El 2 de julio de 2018, tras haberse postulado como candidato en tres procesos electorales (2006, 2012 y 2018), Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ganó las elecciones a la Presidencia de la República de México al frente del Partido Movimiento Regeneración Nacional (MORENA). En las últimas décadas, los mexicanos habían sufrido diversos fraudes en las […]
El 2 de julio de 2018, tras haberse postulado como candidato en tres procesos electorales (2006, 2012 y 2018), Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ganó las elecciones a la Presidencia de la República de México al frente del Partido Movimiento Regeneración Nacional (MORENA).
En las últimas décadas, los mexicanos habían sufrido diversos fraudes en las elecciones presidenciales cuando las perspectivas de cambio se hacían más presentes. En 1988, Cuauhtémoc Cárdenas sufrió uno de ellos. En 2006, el propio AMLO experimentó otro en el que, con una supuesta diferencia del 0,56%, no se aceptó hacer un nuevo recuento. De este modo, cuando en julio de hace un año AMLO venció, a muchos mexicanos les parecía insólito que «permitieran» ganar a un hombre que había prometido en campaña una «Cuarta transformación». Para AMLO, después de la Independencia, la Reforma y la Revolución Mexicana, había llegado la hora de afrontar un nuevo cambio profundo, «pacífico y ordenado», del sistema social imperante. La propuesta parecía aún más insólita ante la coyuntura latinoamericana, con el derrocamiento de gobiernos progresistas en Argentina, Ecuador o Brasil (y el ascenso al poder de la ultraderecha en este país), y el recrudecimiento de las embestidas imperialistas contra otros, como Venezuela, Cuba o Bolivia. Aún así, AMLO ganó con tanta holgura que su victoria tuvo que ser reconocida.