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En el aniversario del nacimiento de Federico Engels 28 de nov. 1820

Amistad Revolucionaria a Corazón Abierto

Fuentes: Rebelión / Fundación Federico Engels

Aprovechemos el tesoro de conocimientos y experiencias del «viejo Engels». Y, además de todo, la vida y la obra de Federico Engels son un ejemplo práctico de la amistad concreta y revolucionaria profesada como praxis que sintetizó lo objetivo y lo subjetivo del método revolucionario más relevante en la historia contemporánea. El marxismo a flor […]

Aprovechemos el tesoro de conocimientos y experiencias del «viejo Engels».

Y, además de todo, la vida y la obra de Federico Engels son un ejemplo práctico de la amistad concreta y revolucionaria profesada como praxis que sintetizó lo objetivo y lo subjetivo del método revolucionario más relevante en la historia contemporánea. El marxismo a flor de piel. La amistad entre Carlos Marx y Federico Engels es parte de la lucha y por eso es ejemplar e inolvidable, praxis que comporta vínculos afectivos, intelectuales y de combate en una relación de fraternidad y solidaridad a toda prueba. Tenemos en Federico Engels un referente indispensable para comprender la amistad como fuerza política y revolucionaria capaz de ofrendar el trabajo y la vida propia por el trabajo y la vida de un amigo. Se dice fácil.

Esa «antorcha de la razón», ese «gran corazón» que es Federico Engels contribuye, con su inteligencia abrumadora y su modo de cultivar la amistad, a iluminar las rutas revolucionarias. Su herencia de fortaleza científica y su calidez de hermano marcan el rumbo exacto de una actitud necesaria también para conquistar el futuro socialista. Federico Engels nació el 28 de noviembre de 1820 en la ciudad de Barmen y sigue siendo un revolucionario extraordinario. Su obra científica y sus aportes al proletariado mundial son fundamentales para entender claramente la importancia de la doctrina de Marx y el desarrollo en el movimiento obrero contemporáneo. Engels con su trabajo vigente y excepcional, ofrece una luz poderosa y fortalecedora que hace visibles los medios y modos con que la humanidad se liberará de las calamidades que la agobian. Su obra hace evidente la lucha de clases y el método socialista para asumir la dirección y el desarrollo de las fuerzas productivas, sin amos sin esclavitud, sin alienación. Eso es el regalo de un amigo muy especial. Inteligencia anidada en una persona magnífica.

Gracias al trabajo de Engels el proletariado mundial tiene acceso a los conceptos revolucionarios de Marx y los hace suyos en la lucha por la libertad política, contra la explotación y el saqueo, la barbarie, la miseria y la alienación. «Marx murió sin haber podido terminar en forma definitiva su grandiosa obra sobre el capital. Sin embargo, estaba concluida en borrador, y después de la muerte de su amigo, Engels emprendió la ardua tarea de redactar y publicar los tomos II y III. En 1885 editó el II y en 1894 el III (no tuvo tiempo de redactar el IV…1«

El trabajo y la lucha de Engels son un ejemplo y un mandato moral que se identifica con una moral de lucha y triunfo indispensables para entender que los caminos de la revolución mundial, aun complicados y a veces arduos, no pueden prescindir de los amores, los cariños, los afectos y las pasiones. No hay socialismo sin lucha por el amor.

Todos debemos conocer «el nombre y la vida de Engels» inculcar el estudio de su obra, su intervención política concreta y la definición de su tarea histórica al lado de los campesinos y los obreros de todo el mundo. «Engels fue el primero en afirmar que el proletariado no es sólo una clase que sufre, sino que la vergonzosa situación económica en que se encuentra lo impulsa inconteniblemente hacia adelante y lo obliga a luchar por su emancipación definitiva. Y el proletariado en lucha se ayudará a sí mismo. El movimiento político de la clase obrera llevará ineludiblemente a los trabajadores a darse cuenta de que no les queda otra salida que el socialismo2«. Y así como debemos conocer sus tesis y método también debemos conocer la expresión de su amistad que constituye un obsequio extraordinario para la humanidad.

Engels es, además de un gran amigo, un gran luchador, un filósofo pletórico ideas luminosas. Es un revolucionario generoso y altruista, cuya lucha por la amistad ha venido a cambiar el estado romántico en que se sumergen muchas definiciones de «amistad». Ese cambio se debe a sus compromisos con la emancipación de los explotados compartidos con un camarada por el cual sintió respeto escrupuloso, fascinación intelectual y reciprocidad guerrera.

Engels contribuyó a sentar las bases del socialismo materialista revolucionario, alternó sus estudios científicos con actividades específicas entre las filas de los obreros y mientras tanto colaboró en la redacción del Manifiesto del Partido Comunista que se publicó en 1848. Obra que vale por «tomos enteros: inspira y anima, aún hoy, a todo el proletariado organizado y combatiente del mundo civilizado3«. Engels estudió la economía capitalista hasta su médula y se esforzó por esclarecer los reductos más oscuros con una sintaxis didáctica y amena. Abordó problemas científicos inspirándose en la concepción materialista de la historia y en la doctrina económica de Marx, e hizo contribuciones magníficas a la filosofía, las ciencias naturales y la sociología. Entre otras muchas. Engels no era sabio aislado de la realidad concreta, su misión era unir el socialismo y al movimiento obrero y convertir al marxismo en instrumento de transformación revolucionaria del mundo. «Para que el proletariado sea bastante fuerte y pueda vencer en el momento decisivo es necesario que forme un partido especial, separado de todos los demás y opuesto a ellos, consciente de sí mismo como partido de clase«.

Una herencia imperdible

Entre las muchas enseñanzas de este maestro magnífico hay que listar sus tesis sobre la Filosofía, su manera de vivirla diariamente y saborearla, sus métodos de aplicación concreta y de clase. En manos de un revolucionario la Filosofía no puede ser un amasijo de afirmaciones inconsistentes e inútiles pergeñadas como gimnasia mental o catálogo decorativista de conocimientos inútiles. La Filosofía no puede ser una actividad inútil y el filósofo no puede ser ese hombre impráctico y diletante con que se solazan algunas definiciones burguesas. El Filósofo bien puede ser un revolucionario apasionado por la lucha emancipadora de la humanidad desde un frente, por ejemplo, tan importante como la lucha contra la alienación que vivimos como un aire tóxico que respiramos inconscientemente.

Engels contribuyó a desarrollar teoría y práctica contra la alienación en todas sus formas. Contra la alienación que convierte todo en lucro, ganancia, usura y saqueo impunes y que se exhibe como logro ejemplar. A éste circo de la humillación Engels contrapone la reivindicación proletaria de la dignidad humana que se impulsa contra un mundo injusto, abismalmente desigual y cruel. El trabajo de Engels es un ejemplo para todo científico revolucionario porque con su conducta demostró que es indebido callarse, hacerse indiferente o resignarse a las leyes de un sistema económico y social cuya tarea es generar miseria y producir muerte. Ese es un amigo.

El trabajo de Federico Engels es una actitud ante la vida, los seres humanos, las relaciones sociales y los métodos para la emancipación y el crecimiento pleno. Engels trabajó por una teoría y una práctica en unidad indisoluble, su vocación científica dejó en claro las posibilidades objetivas para la transformación del mundo y para que todo aquel que aspire a la revolución socialista ponga a prueba sus tesis fundamentales contrastándolas dialécticamente con la realidad y con la práctica. «de lo que se trata es de transformar el mundo» (Tesis XI de Marx sobre Feuerbach).

Engels entregó su vida a buscar los medios y modos de mejorar las condiciones de existencia de los trabajadores, a luchar contra los regímenes autoritarios, a luchar por la destrucción del poder burgués que amenaza a la humanidad con sumirla en ciclos interminables de barbarie, holocausto nuclear, cataclismos geológicos y degeneración genética para beneficio del mercado.

Engels se empeñó en poner en práctica los métodos que el marxismo propuso ante el imperativo político-moral de transformar al mudo hacia el socialismo. Por eso sigue vigente, porque la lucha por elevar la conciencia de los trabajadores hacia su emancipación definitiva hay que construirla aquí y ahora, día a día, con la razón y la práctica, con la inteligencia y la pasión… con el amor loco y amistar revolucionaria.

La lucha revolucionaría es una incubadora de amistades excepcionales.

Hay que abrevar y aprender de Engels que la amistad cobra sentido revolucionario con base en el respeto, la admiración y la fidelidad solidaria, no a-critica, con los amigos. Amistad como necesidad incluso de hacer conocer el trabajo de los amigos, contribuir comprometidamente y no apropiárselo arteramente. Engels es el mejor ejemplo.

Engels es el caso de una amistad reciproca cuyo florecimiento se basa en el desarrollo del talento, sus cualidades, en pleno ejercicio de los mejores litigios de la razón para ser revolucionario con los demás en la búsqueda de la plenitud socialista. Esa idea de amistad implica que nadie es todo en sí mismo y que se necesita de los demás, de los camaradas y los amigos para actuar directamente y para transformar al mundo. He ahí a Marx y Engels. Ambos llegaron a la conclusión de que la clase obrera encarna el futuro de la humanidad y eso contribuyó a desarrollar una amistad excepcional de importancia superlativa para la creación de la teoría revolucionaria más avanzada, para la lucha emancipadora de la clase obrera y para la formación moral, ética y poética de los militantes. Una amistad que los unió para toda la vida, amistad creadora que sólo fue interrumpida por la muerte.

A Engels le tocó sobrevivir a su amigo, difundir su obra y continuar la lucha como un ejemplo poderoso de vida que se ofrendó para completar y divulgar el genio incuestionable de su mejor amigo y el aporte magnifico que Marx hizo a la revolución mundial. Conciencia absoluta del compromiso, del papel histórico y del amor fraternal. Todo junto. No cabe duda que la fortaleza de la amistad en uno fortalecía la del otro. Es un ejemplo.

Las cartas entre Marx y Engels son una delicia de conocimientos y afectos. Casi no hubo tema científico, político o metodológico que no desmenuzaran con fruición y con base en una identificación, no condescendiente, de sus coincidencias en la teoría y la práctica. Casi no hubo problema familiar en que no interviniera Engels para ayudar a la familia Marx, incluso con dinero. Engels se alegraba enormemente cuando visitaba a Marx era una alegría honda la que se profesaba en esos encuentros. Cada vez que Engels visitaba a Marx la casa se vestía de fiesta. Amigo en serio.

Abrevar del corazón revolucionario de Engels y mantenerlo vivo en la memoria guerrera de los proletarios del mundo es un trabajo que nos toca cumplir puntualmente. Aprender de su sentido del humor repleto de rigor ético, aprender de su escritura capaz de adentrarse en terrenos maravillosos. Aprender de sus debates y aclaraciones, de sus sinceridades vitales y su defensa inamovible de todas las mejores causas de los oprimidos. Aprender de su no neutralidad, su crítica sagaz y su manera de vivir la amistad que es sin duda una invitación moral al compromiso revolucionario que urge fomentar en los ánimos históricos a los tiempos que corren.

Abrevar y aprender de Engels ayuda a no dejarnos arrastrar por el olvido, ayuda a dejarnos impulsar por el «fantasma» que recorre el mundo y a dejarnos acariciar con sus manos de revolución inspiradora. No quedemos a merced de la amnesia, siempre será mejor la lucha que nos fortalece con su poder real. No nos quedemos con la mente en blanco, con el pensamiento y el corazón desorbitados, con la vida desprovista de una amistad verdadera. Contamos con Federico Engels y con su «violín segundo4» afinado con la partitura del socialismo y con la fuerza de esa amistad que es capaz de animar cariños, ideas y tareas a lomos de revolución dispuesta a tomar el cielo por asalto. «Su afecto por Marx mientras vivió, y su veneración a la memoria del amigo desaparecido fueron infinitos.5» Lenin.

 

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1 V. I. Lenin FEDERICO ENGELS: Escrito en 1895.Primera edición 1896, en la recopilación Rabótnik, núms. 1-2. Digitalización: Marxists Internet Archive, 2000. Con base en la versión de Ediciones en Lenguas Extranjeras, Beijing, 1980. Marxists Internet Archive, 2000. http://www.marxists.org/espanol/lenin/1890s/engels.htm

2 V. I. Lenin FEDERICO ENGELS: http://www.marxists.org/espanol/lenin/1890s/engels.htm

3 http://www.marxists.org/espanol/lenin/1890s/engels.htm

4 «Al lado de Marx — escribió a un viejo amigo suyo — siempre toqué el segundo violín.»[ Se alude a la carta de F. Engels a I. Ph. Becker del 15 de octubre de 1884. http://www.marxists.org/espanol/lenin/1890s/engels.htm

5 V. I. Lenin FEDERICO ENGELS: http://www.marxists.org/espanol/lenin/1890s/engels.htm