CIP-Ecosocial, un centro de reflexión sobre los retos de nuestra sociedad, entre los que se encuentra la calidad de la democracia, ofrece en su página web una serie de materiales que pueden contribuir al debate generado en España a raíz de las movilizaciones del 15-M y las posteriores acampadas. A la vista de los acontecimientos, […]
CIP-Ecosocial, un centro de reflexión sobre los retos de nuestra sociedad, entre los que se encuentra la calidad de la democracia, ofrece en su página web una serie de materiales que pueden contribuir al debate generado en España a raíz de las movilizaciones del 15-M y las posteriores acampadas. A la vista de los acontecimientos, estos textos cobran un valor de actualidad y premonición.
En primer lugar, cabe destacar una entrevista coral, mantenida con cinco personas de ámbitos diversos, que se ha englobado bajo el título genérico de «Democracia: ¿herida de muerte?». El punto de partida de este coloquio fue la constatación de que la guerra antiterrorista, por un lado, y la crisis económica, por otro, han mostrado la debilidad de las bases sobre las que se asientan las democracias occidentales. Si en nombre de la «guerra contra el terrorismo» se han bombardeado e invadido países, se ha encarcelado y torturado a cientos de personas…, la crisis financiera y las medidas de respuesta adoptadas han puesto de manifiesto cómo el poder político ha quedado en gran medida desplazado por el poder de los bancos, organismos financieros y agencias de calificación cuyos valores distan mucho de ser democráticos.
Ante esta situación, CIP-Ecosocial ha sondeado posibles vías para la recuperación de los valores democráticos, con la formulación de tres preguntas para el debate: cuál es el estado de salud de la democracia actual, cuáles son los escenarios que pueden abrirse en relación a la calidad de la democracia y, por último, qué aspectos o iniciativas son cruciales para defender, repensar o profundizar nuestras democracias. A estas tres preguntas han respondido Gonzalo Boye, abogado penalista querellante en la causa de las torturas de Guántanamo; Juan Ramón Capella, catedrático de Filosofía del Derecho y autor del libro « Entrada en la barbarie» ; Mª José Fariñas, profesora de Filosofía del Derecho y autora de « Mercados sin ciudadanía: las falacias de la globalización neoliberal»; y Rosa Mª Artal, periodista y coordinadora del libro «Reacciona».
Por otro lado, la web de CIP-Ecosocial ofrece el texto «Democracia radical y prácticas de economía comunitaria: perspectivas para una andadura conjunta», escrito por Adam Wright, profesor de Teoría Política, de la Universidad de Essex. Su artículo plantea la posibilidad de un cruce entre las posiciones de la democracia radical y de la economía comunitaria para mermar las carencias que plantea cada una de ellas por separado, con el fin de aportar un proyecto político de izquierda antiesencialista y factible, capaz de enfrentarse a la hegemonía neoliberal. El proyecto de democracia radical propone la rearticulación de la indentidad democrática y de lo político en términos de las relaciones entre poder, hegemonía y antagonismo, basados en una noción radical de pluralismo. La economía comunitaria complementa este proyecto al mostrar cómo el espacio económico puede hacerse plural y democrático cuando se articula con un discurso de la diversidad económica que sustente un aperturismo radical a las prácticas económicas y la contestación política.
Este artículo se incluye en el nuevo número de la revista PAPELES de relaciones ecosociales y cambio global , titulado Impactos y consecuencias de la CRISIS , (nº 113). Esta edición de la revista PAPELES ofrece artículos diversos que ponen el énfasis tanto en la visión general de lo ocurrido como en el análisis de temas sectoriales, especialmente sensibles. Así, en el Especial se analizan los efectos de la crisis sobre las clases trabajadoras, la población inmigrante, los estilos de vida y la salud del conjunto de la sociedad. También se abordan los impactos urbanísticos y residenciales, cómo están afectando las supuestas medidas anticrisis a las políticas de cooperación internacional, al futuro de las pensiones o a variables demográficas y de género. La sección Periscopio ofrece un balance conjunto y una aproximación a las condiciones de vulnerabilidad y exclusión de los colectivos más afectados, mientras que en Panorama , el tema es la industria nuclear tras Fukushima. Por último, se ofrecen textos que invitan a la reflexión acerca del tipo de contestación que desde la política y el activismo social está surgiendo ante la crisis.
En la página web de la revista, se pueden consultar el Sumario completo y la Introducción al número, firmada por Santiago Álvarez Cantalapiedra, director del CIP-Ecosocial, quien en un texto cuyo título resulta esclarecedor, «Lejos del final de las crisis, cerca de sus consecuencias», afirma: «a través de las sucesivas etapas de la crisis se ha asistido a un proceso de sustitución de responsabilidades desde la banca y los agentes financieros hacia las finanzas públicas y, por ende, a los contribuyentes. Este hecho no ha resuelto los problemas, porque cuando el Gobierno se hace con un activo tóxico o asegura las pérdidas de un banco, estas no desaparecen, simplemente se trasladan desde el balance de una empresa privada a las cuentas públicas del Estado, lo que significa posponer las posibilidades de la recuperación. (…) La desigualdad, la pobreza y la exclusión social son procesos estructurales que ni siquiera se logran atenuar en periodos de cierta bonanza económica. La crisis económica ha servido para extender y profundizar esos efectos, generando un grave riesgo de fractura social».
CIP-Ecosocial es un centro de reflexión sobre varios temas, entre los que se encuentran la calidad de la democracia, la sostenibilidad y la cohesión social, cuestiones que estos días están llenando las calles y las plazas de numerosas ciudades de España.
Más información:
Ana B. Martín Vázquez, Responsable de Comunicación
CIP-Ecosocial. www.cip-ecosocial.fuhem.es
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