La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) a 50 años de su nacimiento se ha convertido en uno de los grupos regionales de integración con más estabilidad y desarrollo económico en el mundo. La historia de esta agrupación tuvo su inicio en una reunió efectuada en Bangkok, Tailandia, en agosto de 1967 donde Indonesia, […]
La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) a 50 años de su nacimiento se ha convertido en uno de los grupos regionales de integración con más estabilidad y desarrollo económico en el mundo.
La historia de esta agrupación tuvo su inicio en una reunió efectuada en Bangkok, Tailandia, en agosto de 1967 donde Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur y Tailandia fundaron la ASEAN. En 1984 se incorporó Brunei, en 1995 Vietnam, en 1997 Laos y Birmania (hoy Myanmar) y en 1999 Camboya. Papúa-Nueva Guinea está como observador y Corea del Sur posee un estatuto especial en el bloque.
La Declaración Inaugural firmada en Tailandia, estableció los principales objetivos del bloque: aceleración del crecimiento económico de sus países miembros, el fomento de la paz y la estabilidad y seguridad regional.
Desde su nacimiento la Asociación ha priorizado, además de la paz, la amistad, cooperación y la solidaridad regionales lo que ha servido para que sus integrantes hayan alcanzado año tras año un mayor desarrollo económico-social.
La estrategia de cooperación económica ha posibilitado que en los últimos 10 años la ASEAN, en su conjunto, haya crecido en un 6 % muy superior a los de cualquier organización regional del orbe.
La cifra es más relevante cuando se analiza que en ese período anterior, la mayoría de los países de mundo se vieron envueltos en una enorme crisis económica-financiera, iniciada en 1997 por Estados Unidos y que se extendió con gran fuerza por numerosos países.
En la actualidad, este mecanismo de integración agrupa a 625 millones de habitantes y ha creado un mercado y una base de producción única, con libre circulación de capital, servicios, bienes, inversión y personal calificado.
En un mensaje por el 50 aniversario, el primer ministro de Malasia, Sri Mohd Najib Bin Tun Haji Abdul Razak, afirmó que la ASEAN esta compuesta por varias comunidades e identidades, incluyendo varias culturas, religiones y lenguajes pero que eso no es óbice para continuar consolidando la unidad dentro de la diversidad, construyendo un progreso mutuo y arreglando las diferencias entre los países en forma constructiva.
El Producto Interno Bruto (PIB) de sus miembros en conjunto alcanza los 2,55 billones de dólares, que la convierte en la sexta economía del planeta y para el 2050 aspiran a llegar a los 9,2 billones de dólares para pasar al cuarto peldaño a nivel mundial por su PIB.
En los 50 años transcurridos, la ASEAN ha sido una plataforma para la integración y la cooperación entre sus afiliados. Sus 10 miembros han trabajado activamente para promover la unidad, el desarrollo y la sustentabilidad, además de resolver las disputas y problemas en forma pacífica.
Por eso el primer ministro Abdul Razak , cuyo mensaje fue leído por el embajador de Malasia en Cuba, Khairi Omar durante un acto por la efeméride realizado en la sede diplomática en La Habana, reafirmó que la armonía entre las naciones del Sudeste Asiático ha permitido llevar beneficios económicos a sus habitantes y ha consolidado la estabilidad regional como lo previeron los cinco padres fundadores de la Asociación.
La Asociación desde sus inicios fue dando pasos seguros para escalar estatus superiores. En 1993 sus entonces seis miembros, establecieron una zona de libre comercio además de reducir las tarifas a bienes no agrícolas. En 1994, en una reunión extraordinaria, acordaron tener un mayor protagonismo sobre la seguridad regional y aumentar el número de sus miembros, objetivos que ya alcanzaron.
En 2002 sus 10 integrantes suscribieron el Acuerdo Marco sobre Cooperación Económica Global con China y años después formalizaron un Área de Libre Comercio (ALC) con el gigante asiático.
La instalación del ALC constituyó un hito en los anales de las relaciones entre China y la ASEAN y ha servido de modelo para la cooperación regional al unir a los países en desarrollo de la zona, los cuales cuentan con una población total de 1 900 millones de personas.
Los participantes de este mecanismo de integración y China tienen además otros tres elementos a su favor para ampliar la cooperación: la cercanía geográfica; sus economías son estrechamente complementarias y no han sufrido con violencia los embates de la crisis económica-financiera que han padecido otras regiones.
Con ese acuerdo, los impuestos de China a los productos procedentes de la ASEAN se han ido disminuyendo progresivamente de 9,8 a alrededor del 3,1 %, mientras que las seis naciones que entraron primeramente al grupo (Indonesia, Brunei, Malasia, Tailandia, Singapur y Filipinas) han reducido los aranceles a los productos chinos de 12,8 a cerca de 3,6 %. Se espera que los por cientos bajen aún más en los años venideros.
En cuanto a los otros cuatro miembros, Vietnam, Laos, Birmania y Camboya ya no se aplican impuestos en el intercambio a muchos productos.
Inobjetablemente que la Asociación del Sudeste Asiático se ha convertido en una emblemática agrupación que marca el derrotero a seguir para otras creadas en el planeta y que aun no han encontrado el camino hacia la estabilidad, la paz y el desarrollo económico.
Hedelberto López Blanch, periodista, escritor e investigador cubano, especialista en política internacional.
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