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Americanismo versus ALBA

Fuentes: CEPRID

La dinámica evolutiva de los sucesos en Latinoamérica a lo largo de 2007 y la que será en 2008 es muy diferente de la de 2006, un año reseñable por lo dramático de sus elecciones presidenciales. Pero los sucesos subyacentes que dirigen esa dinámica permanecen sin cambios. En su informe de 2007 sobre los Objetivos […]

La dinámica evolutiva de los sucesos en Latinoamérica a lo largo de 2007 y la que será en 2008 es muy diferente de la de 2006, un año reseñable por lo dramático de sus elecciones presidenciales. Pero los sucesos subyacentes que dirigen esa dinámica permanecen sin cambios. En su informe de 2007 sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio [1], las Naciones Unidas dicen, «el informe muestra que el descenso en los niveles de pobreza en Latinoamérica y el Caribe ha sido tan solo del 10% en1990 al 9% en 2004. Al mismo tiempo la desigualdad de ingresos sigue siendo la mayor entre los países en desarrollo, y la quinta parte más pobre de la población suma tan solo el 3% del consumo nacional».

Esa estimación del cálculo de pobreza es groseramente engañosa. En Centroamérica o en Bolivia más de la mitad de la población vive en la pobreza. En Méjico, gracias al Acuerdo de Libre Comercio Norteamericano, la pobreza, de hecho, crece [2]. El informe confirma lo que todos ya sabían. Tras más de 20 años de programas de ajuste estructural e imprudentes llamadas al «libre comercio» impuestas por los Consensos de Washington, los niveles de pobreza y desigualdad en Latinoamérica son como mínimo tan malos como siempre habían sido, y en muchos países, probablemente peores.

La ilusión de buenas intenciones cultivada y promovida por los gobiernos de EE.UU. y sus aliados en Europa y el Pacífico han ocultado siempre su determinación de mantener la aplastante ventaja económica acumulada tras siglos de genocidio, esclavitud y dominación colonial. Los programas de ayuda de la Unión Europea, los EE.UU. y los países del Pacífico como Japón o Australia han sido así un elemento clave del bienestar de los países ricos por el modelo de dominación económica de aumento de la deuda acompañado por los programas de ayuda. Con el resurgir en Latinoamérica de movimientos políticos determinados a asegurar una vida decente para la mayoría empobrecida, ahora esos programas de ayuda se necesitan más que todo para lograr sostener otro tipo de presión y presencia.

Previamente, el jaleo de las ayudas a la deuda de los países ricos tuvo dos funciones principales. El factor deuda bloqueaba efectivamente a los países menos desarrollados en una grosera e injusta dependencia y el factor ayuda camuflaba la injusticia bajo un barniz humanitario. El modelo se les colocó a las poblaciones de la región con gobiernos corruptos antidemocráticos, de derecha antihumanitaria o centristas, representados en la imagen de sus patrones, los gobiernos de EE.UU. y de la Unión Europea. Desde la ronda electoral de 2006, el modelo de la deuda acompañado por la ayuda ha sido revelado por los países del ALBA (Alternativa Bolivariana de las Americas) -Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua y algunos países insulares del Caribe – como el gangsterismo internacional que siempre ha sido. Por eso ahora los programas de ayuda están adquiriendo el aspecto de la construcción de intereses que contrarreste el modelo de cooperación y comercio basado en la justicia social, construido originalmente por Venezuela y Cuba.

Modular el ruido blanco

A los EE.UU les ha llevado un tiempo sacar adelante una estrategia efectiva que sirviera de contrapeso al ALBA. Con Condoleezza Rica y John Negroponte distraídos por los sucesos en otros lugares, el papel de ejecutor recayó sobre Thomas Shannon, Subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental. Shannon se ha comprometido a modular el ruido blanco diplomático que emana del Departamento de Estado, y que se irradia hacia Latinoamérica. El ALBA parece haber forzado a los EE.UU. a abandonar su patente diplomacia del «haced lo que os decimos o si no…» en favor de una actitud ostensiblemente más abierta al diálogo. Pero que nadie se engañe. Este cambio apenas tiene calado en cuanto a la presión ejercida. Por debajo se esconde la permanente y constante amenaza de acciones encubiertas, planes desestabilizadores y coacción militar. Shannon está reconfigurando con sumo cuidado el componente psicológico de la guerra de cuarta generación en Latinoamérica.

Dio un excelente ejemplo de este estilo en sus recientes declaraciones sobre Nicaragua. Bajo la coalición gubernamental liderada por Daniel Ortega, Nicaragua es formalmente un miembro del ALBA. Shannon dijo, «Queremos dejar claro que los nicaragüenses tienen un compromiso con Nicaragua, con su pueblo y con la democracia y sobre esta base nos acercaremos a Nicaragua antes que distanciarnos… Recordando que las relaciones de Nicaragua con otros países son una decisión soberana de Nicaragua… En tanto estas decisiones respeten nuestra misión en el hemisferio de defender la democracia, protejan los derechos humanos y reconozcan las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en el asunto de Irán, este estrechamiento de relaciones no tendrá un impacto negativo en nuestras relaciones bilaterales». [3]

Considérese la credibilidad de estas declaraciones a la luz de los crímenes del régimen de Bush y sus aliados contra los pueblos de Palestina, Líbano e Irak y sus amenazas hacia Irán. De modo claro, Shannon ofrece a Latinoamérica una variante genéticamente modificada del tradicional americanismo de tiempos pasados. Uno se acuerda de lo que Malcolm X dijo en un discurso en Ghana en mayo de 1964, «Trato de enfrentar las cosas como de hecho lo son y acudir a este encuentro como una de las víctimas de América, una de las víctimas del americanismo, una de las víctimas de la democracia, una de las víctimas de un sistema muy hipócrita que va hoy por toda la tierra presentándose como si estuviera cualificado para decir a otros pueblos cómo llevar su propio país cuando no pueden enderezar las cosas sucias que suceden en su propio país». [4]

Sus palabras son más relevantes hoy que nunca, cuando los que proponen el americanismo, y sus aliados, han abandonado definitivamente toda pretensión de que se mantengan normas humanitarias internacionales estables y de derechos humanos. Despojadas ahora de su disfraz, su hipocresía y sadismo son obvios para quienquiera que viva fuera de la burbuja coqueta del capitalismo consumista. Los gobiernos de la Unión Europea y los EE.UU. son cómplices en el genocidio del pueblo palestino. Conjuntamente han denegado a Irán sus derechos fundamentales como signatarios del Tratado de No-Proliferación Nuclear. Juntos se han connivido en la masacre de civiles en Irak y Afganistán e ignoran las masacres perpetradas por los apoderados mercenarios de las UN en Haití. En Europa, amenazan a Rusia con sus planes agresivos de sistemas anti-misil.

Inolvidable

En Latinoamérica y en todas partes, los países determinados a dejar atrás la pobreza y la injusticia reconocen la cínica e inhumana represalia del papel internacional de los gobiernos europeos y los EE.UU. como colonizadores asesinos de masas. Cuando un edulcorado vendedor del Departamento de Estado de EE.UU. como Thomas Shannon se refiere engañosamente a la «batalla de ideas» [5] se autoadula claramente como si representase algo distinto de dos siglos de alboroto genocida. Pero lo que recuerdan sus víctimas, decenas de millones de personas en Latinoamérica, es la crueldad y el sufrimiento. Solo sus perpetradores tratan de olvidar.

Solo en los últimos cincuenta años, la gente recuerda los miles de asesinados y torturados por el régimen apoyado por los EE.UU. de la dictadura de Pinochet en Chile, los 30.000 desaparecidos durante la junta militar argentina sustentada por los EE.UU., el apoyo europeo y de los EE.UU. a dictadores como Papa Doc Duvalier, Anastasio Somoza, Hugo Banzer, Alfredo Stroessner, el derrocamiento por la CIA del gobierno de Arbenz en Guatemala y el subsiguiente apoyo a ideólogos genocidas como Ríos Montt, el aliento de John Negroponte a Álvarez Martínez en su guerra sucia en Honduras, la guerra terrorista de la Contra de Ronald Reagan contra Nicaragua, La invasión de Panamá, la invasión de la República Dominicana, el asesinato a manos de la CIA de Omar Torrijos y Jaime Roldos, los miles de muertos durante el Caracazo provocado por el IMF en Venezuela, el golpe contra Joao Goulart en Brasil, el apoyo al derrocamiento de Ramón Villeda Morales en Honduras, la creación y entrenamiento de militares asesinos de masas en El Salvador y Colombia, los miles de miembros de la Unión Patriótica colombiana muertos por asesinos a sueldo de los EE.UU., cincuenta años de bloqueo genocida y de terror contra el pueblo de Cuba.

Esta lista improvisada está muy lejos de ser completa. De modo que Shannon está en lo cierto cuando habla de una lucha de ideas. Su idea es una profundización en el corporativismo capitalista salvaje, concentrando cada vez más riqueza y poder en beneficio de las corporaciones multinacionales de EE.UU. y sus aliados. Su misión es re-vender el fallido modelo de la ayuda y la deuda externa a pesar de la historia colonial y neo-colonial de EE.UU. y Europa y sus varias reediciones contemporáneas. Mientras prioriza la dictadura a través del Consejo de Seguridad de UN, sus antagonistas del ALBA, Fidel Castro, Hugo Chávez, Evo Morales y Daniel Ortega defienden rotundamente la autodeterminación de sus países y la defensa de los derechos sociales, económicos y culturales en pie de igualdad con los derechos civiles y políticos.

Enfrentarse al ALBA

La estrategia del régimen de Bush para enfrentar esta realidad incluye varias líneas tácticas de ataque. Una es consolidar la apuesta por las ayudas de los países ricos a la deuda externa de las naciones más vulnerables del ALBA, como Nicaragua y Bolivia. Otra es la implacable guerra de desgaste de los principales medios de comunicación de los países ricos y de sus equivalentes locales no solamente en contra de los gobiernos de los países del ALBA, sino también contra los países susceptibles de aliarse con el ALBA, como Ecuador. Las medidas de desestabilización económica y política contra el ALBA y los gobiernos aliados son también constantes. Regionalmente, los preparativos militares de EE.UU. van mucho más allá de cualquier necesidad legítima de autodefensa o de cooperación en operaciones antidroga.

Los principales frentes de guerra de los medios de comunicación son desacreditar la integridad de los mentores del ALBA y distraer a la opinión local asustándola con historias insidiosas. El caso de RCTV en Venezuela fue parte de esta campaña. En Nicaragua, el gobierno liderado por los sandinistas es constantemente atacado mientras que sus programas de reducción de la pobreza y de redistribución de los ingresos son soterrados. Los partidos de la oposición nicaragüense están tratando de que se vote una medida a través de la Asamblea Nacional que restaure las exenciones fiscales de los medios controlados por los elites locales que fueron eliminados por el nuevo gobierno. El argumento esgrimido para ello es promover la «libertad de expresión», explotando el hipócrita e insidioso furor sobre la no clausura de RCTV en Venezuela. En contraste, se ha recibido en absoluto silencio el boicot propagandístico del gobierno mejicano contra el prestigioso e independiente programa radiofónico de noticias con «Monitor», de 33 años de antigüedad, que ha sido expulsado de las ondas.

La desestabilización es el principio fundamental de la estrategia del gobierno de los EE.UU. contra el ALBA y no es probable que esto cambie quienquiera que suceda a George Bush como presidente en 2009. Además del despiadado ataque de los grandes medios, el gobierno de EE.UU. y sus aliados promueven bazas políticas con el propósito de alentar crisis que afecten a las cuestiones de gobierno. Es por esto que una parte tan abultada de los presupuestos de cooperación estadounidenses (USAID) es dedicada a «fortalecer la democracia», para justificar varias modalidades de intervención a través de organizaciones no gubernamentales, no elegidas aunque autodenominadas como representativas de la «sociedad civil». Grupos afines al gobierno de EE.UU. como el Instituto Republicano Internacional y el Instituto Demócrata Nacional canalizan los fondos del gobierno de EE.UU. hacia diversas formas de intervención electoral. Los grupos de la Unión Europea también contribuyen a esta área. Alemania por ejemplo lleva a cabo este tipo de intervención a través de la Fundación Adenauer. [6]

La nueva intervención – igual que la antigua

Mientras que los gobiernos de Venezuela y Cuba están relativamente bien situados para resistir este tipo de intervenciones, países como Nicaragua y Bolivia lo están mucho menos. En Nicaragua, además del constante asalto de los medios de comunicación y de las maquinaciones políticas de la oposición, el gobierno afronta un verdadero sabotaje económico por parte de las multinacionales energéticas extranjeras como la española Unión Fenosa y la Coastal Power, subsidiaria de la estadounidense El Paso Corporation. Los medios locales en Nicaragua se quejan de que Coastal Power ha cortado efectivamente 100 megavatios de capacidad generadora, dejando el obsoleto e infracapitalizado sistema generador nicaragüense en el caos, con cortes energéticos regulares de 8 o más horas cada vez. Unión Fenosa es ampliamente percibida como quien está en efecto chantajeando a las autoridades nicaragüenses para obtener concesiones bajo la amenaza de una penalización de 200 millones de dólares por las leyes de arbitraje internacional en caso de que rescindan el monopolio distribuidor español.

Ambos casos entroncan con los esfuerzos del gobierno sandinista de conseguir un mejor trato para los consumidores de electricidad del país. En el caso de Unión Fenosa, el gobierno español provee de arreglos políticos a su multinacional de energía. En el caso de Coastal Power, el gobierno nicaragüense quiere una revisión en los irregulares términos de ganga de la adquisición por la compañía de la capacidad generadora del estado. El gobierno de EE.UU. respaldará a buen seguro a El Paso Corporation en cualquier disputa que resulte de la crisis, igual que el gobierno de España ha respaldado a Unión Fenosa. La inestabilidad provocada por la crisis energética se complica con la volatilidad del empleo. Las empresas de maquila se deshicieron recientemente de 6000 empleados. Pero un informe del Ministerio de Nicaragua de Desarrollo, Industria y Comercio calcula que el Acuerdo de Libre Comercio de Centroamérica ha llegado a resultar un 0.1 neto de descenso en las exportaciones nicaragüenses a los Estados Unidos al tiempo que las exportaciones de maquila libres de impuestos se incrementaban un 16%. [7]

En Bolivia, los nacionales afines a EE.UU. trabajan duro para desestabilizar el país mediante demandas de autonomía de las provincias más ricas del país, principalmente Santa Cruz. A finales de junio quienes apoyaban al régimen de Bush en el Congreso de EE.UU. contribuyeron al descrédito de la economía de Bolivia al rehusar a ampliar el Tratado Andino de Comercio Preferente y Erradicación de la Droga por más de ocho meses. Este movimiento también causa incertidumbre para Ecuador, pero tiene un doble filo para los EE.UU. porque negar el comercio preferente a Ecuador y Bolivia compromete el acceso militar de EE.UU. a esos países. El presidente de Ecuador Rafael Correa ha anunciado ya que el arriendo de la base militar estadounidense en Manta no será renovado cuando expire en 2009. Muy probablemente por esta razón los EE.UU. están haciendo crecer su presencia militar en Colombia donde tiene ahora tres bases en Tres Esquinas y Florencia, en el departamento de Caquetá, y en Villavicencio, en el departamento de Meta. [8]

El ALBA se hace intercontinental

Por su parte, los países del ALBA están haciendo una lucha diplomática de ello. En un reciente encuentro de países centroamericanos, la Nicaragua de Daniel Ortega se ganó el reconocimiento regional de sus vecinos para el ALBA. La declaración final del encuentro anunció, «un reconocimiento por parte de los países centroamericanos para aquellos países y cooperantes que ofrecen apoyo permanente. Asimismo, hemos sido informados de la ayuda que Nicaragua está recibiendo de países miembros del Alba, como Cuba y Venezuela, en el campo de la energía y en el comercio y en otras áreas del desarrollo humano basado en el principio del comercio equitativo y tomando en cuenta las desigualdades actuales, abriendo así oportunidades al proceso de integración regional». [9]

Esta declaración pavimenta el camino para que otros países centroamericanos participen en el ALBA. La importancia internacional de esto es mucha. Justo después de la declaración Vladimir Putin visitó Guatemala y confirmó las intenciones de Rusia de desarrollar los lazos entre Rusia y Latinoamérica. Él y el presidente guatemalteco Oscar Berger dieron forma concreta a la retórica al anunciar que docenas de estudiantes universitarios de Guatemala irán a estudiar a Rusia, y planes de incrementar esa cooperación en el futuro. [10] La connexion rusa señala la importancia del ALBA para los objetivos geopolíticos globales de EE.UU.

Tanto Daniel Ortega como Hugo Chávez han visitado Irán en el último mes más o menos. El Presidente Chávez visitó también Rusia. Es inconcebible que sus discusiones con los Presidentes Putin y Ahmadinejad no tocasen una posible coordinación de tácticas en Naciones Unidas en apoyo a Irán y contra el asalto a sus derechos a la energía nuclear por parte del gobierno de EE.UU. y de la Unión Europea, aparentemente a petición del estado-granuja nuclear, Israel. En coincidencia, el presidente Da Silva de Brasil acaba de relanzar planes de hace décadas para una tercera planta de energía nuclear y para la construcción de un submarino nuclear. [11]

En ese contexto, los comentarios de Thomas Shannon insistiendo en que Nicaragua respete las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas cobra una visión mucho más amplia que las relaciones bilaterales de Nicaragua con Irán. Latinoamérica en general y los países del ALBA en particular están desarrollando su diplomacia de un modo que marca un abandono decisivo del patrón tradicional de relaciones exteriores dominado por EE.UU. Venezuela concluyó recientemente con Irán por cuatro millardos de dólares en proyectos conjuntos de investigación. [12] Daniel Ortega ha buscado la ayuda de Irán para inversiones destinadas a resolver la desesperada crisis energética de Nicaragua y su desesperado y descapitalizado parque generador. Estas varias relaciones llevan el rumbo de tener su efecto en las maniobras de Naciones Unidas sobre las sanciones contra Irán.

ALBA ahora es mucho más que un limitado intercambio regional entre Venezuela y Cuba. Su marco ofrece oportunidades sin rival a los gobiernos regionales extremadamente afectados por los altos precios del petróleo y las consecuencias energéticas resultantes. Sus componentes sociales y culturales hacen que el modelo de la deuda acompañado por la ayuda de los países ricos aparezca incorregiblemente miserable y auto servicial. Su alcance intercontinental multiplica varias veces el impacto diplomático de sus países miembro individualmente. La semana pasada expiró el acuerdo comercial bilateral de la Autoridad para la Promoción del Comercio del régimen de Bush. Eso probablemente dé a pique con las posibilidades del Congreso de los EE.UU. de ratificar el cacareado acuerdo comercial con Colombia. Aunque el americanismo todavía domina la corriente principal de los análisis sobre Latinoamérica, Thomas Shannon tiene trabajo por delante para evitar una mayor pérdida de influencia de EE.UU. en la región.

Toni Solo es un activista que reside en Centroamérica – ver http://toni.tortillaconsal.com

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Notas:

[1] Objetivos de Desarrollo del Milenio, Informe de 2007, Departamento de Información Pública de Naciones Unidas – DPI/2464 F, 2 de julio de 2007 [2] «Con el TLC ha aumentado la pobreza en México», María Eugenia Trejos, Bilaterals, June 24th 2006 – and «Se disparó la pobreza rural durante el gobierno de Vicente Fox», INFODEMEX, Argenpress, 02/08/2006 [3] «EEUU aplica «softpower» con Ortega», Radio La Primerisima, July 10th 2007 – [4] «Malcolm X on Wealth of Africa» [5] «Assistant Secretary of State Thomas Shannon: «Battle of Ideas» in Americas Driven by Expectations» Scott Miller, Washington File, Bureau of International Information Programs, U.S. Department of State. May 6th 2006. [6] «Las injerencias de Alemania en Latinoamérica : Con guante blanco» – german-foreign-policy.com, in Rebelión, July 1st 2007. [7] «Cafta sin rendir los frutos esperados» Gustavo Alvarez, El Nuevo Diario, July 7th 2007. [8] «Nueva Base Militar de EE.UU. en Colombia «, Altercom / CEPRID July 1st 2007. [9] Presidentes de Centro América y México aprobaron resolución sobre el ALBA, Radio La Primerisima June 30th 2007, [10] «Ratifica presidente ruso interés por América Latina», Prensa Latina, July 4th 2007 [11] «Lula resumes nuclear programme to make Brazil ‘world power'», AFP, July 11th 2007 [12] «Venezuela and Iran to Join on $4 Billion Oil Project», Steven Bodzin, Bloomberg, July 10th 2007 –