

El secretario ejecutivo de la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), el argentino José Luis Machinea, dijo en el acto de presentación que la región en general está más preparada que en otras épocas para soportar perturbaciones externas, aunque alertó que la situación no es igual en todos los países.

También se destaca que los países latinoamericanos han aumentado la capacidad de endeudamiento con los organismos multilaterales de crédito, un importante salvavidas en caso de dificultades.

Pero Cepal advierte que algunas naciones siguen aún con su economía altamente «dolarizada» y con elevadas deudas públicas. Entre las naciones que tienen mayores porcentajes de depósitos en divisas están Uruguay, Bolivia, Paraguay y Nicaragua.

A pesar de que esta agencia de la Organización de las Naciones Unidas no vislumbra por ahora una gran crisis mundial, advierte empero que el escenario hoy está cargado de incertidumbre, producto del alza constante del precio del petróleo, que «comienza a impactar en la inflación subyacente», especialmente ahora que se registra una escalada bélica en Medio Oriente.

Tampoco está claro hasta dónde llegará el aumento de las tasas de interés que impone Estados Unidos y «en qué medida la desaceleración de ese país será compensada por un mayor crecimiento de la Unión Europea, Asia y Japón».

Por otra parte, Cepal estima que la economía de América Latina y el Caribe crecerá cinco por ciento este año, con lo cual seré la segunda vez en los últimos 25 años que la región gozará de un periodo de cuatro años consecutivos de expansión.

El rango de crecimiento será de entre 3,5 por ciento y 6,5 por ciento para la mayoría de los países, con las excepciones de República Dominicana y Venezuela, que acumularán una tasa de ocho por ciento y Argentina, cuya expansión se estima en 7,8 por ciento. En el otro extremo está Haití, que bordeará 2,5 por ciento.

Sin embargo, la región sigue creciendo a un ritmo menor que el conjunto del mundo en desarrollo. Esto se explica porque sus economías más grandes, México y Brasil, se expanden menos que el promedio regional. Lo que no sucede, por ejemplo, en Asia con potencias como China e India.

A juicio de la Cepal, la economía regional tiene en estos momentos la oportunidad de incrementar aún más la tasa de expansión y ayudar así a disminuir la pobreza, pero sin olvidar que «sólo con recursos naturales es difícil lograr un crecimiento sostenible y mejorar la equidad».

Para lograr esto, se requiere mejorar la cohesión social, mediante políticas en el ámbito productivo y social, así como avanzar en el perfeccionamiento de la institucionalidad. También es necesario que los países obtengan parte de la renta de los sectores que más ganan (a través de impuestos y royalty), sobre todo de las empresas extractoras de productos naturales.

Machinea comentó a IPS que los países de la región no están dando a este ámbito la importancia que se merece.

«Hay que invertir e innovar en los sectores primarios y para eso se requieren políticas y estrategias del sector público», puntualizó el secretario ejecutivo de la Cepal, quien cree que los recursos deberían destinarse principalmente a la innovación y a la generación de valor agregado de los productos exportados.

El economista chileno Jacobo Chatán, del Centro de Estudios de Desarrollo Alternativo, Cenda, comentó a IPS, a su vez, que un aspecto central para el desarrollo de la región y que generalmente es olvidado por este tipo de estudios es la distribución de la riqueza.

«Los países crecen, pero esto no se ve reflejado en los ingresos de las familias», precisó.

«Chile se ha ilusionado mucho con la apertura a los mercados internacionales, pero en la práctica los beneficios los recibe un grupo muy pequeño de empresarios», indicó el experto, quien asegura que el problema de la distribución de la riqueza suele aparecer como una reivindicación de ciertos sectores políticos, pero que se trata de un asunto estructural.

El estudio también advierte que se registró un aumento de las exportaciones y una mejora de los términos de intercambio para América del Sur, México y Trinidad y Tobago. En tanto, los países centroamericanos se beneficiaron junto a México del ingreso de divisas provenientes de las remesas enviadas por los trabajadores emigrados.

De hecho, los recursos provenientes de las transferencias de los emigrantes alcanzaron 2,3 por ciento del producto interno bruto regional en 2005. La inversión también mejoró en la región, especialmente en América del Sur, aunque según Cepal las actuales tasas todavía son insuficientes.

Asimismo, el crecimiento repercutió favorablemente en la generación de empleos, ya que la tasa de ocupación subió 0,5 por ciento el año pasado, principalmente en el sector formal. A pesar de ello, todavía hay 18 millones de trabajadores desempleados en la región. Se proyecta que este año la desocupación baje de 9,6 por ciento de 2005 a 8,8 por ciento.

Para 2007, Cepal proyecta un crecimiento del producto regional en torno a 4,5 por ciento.