Argentina decretó hoy la inmovilización del 30 por ciento del capital especulativo que ingrese al país, con el objetivo de impedir la reevaluación de su moneda nacional, el peso, y mantener estable el mercado cambiario. El flamante control sobre los llamados fondos «golondrina», que entró en vigor con su publicación en el Boletín Oficial, excluye […]
Argentina decretó hoy la inmovilización del 30 por ciento del capital especulativo que ingrese al país, con el objetivo de impedir la reevaluación de su moneda nacional, el peso, y mantener estable el mercado cambiario.
El flamante control sobre los llamados fondos «golondrina», que entró en vigor con su publicación en el Boletín Oficial, excluye las operaciones de comercio exterior y las inversiones en proyectos productivos, anunció el ministro de Economía, Roberto Lavagna.
Tampoco se incluyen las próximas colocaciones de títulos públicos o privados en el mercado de capitales, explicó la víspera Lavagna tras una reunión con el presidente argentino, Néstor Kirchner.
Con este último paso, Buenos Aires se asegura que en las venideras colocaciones de deuda puedan participar inversores extranjeros sin enfrentar las mencionadas prohibiciones.
El titular de Hacienda subrayó que las trabas no suponen restricciones a la entrada o salida del libre mercado de cambios, en el que el Banco Central de la República Argentina (BCRA) interviene para mantener el valor del dólar sobre los tres pesos.
Precisamente, los fondos golondrina entran al mercado en busca de ganancias rápidas y presionan para bajar la cotización del billete estadounidense.
La administración Kirchner reforzó en mayo pasado los controles sobre los flujos de fondos desde el exterior, al ampliar de 180 a 365 días su plazo de permanencia obligatoria en el país sudamericano.
El capital «de corto plazo o especulativo crea burbujas de reevaluación de la moneda», comentó Lavagna al explicar la política de estabilización puesta en marcha por Argentina.
La presión de estas golondrinas sobre la divisa estadounidense se sintió con fuerza el mes último, a tal extremo de que el BCRA tuvo que salir a comprar mil 363 millones de dólares.