Desde abril del 2006, a partir de la promulgación de la Ley de los Consejos Comunales, a lo largo y ancho del territorio nacional, el estado viene impulsando y promoviendo la organización, formación y capacitación de nuestro pueblo a fin de adelantar y concretar la transferencia de competencias y recursos para que las propias comunidades, […]
Desde abril del 2006, a partir de la promulgación de la Ley de los Consejos Comunales, a lo largo y ancho del territorio nacional, el estado viene impulsando y promoviendo la organización, formación y capacitación de nuestro pueblo a fin de adelantar y concretar la transferencia de competencias y recursos para que las propias comunidades, desde el ejercicio reflexivo de su propia realidad, emprendan las transformaciones necesarias que dignifiquen su existencia, ejerciendo la participación, el protagonismo y la corresponsabilidad, para ir saldando la inmensa deuda social acumulada por la llamada IV República.
En tal sentido, es necesario reconocer que las iniciativas de organización en el seno de las comunidades datan desde mucho antes de la referida Ley, incluso, podemos advertir sobre la existencia de Consejos Comunales conformados de hecho, antes del 2006; pero es a partir de esta fecha que el gobierno bolivariano crea condiciones para su conformación y desarrollo, con un balance de Bs. F 2,9 millardos transferidos para la ejecución de 13.536 proyectos elaborados por los Consejos Comunales, sólo en el 2009.
Luego de transcurridos tres años de gestión, los consejos comunales han sido objeto de evaluación en su propio seno por parte de los ciudadanos y ciudadanas, centro de la acción de esta revolucionaria forma de organización social, así como por parte de las instituciones responsables de legislar y generar los lineamientos y el acompañamiento necesario para impulsar su desarrollo.
En este sentido, el pasado mes de Diciembre, la asamblea nacional sanciono la Ley Orgánica de los Consejos Comunales, incorporando en su texto nuevos elementos que pretenden facilitar la participación, el protagonismo, y la articulación e integración de los comuneros(as), movimientos de base, actores sociales, grupos culturales y populares con todas las instancias creadas desde el gobierno revolucionario, que permitan al pueblo organizado ejercer la gestión directa de las políticas públicas.
Del mismo modo, actualmente acelera la discusión de la esperada Ley Orgánica del Poder Popular, generando cada vez mejores y más adecuados espacios para que sea nuestro pueblo el verdadero protagonista de su propia transformación.
Pero, como ya sabemos, no basta sólo con legislar para el socialismo, se debe igualmente, garantizar desde las instituciones, una eficiente atención y acompañamiento que facilite los procesos en la gestión comunal, fomentar desde el seno de estas instituciones, la práctica permanente de la contraloría social, a lo interno de dichas instituciones y dentro de los propios consejos comunales, a fin de evitar desviaciones en el ejercicio de las funciones, que como instituciones y organizaciones sociales están llamadas a cumplir.
Igualmente, todo nuestro pueblo, actores responsables en la construcción del poder popular, comuneras y comuneros, debemos ponernos a la altura de la tarea que tenemos por delante, esto significa, formación en valores socialistas, estudio y capacitación para el trabajo, y sobre todo, ética revolucionaria.
El año bicentenario (1810-2010) de nuestra independencia, debe estar signado por la profundización de los procesos, y creación de caminos y espacios para la construcción de la patria socialista, la cual comienza con nuestra propia transformación interior, para que edifiquemos el «nosotros comunal», subordinando el interés individual al interés del colectivo, y esta es una tarea de todos.
Evy Ferrer es trovador y poeta
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