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Andalucía: proveedora de fuerza de trabajo

Fuentes: Rebelión

El soberanismo catalán y su reciente protagonismo abre el debate sobre el carácter de los regionalismos españoles y, entre ellos, del andaluz. Sin embargo, cualquier planteamiento sobre el andalucismo ha de tener en cuenta los límites económicos de nuestra región y, en particular, el papel que Andalucía ha venido teniendo en la división nacional del trabajo.

Uno de los aspectos del citado papel es su función de proveedora de fuerza de trabajo tanto para el capitalismo español como para el europeo, desde hace más de cincuenta años.

Andalucía ha venido teniendo un excedente de población activa (paro) crónico y masivo. Esto ha sido resultado, lejos de la opinión que manifiestan algunos sobre la incapacidad para crear empleo o de las insuficiencias por el lado de la acumulación andaluza de capital, con una “producción” de fuerza de trabajo por encima de las necesidades del tejido productivo y administrativo andaluces. De hecho, la población ocupada en los últimos cincuenta años ha crecido más en Andalucía (80 por ciento acumulado del período) que la media española (60 por ciento).

La demanda intensiva de fuerza de trabajo

Para dirimir si estas cifras de crecimiento de la población activa y de la población ocupada son grandes o pequeñas, comparémoslas con sus homónimas españolas. Teniendo en cuenta el distinto tamaño entre los mercados laborales andaluz y español (el español es unas cinco veces el andaluz), echaremos mano de las cifras relativas de la evolución de las dos variables mencionadas, actividad y ocupación.

Variación relativa acumulada (1977-2022) en %

AndalucíaEspaña
Población activa10876
Población ocupada8660
Fuente: elaboración propia a partir de EPA (INE).

En la tabla de arriba se muestra que, durante el período 1977-2022 la demanda efectiva de fuerza de trabajo (población ocupada) en Andalucía (86%) es mayor que la de España (60%).

De modo que, no es que se cree poco empleo en Andalucía pues se crea bastante más que en España; no es que la acumulación andaluza de capital, a grosso modo, adolezca de algún problema en cuanto a creación de empleo pues genera una población ocupada mayor, en términos relativos, que la española durante este período.

Especialización en la oferta de fuerza de trabajo

Veamos lo que ocurre en el lado de la oferta de fuerza de trabajo (población activa). En la tabla de más arriba mostrábamos que, durante este período, el ritmo de crecimiento de la población activa en Andalucía (108%) es mayor que el de la española (76%). Esto nos lleva a plantear que el desempleo andaluz tiene más que ver con la oferta de fuerza de trabajo que con su demanda.

Este mayor crecimiento de la población activa andaluza respecto a la de España, significa que Andalucía se especializa, en el marco de la economía española, en la generación de fuerza de trabajo. Esto llevará, de manera paulatina y permanente, a aumentar el porcentaje de andaluces en la población activa nacional, pasando del 14,6 por ciento en 1977 al 17,5 por ciento en 2022.

El lugar de Andalucía en la división nacional del trabajo

Ahora bien, hemos de preguntarnos por qué el desarrollo del capitalismo en Andalucía, durante este periodo, pasa por generar más fuerza de trabajo, en términos relativos, que la generada en el resto del estado español y, en términos absolutos, más de la que necesita en lo inmediato la propia acumulación andaluza de capital. De otra forma, qué otra necesidad (además de la propia acumulación) pretende atender la especialización andaluza en la oferta de fuerza de trabajo.

Nuestra hipótesis es que la oferta andaluza de fuerza de trabajo atiende, además de los requerimientos de su propia acumulación de capital, las necesidades de mano de obra de la acumulación foránea (española y europea) de capital.

Este rasgo de la sociedad andaluza sería un aspecto, entre otros, de su función en la división nacional del trabajo (DNT) español y europeo, específicamente su papel de suministradora de fuerza de trabajo. Así, Andalucía produce mano de obra para su acumulación de capital, lo cual comprende tanto el necesario desempleo para su desarrollo capitalista como para las administraciones públicas que le corresponden. Y, además, la sociedad andaluza produce fuerza de trabajo para atender los requerimientos de la acumulación del capitalismo español y europeo. 

Esta especialización en la oferta de fuerza de trabajo tiene que ver con otros fenómenos, señalados frecuentemente a la hora de caracterizar a la economía andaluza. Quisiéramos destacar tres, de los que solo desarrollaremos uno. Los tres, que servirían para desglosar esta función en la división nacional del trabajo en cuanto a la provisión de fuerza de trabajo en otras tres subfunciones. Se trata del crecimiento demográfico (subfunción de generación de personas); de la emigración (subfunción de exportación de mano de obra); y del paro masivo (subfunción de reserva de fuerza de trabajo). Nos centraremos en este último, el desempleo masivo.

El paro crónico y masivo

La gráfica de abajo muestra a la tasa de desempleo andaluza y española, observándose que la primera está a lo largo de todo el período a un nivel superior, manteniendo una brecha positiva (promedio de 8 puntos). Esta brecha puede ser explicada, además de por otras singularidades andaluzas, por el particular papel que juega Andalucía en la división nacional del trabajo en cuanto a la provisión de fuerza de trabajo.

Este paro corresponde a la subfunción de reserva de fuerza de trabajo, que está regulada por las entradas (subfunción de generación) y por las salidas (subfunción de exportación). En la medida que la emigración se frena, se aglomera la población desempleada aumentando la tasa de paro. Esta situación plantea el problema del sostenimiento material de dicha sobrepoblación relativa.

La acumulación de capital y la división nacional del trabajo

La sobreproducción de fuerza de trabajo, esto es la producción de fuerza de trabajo en Andalucía por encima de las necesidades endógenas de la región, desemboca en la sobreabundancia de fuerza de trabajo como pone de manifiesto el paro masivo.

Así, al tener fuerza de trabajo por encima de la necesidad solvente de los capitalistas, como con cualquier mercancía, la venta de la fuerza de trabajo tenderá a establecerse por debajo de su valor, permitiendo a los capitalistas apropiarse una plusvalía extra.

Pero, la venta de la fuerza de trabajo por debajo del valor supone, en lo inmediato, una estrechez del mercado interno que impide un desarrollo normal al capital y, con el tiempo, el deterioro de la fuerza de trabajo poniendo en peligro la reproducción y acumulación fluidas del capital en Andalucía. Esto no solo debilita la acumulación de capital en Andalucía sino también su papel de cara a las acumulaciones foráneas de capital. Dado esto, llegado un punto, el propio estado favorecerá los mecanismos que reviertan esta situación y tiendan a establecer la venta de la fuerza de trabajo andaluza por su valor. El impulso definitivo a esta situación será la lucha de clases como veremos posteriormente.

Nótese que esta desvalorización de la fuerza de trabajo junto con el efecto empobrecimiento de la emigración y la detracción de recursos que supone la generación de fuerza de trabajo y su mantenimiento, insisten en el descenso del nivel de vida de la mayoría de la población andaluza. Y apuntan en la misma dirección, la lucha de clases y el papel del estado (autonómico, nacional y europeo).

Andalucía: subsidio vs compensación

Durante mucho tiempo Andalucía ha sido tildada de sociedad subsidiada porque percibía una serie de transferencias de rentas. Discurso alimentado por las balanzas fiscales. 

El análisis realizado hasta aquí, nos permite afirmar que dichas ayudas han sido, y son, en parte, la compensación a nuestra región por los recursos empleados en el desempeño del papel que se le ha venido asignando en la división nacional del trabajo español y europeo en relación a la provisión de fuerza de trabajo (hecho diferencial andaluz).

Porque de no producirse tal compensación, o ésta ser insuficiente, la consecuencia sería una reproducción atrofiada de la fuerza de trabajo vía empobrecimiento general de la clase obrera, dificultando la fluida valorización y acumulación del capital, dentro y fuera de Andalucía.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.