Vía Campesina denuncia lo que está ocurriendo en Río Grande do Sul, una situación en la que el Estado, en vez de defender los intereses de la sociedad, coloca todas sus instituciones, especialmente las fuerzas de seguridad pública, al servicio de los intereses de las empresas. La denuncia se refiere a la manifestación de las […]
La entidad reclama la arbitrariedad conque reaccionó el delegado de policía Rudimar de Freitas Rosales (delegado de policía de Camaquã), acompañado de seis agentes policiales, en la casa de la Asociación de Mujeres Trabajadoras Rurales, en Passo Fundo. Esta acción demostraría que el objetivo de las investigaciones policiales no es esclarecer los hechos, y sí incriminar a dirigentes, y de esa forma negar la legitimidad de la lucha colectiva realizada por más de 2 mil mujeres contra el desierto verde.
Los policías llegaron a la Asociación, derribaron el portón, invadieron el espacio de la entidad con armas de fuego en la mano y doblegaron a siete mujeres y un niño que allí se encontraban, acorralándolas hacia el espacio dedicado a la cocina. Cuestionadas, las mujeres no entendían lo que estaba ocurriendo, pues los policías no se habían identificado y presentado ningún mandado judicial. Solamente después de un tiempo fue que mostraron el mandado de ingreso expedido por el juez Sebastião Francisco da Rosa Marinho.
«La arbitrariedad fue tan grande que las mujeres sólo tuvieron permiso para contactar con el abogado una hora y 20 minutos después de la invasión. La búsqueda no se detuvo en la secretaría de la Asociación, sino que revolvieron todas las habitaciones (cocina, área de servicio, cuartos, los bolsos de las mujeres, esparciendo todo por el suelo)».
Los policías se llevaron las CPUs de las computadoras, CDs, disquetes, pasajes urbanos e interurbanos, dinero, talones de cheques, todos los documentos de la Asociación, carpetas con los proyectos y prestaciones de cuentas, cuadernos y anotaciones, símbolos de la Asociación y no dejaron una lista de lo que fue apropiado. Además, la policía invadió, sin mandado judicial la sede de la Asociación Nacional de Mujeres Campesinas, que funciona en el piso inferior de la Asociación Estatal y que tiene entrada por otra calle.
En la sede nacional los policías humillaron a una funcionaria y una mujer que estaba en el local, despedazaron cajones, llevaron dinero, pasajes urbanos e interurbanos, CPUs, disquetes y CDs. Además, sin la presencia del abogado, el delegado hizo la intimación para que todas se presentasen a declarar, dentro de la tarde del día 21 de marzo, obligándolas a firmar la intimación y forzándolas a declarar sin la presencia del abogado.
«Solamente con la llegada del abogado, fue que las mujeres pudieron ir al baño y pasaron a ser tratadas como seres humanos. La actitud del delegado y de los policías no sólo no respetó los derechos humanos sino que también reveló el machismo de la institución, pues sólo ante la presencia masculina pasaron a respetar a las mujeres», subraya Vía Campesina.
Traducción: Daniel Barrantes – [email protected]