Attac extrae las primeras enseñanzas y consecuencias de una decisión -no firme- de la Audiencia Nacional en relación al caso de las cuentas secretas del BBVA. Que la Audiencia Nacional haya decidido la nulidad de las actuaciones y el archivo del caso de las cuentas secretas que había abierto el BBVA en diversos paraísos fiscales, […]
Attac extrae las primeras enseñanzas y consecuencias de una decisión -no firme- de la Audiencia Nacional en relación al caso de las cuentas secretas del BBVA.
Que la Audiencia Nacional haya decidido la nulidad de las actuaciones y el archivo del caso de las cuentas secretas que había abierto el BBVA en diversos paraísos fiscales, y en el que estaban implicados cinco antiguos directivos de la entidad, entre los que se encontraba el ex presidente Emilio Ybarra, le parece al movimiento social Attac una decisión generadora de alarma social en la ciudadanía. Y ello por varias razones:
1º porque consolida la impunidad de los gestores cuando los absuelve por la inexistencia de perjudicados por el mantenimiento de las «cuentas secretas» en la isla de Jersey y Liechtenstein y porque no hay daño económico valorable. Cuando el auto aduce que la regularización de las «cuentas secretas» no alteró significativamente la situación financiera del banco, parece querer expresar que robar a una gran empresa, aunque sea mucho, no es perseguible pues siempre se tratará de cifras apenas perceptibles en la cuenta de resultados.
2º porque sume en el desamparo a los pequeños accionistas, al dejar impunes a los gestores cuando éstos maniobran en su propio provecho con el patrimonio del banco, abusando de su posición de poder en la empresa. En el fondo, la decisión de la Audiencia Nacional parece querer castigar al pequeño accionista por no haber sido capaz de manifestarse legalmente como perjudicados, con lo que, pese a haber ocultado fondos de la entidad en paraísos fiscales por importe de 225 millones de euros, no hay constancia de haber causado perjuicio económico alguno a la entidad.
y 3º porque pone al descubierto los mecanismos del fraude fiscal a través de la utilización generalizada de los Centros Financieros Offshore, cuando señala que los fondos no estaban contabilizados, pero no habían salido del patrimonio del banco (lo que quiere decir que se trataba de dinero negro del BBVA gestionado desde un paraíso fiscal) aunque el auto reconoce que la regularización de las cuentas secretas se completó al liquidar los impuestos preceptivos por valor de 78,13 millones (cuando se procedió a su repatriación)
El Movimiento social Attac seguirá presionando socialmente y movilizando a la ciudadanía para que se den pasos sustantivos en la abolición de los «paraísos fiscales», comenzando por el no reconocimiento jurídico en España de las sucursales financieras y empresas pantalla creadas en los centros financieros extraterritoriales considerados paraísos fiscales. Y esta presión social la seguirá enmarcando dentro de su actual campaña por la Justicia Fiscal Global