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América o Las Indias: el día que Miss Mundo levantó el puño

Fuentes: Rebelión / AVN

Traducido por Juan Vivanco

Isidro López es un jovencito, pero su cara labrada por el sol y las adversidades le da un aire de sabiduría de viejos. Es un campesino proveniente de Paraguay y va caminando entre la muchedumbre con su mate en la mano. «El pueblo venezolano ha salido a la calle a defender su revolución», dice con voz suave y rápidamente advierte: «Porque esta no es su revolución; es la revolución del continente».

Hace algunos años llegó a Venezuela, postulado por las organizaciones campesinas de su país, para estudiar en el Instituto Universitario Latinoamericano de Agroecología Paulo Freire, y con toda autoridad repite la frase que está de boca en boca por las calles de Venezuela: «Todos somos Chávez y todos los campesinos de Paraguay están apoyando a la Revolución Bolivariana».

Walterio Lanz tiene todos los años de la tierra, del llano exactamente. Es un oriental perdido en las riberas del río Apure. Un rostro amable, de blanquísima barba blanca, es su carta de presentación. Ha regado semillas por todos los rincones de este país y camina con una mirada atenta a cuanta matica se tropieza para dar explicaciones rápidas sobre qué son y cómo crecen a pesar de los caraqueños.

Sonriente echa un vistazo a su alrededor y declara: «Este es un mensaje bien puesto que le está dando la gente al departamento de Estado de Estados Unidos». «Naturalmente que los idiotas de algunos sectores no entienden esto; no entienden este lenguaje», sentencia con desparpajo.

No le sorprende que la avenida Urdaneta esté desbordada de la marea roja y que al fondo, en la gran tarima, no esté Chávez. De eso se trata la tan mentada madurez política que los venezolanos han forjado en la última década. «El pueblo está dando una línea con su presencia y alegría. Ha entendido y asumido el fondo de esta lucha: la dirección al socialismo. No hay otra».

El pueblo es sabio y paciente,
es el decir de los viejos
que al cantar de guacharaca
saben calcular el tiempo…

Desde lo alto del escenario la canción de Alí Primera saluda a la gigantesca concentración popular, una de las más masivas de la historia de Venezuela. Han acudido los jefes de estado y los cancilleres de 27 países latinoamericanos y caribeños.

La Caracas electrizada de este 10 de enero de 2013 recuerda irresistiblemente a la del 13 de abril de 2002. Entonces el pueblo se había movilizado para abortar en 48 horas un golpe de Estado urdido por los medios privados nacionales e internacionales, la patronal, unos militares de extrema derecha y los expertos de la CIA.

Durante las últimas semanas, la internacional del Partido de la Prensa y el Dinero ha intentado reeditar el golpe de Estado repitiendo machaconamente que hay un «vacío de poder». No contaba con un pueblo «sabio y paciente» pero siempre dispuesto a echarse a la calle cuando es preciso para defender su voto.

Este 10 de enero la multitud ha celebrado el primer día del nuevo mandato de seis años de Hugo Chávez, reelegido en octubre con el 54% de los sufragios. La toma de posesión oficial se hará al término de su convalecencia, tal como lo autoriza la Constitución (1). Pero viendo a este pueblo en compañía del gobierno bolivariano, y a estos jefes de Estado llegados de toda Latinoamérica, jurar con la mano en alto que se comprometían a llevar adelante el programa socialista salido de las urnas, uno siente que el viejo sueño del presidente («Chávez no soy yo, eres tú, niño, eres tú, mujer, eres tú, campesino, ¡porque yo ya no soy yo, yo soy un pueblo, carajo!») no es tan descabellado.

Hasta Miss Mundo está presente, levantando el puño. La venezolana Ivian Sarcos centra los ataques de los medios privados (predominantes en Venezuela), que no le perdonan haberse liberado de la condición de mujer objeto y demostrar que se puede ser a la vez «Miss Mundo» y ciudadana comprometida. En trece años de revolución, la condición de la mujer ha avanzado a pasos agigantados. «No hay socialismo sin feminismo» dijo un día Chávez. Y este 10 de enero ellas están allí. Misses o no, en primera línea.

Anita Castellanos se molesta cuando le dicen frases como «toma de posesión sin Chávez» o «juramento simbólico». Está revestida de tricolor patrio y llora sola al finalizar el puente Llaguno. «Él está aquí, ¿sabe por qué? Porque cada uno de nosotros somos él; lo llevamos al lugar en el que está. No se olvide de que somos más de ocho millones. Ese hombre está juramentado hace rato por nosotros».

Viene de Santa Teresa del Tuy y con la claridad de los que han releído cientos de veces la misma línea recuerda que «la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo». «El pueblo es el que decide. La oposición está equivocada: la Constitución la hizo el pueblo. Ellos la quemaron en 2002 y hoy en día la utilizan para defender sus intereses». Los retos para el mandato 2013-2019 para Ana son la lucha por las Misiones y la defensa de los derechos logrados. Hace pausa y tras un suspiro hace un gesto para descartar lo que ha dicho y decir, ahora sí, cuál es la tarea: «No dejar morir esta revolución porque claro que existe por Chávez, pero primero está el pueblo».

«¡Lugo, Lugo, Lugo!» Fernando Lugo, presidente legítimo de Paraguay, víctima hace meses de un golpe parlamentario, sube a la tribuna. «Veo tantos carteles que dicen ‘Yo soy Chávez’ y sé que está aquí en todas las caras de su pueblo. ¿Quién dice que él está ausente? Ahí lo veo a él, en las mujeres, en los campesinos… Chávez está aquí presente, Chávez se metió en lo profundo del corazón de su pueblo, en lo profundo del corazón de Latinoamérica y el Caribe.» «Venezuela sufre una guerra mediática, pero nadie puede negar el liderazgo y el triunfo contundente, incuestionable del presidente Chávez. Ha instalado un modelo diferente, es una persona sensible, que siente lo que siente el pueblo, capta y entiende, y busca dar respuesta. Hay un nuevo paradigma de liderazgo en Latinoamérica, con un gran ingrediente de dar respuesta a estas históricas demandas sociales postergadas. Lo que no se puede negar, tanto en Venezuela como en otros países, es que algo nuevo está sucediendo. Venezuela va a cambiar con o sin Chávez, lo mismo que Paraguay, con o sin Lugo, seguirá en el camino de los cambios que hemos iniciado; estos procesos son irreversibles.»

Carlos Timmermann, canciller argentino: «La presidenta Cristina Fernández va camino de La Habana para ver al presidente Chávez. Nosotros, los argentinos, apoyamos totalmente la victoria electoral de ustedes de octubre. Y sabemos que con su apoyo recuperaremos las islas Malvinas, y que juntos venceremos al colonialismo.»

En nombre del presidente Correa, retenido por la campaña electoral, el canciller ecuatoriano Ricardo Patiño recuerda que pese a los expertos en ciencia política «Chávez ha pasado de 3.600.000 votos en 1998 a más de 8 millones en 2012. Que los enemigos de la democracia no se equivoquen: los pueblos y los países de Latinoamérica somos solidarios».

El vicepresidente de El Salvador, Sánchez Cerén, candidato de la izquierda a la futura elección presidencial de su país, denuncia «las mentiras de los grandes medios. Hagamos oír nuestra voz en el mundo, para vencer a la mentira».

Para el vicepresidente del Consejo de Ministros de Cuba Miguel Díaz-Canel: «No ha sido fácil construir una revolución; en tan poco tiempo sólo un pueblo alimentado con su historia podía lograr tantas conquistas sociales. Latinoamérica no permitirá ni una sola desestabilización más».

Dice el presidente de Surinam Désiré Bouterse: «No sólo cuando brilla el sol somos amigos, también lo somos en los momentos difíciles. Los países pobres de Centroamérica, del Caribe y de Latinoamérica, unidos en una lucha común contra la pobreza, por la soberanía, confiamos en Chávez y en su pueblo».

El presidente Evo Morales se declara «sorprendido por el carácter masivo de esta concentración y la presencia de tantos gobiernos. Nos gustaría, lo digo sinceramente, tener esta cantidad de movilización en Bolivia y en Latinoamérica. Esta mañana, al llegar, he recordado que Chávez nos esperaba para reuniones seguidas de más reuniones, y para las arepas del desayuno. Hoy, al comer la arepa, me he sentido otra vez con él. Recuerdo cuando la CNN decía que Fidel estaba muerto, y nunca se moría… En Bolivia también teníamos fuerzas armadas desideologizadas, que daban miedo a los niños porque a los soldados los usaban para matar. Expulsamos a los estadounidenses de nuestro Estado Mayor, igual que en Venezuela. Lo que garantiza la revolución boliviana son los movimientos sociales aliados con unas fuerzas armadas conscientes.»

«Si las imágenes de Bolívar y Sucre están en todas nuestras escuelas y en las oficinas de nuestros movimientos sociales, la imagen de Chávez está en la conciencia de todos los bolivianos. ¡Unidad en Venezuela, unidad en Latinoamérica, unidad de los pueblos del mundo contra el imperialismo y el capitalismo!»

Daniel Ortega, presidente de Nicaragua: «No olvido la frase de Bolívar que confesaba, amargamente, al final de sus batallas, que había arado en el mar. Hoy podemos decirle a Bolívar, a más de doscientos años de aquellas grandes batallas, que aquí en Venezuela y en la América toda su hijo dilecto Hugo Chávez no ha arado en el mar… Ha arado en el corazón del pueblo venezolano y caribeño. Vengo de una región, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, donde cientos de miles de vidas fueron segadas por los conflictos armados. ¡Cuánta sangre ha ahorrado Hugo Chávez a los venezolanos al escoger la vía electoral para llevar a cabo su revolución! Fue como desafiar a las leyes de la gravedad, nosotros éramos escépticos, pensábamos en el golpe de Estado contra Allende, pero Chávez ha ganado su apuesta y ha abierto una nueva etapa para los pueblos. Los buitres no se dan cuenta de que aquí el pueblo está más vivo, más combativo que nunca.»

El respaldo de los jefes de Estado caribeños, desdeñado por los medios, denota un giro importante en la política exterior venezolana, que antes de Chávez daba la espalda a estos aliados, tan próximos, sin embargo. Uno de ellos, Ralph Gonsalves, primer ministro de San Vicente y las Granadinas, declara: «Es la multitud más numerosa que he visto entoda mi carrera política, y ha sido una larga carrera. Si el imperialismo no ha recibido el mensaje que le mandan las elecciones presidenciales, si el imperialismo no ha recibido el mensaje de la elección de gobernadores en diciembre, lo recibirá hoy. Chávez es una esperanza, en particular para los trabajadores, los pobres, los marginados, todas las víctimas de discriminaciones. Lo amamos de un modo que nunca será vencido. Nos ha dado Petrocaribe y el ALBA y ha unido a Latinoamérica y el Caribe».

La activista colombiana por los derechos humanos, Piedad Córdoba: «Es un honor ser testigo histórico de este proceso impresionante, maravilloso. Aunque se quiera hacer creer casi que esto está en medio de la debacle, el pueblo ha demostrado en la calle que no es así y que es capaz de asumir el poder.»

En el cierre del mitin, el vicepresidente venezolano Nicolás Maduro denuncia los planes de una extrema derecha siempre dispuesta a seguir el guion mediático mundial, provocando enfrentamientos para ofrecer algunos muertos a las cámaras y desestabilizar el pacifismo electoral de los bolivarianos. «Los medios de todo el mundo mienten, mienten y mienten todos los días diciendo que la revolución está acabada. Nuestros compañeros del mundo, cuando llegan, traen una maleta de preocupaciones, porque en la prensa mienten todos los días sobre la realidad de la revolución, y se sorprenden al ver que aquí no nos peleamos unos con otros, sino que estamos trabajando juntos».

América o Las Indias

Los medios occidentales, que durante trece años nos han repuesto remakes de «Tintín y los pícaros» en vez de interesarse por la democracia venezolana, deberían reflexionar: es más difícil enterrar a un pueblo que a un hombre, sobre todo si ese pueblo es cada día más consciente. ¿De verdad se han creído su «fin de la historia»? He aquí a nuestros soldaditos del Partido de la Prensa y el Dinero haciendo un último intento de detener la historia en marcha: rápido, un cementerio para enterrar a Chávez.

No se les podrá reprochar su tesón. Un Jean-Pierre Langelier (Le Monde), quien desde Río de Janeiro anunciaba la «catástrofe económica» del «Partido Único», una Sylvie Kaufman, quien reduce varios cientos de miles de manifestantes chavistas a una «pequeña multitud», un David Pujadas, quien un día sí y otro no mandaba a Gadafi y a Al Assad al exilio con su-amigo-el-dictador-de-Venezuela, una Lamia Oualalou, quien denuncia la «militarización creciente del régimen», un Paulo Paraguana, a quien debemos la hazaña de atribuir la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) a… México, un Gérard Thomas, quien reduce Venezuela a un «castrismo new look» y un «neopopulismo socializante», una Caroline Fourest, quien le reprocha a Chávez «una auténtica pasividad frente al tráfico de drogas (y lo que genera), una auténtica debilidad por Hezbolá y en general una política megalómana, mesiánica y clientelista que no tiene nada de socialista», y en la misma línea «izquierda pija», un Marc Saint-Upéry, «sorprendido por la caída vertiginosa de la popularidad de Chávez, del que sólo va a quedar una pincelada de pintura roja sobre el capitalismo», un Plantu para quien «no es posible expresarse libremente cuando Hugo Chávez es presidente de la república en Venezuela», un Jacob Machover, desolado por el resultado de la última elección presidencial «porque es el conservadurismo más rancio el que se mantiene en el poder, ese ‘socialismo del siglo XXI’ que, a fin de cuentas, no es más que una pálida copia del castrismo en una república que no es bananera sino petrolera», un Alexandre Adler y su «gorila bolivariano antisemita que confisca el poder» para instaurar «una dictadura rojoparda, estrechamente aliada con Cuba»… sin olvidar, recién llegado de la arrogancia parisina asumida como espíritu crítico, a un tal Francois-Xavier Freland, a quien invitan las cadenas de televisión para que explique a los que aún no lo han entendido que «el comandante es un charlatán egocéntrico».

En realidad la Venezuela verdadera no les interesará nunca. Los latinoamericanos sólo sirven para la necesidad interna de tomar posiciones en el ruedo franco-francés. Como en la época en que los cortesanos acudían a Versalles para ver a los salvajes con plumas de las «Indias Galantes». Este desprecio hacia los «salvajes», más que una divergencia ideológica, expresa una divergencia sociológica. Son los mismos «periodistas» que regañaban a los franceses «ignorantes» cuando osaron decir que no a un tratado liberal europeo.

¿Cómo transmitir el fervor de este jueves 10 de enero de 2013 en Caracas? Puede ayudarnos la célebre canción de Calle 13 acompañada por la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de la República Bolivariana, ejemplo de liberación del talento de quienes hasta ahora estaban apartados de la «Cultura». Hacia el final de la canción la letra dice: «lo tuyo es mío». si hay algo que los medios franceses no comprenderán nunca, si hay un ejemplo que los venezolanos pueden dar al mundo, es que la política no tiene por qué ser un terreno abonado para el cinismo y el cálculo, y que también puede ser sinónimo de solidaridad desinteresada.

En nombre de la primera república libre de América, Haití, el primer ministro Laurent Lamothe recuerda la ayuda brindada por Venezuela: 300.000 personas alfabetizadas, 120.000 niños que se benefician de una enseñanza escolar gratuita. «Por esta colaboración desinteresada el pueblo haitiano ama de todo corazón a Venezuela».

Por su parte Pepe Mujica, el presidente de Uruguay que también ha acudido a Caracas, afirma: «No conozco a nadie que haya practicado la solidaridad como el pueblo venezolano. Chávez, en momentos de necesidad, se acordó de mi pueblo, no nos dio la espalda, y ese tipo de solidaridad que casi ni se practica en el mundo, eso es lo que hay que reconocerle. Qué fácil sería terminar con la pobreza en el mundo, pero necesitaríamos algunos, unos cuantos, como Chávez.

Fuentes y fotos en : http://www.avn.info.ve/contenido/quotnosotros-somos-callequot y http://venezuelainfos.wordpress.com/2013/01/11/le-jour-ou-miss-mundo-leva-le-poing/

Nota:

(1) Lo que ha dado a la Agencia France-Presse la oportunidad de difundir su primera mentira del año: «Según la Constitución, el Jefe del Estado debe jurar su cargo el 10 de enero ante la Asamblea Nacional durante una ceremonia que debe celebrarse en Venezuela y no puede aplazarse«. Es completamente falso, ya que la Constitución venezolana estipula (como acaba de ratificar un dictamen del Tribunal Supremo de Justicia) que un presidente electo puede prestar juramento en una fecha posterior, si las circunstancias lo requieren. En 2012 la AFP había difundido un montaje de video del que se deducía que el presidente Ahmadineyad y Hugo Chávez se disponían a disparar misiles desde Caracas contra Estados Unidos. Véase la nota de Theophraste (10/1/2012) en Le Grand Soir y http://www.legrandsoir.info/hugo-chavez-l-agence-france-presse-et-le-role-des-medias.html

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

rCR