Cómo enseñó Arthur Laffer a los republicanos a gobernar sin restricciones.
Entre los horrores que emanan de la Casa Blanca a diario, hay uno que se les puede haber pasado por alto. Donald Trump decidió hace poco conceder la Medalla Presidencial de la Libertad a Arthur Laffer, acaso el economista más desacreditado de Norteamérica. He aquí cómo lo describía el anuncio:
Arthut B. Laffer, «Padre de la Economía de Oferta», es uno de los economistas más famosos de la historia norteamericana, renombrado por su teoría económica de la «Curva de Laffer», que establece los sólidos efectos de incentivo de rebajar los tipos fiscales que espolean la inversión, la producción, el empleo, los salarios, el crecimiento económico y el cumplimiento fiscal.
Esto es básicamente verdad si se define «renombrado» como «tristemente célebre» y «establece» como «asevera erróneamente». Pero respecto a la influencia de Laffer no cabe duda. Por sus servicios al Partido Republicano, merece ciertamente cualquier galardón que puedan brindarle los republicanos. Pues lo que realmente les dio fue la capacidad de gobernar de un modo completamente distinto de lo que hubieran podido imaginar que era posible ellos o cualquier otro. Lo que Laffer vino a decirles a los republicanos, aunque les hizo falta algo de tiempo para hacerse una idea de las implicaciones, es que eran libres de obrar sin constricciones. Fue gloriosamente liberador, y sus consecuencias siguen reverberando a día de hoy.