La esencia de Attac es su radical disconformidad con una globalización dictada en interés de una minoría, de una élite económica internacional, de una oligarquía capitalista mundial. Atacc sabe y denuncia que esa élite, esa oligarquía domina y controla en lo fundamental a los principales organismos económicos internacionales – FMI, BM, OMC – y ejerce […]
La esencia de Attac es su radical disconformidad con una globalización dictada en interés de una minoría, de una élite económica internacional, de una oligarquía capitalista mundial. Atacc sabe y denuncia que esa élite, esa oligarquía domina y controla en lo fundamental a los principales organismos económicos internacionales – FMI, BM, OMC – y ejerce una influencia con frecuencia determinante sobre los Estados más poderosos del mundo – G7 -. Frente a esa élite,esa oligarquía, cuyo símbolo más representativo es el Foro Económico Mundial de Davos, Attac levanta la bandera del derecho de la mayoría de la humanidad a decidir, de la reivindicación democrática del gobierno del mundo, del papel que pueden y deben jugar una mayoría de Estados democráticamente constituidos, en el único marco verdaderamente representativo de la comunidad internacional, es decir, en la ONU. De ahí que el objetivo central de Attac sea el ! de restituir a los ciudadanos la capacidad de decisión que las políticas neoliberales le han arrebatado.
El experimento de la globalización neoliberal, impulsado por esa oligarquía capitalista mundial y por los gobiernos, especialmente del ámbito anglosajón a su servicio, ha fracasado. Lo ilustran los desastres económicos de los años noventa del siglo pasado acaecidos en el sureste asiático, América Latina y Rusia. La globalización neoliberal ha agravado las desigualdades entre el Norte y el Sur y entre las clases sociales de cada país. Y pese a todo con menor aparato propagandístico, pero con el mismo empeño pretenden seguir imponiendo el modelo de globalización aberrante que tan graves consecuencias económicas, sociales y medioambientales está teniendo. No es extraño que esa extraordinaria agresión haya provocado una reacción de resistencia de los muchos damnificados y disconformes que su proyecto ha suscitado. Desde el movimiento zapatista, la lucha victoriosa contra el Acuerdo Multilateral de Inversiones ( AMI ), y el na! cimiento del propio Attac, hasta los hechos emblemáticos de Seattle, Génova, etcétera, y la creación del Foro Social Mundial de Porto Alegre, se ha ido perfilando un esbozo de alternativa a la globalización neoliberal aún insuficientemente desarrollado, pero con fuertes componentes ecologistas, pacifistas, de defensa de los derechos humanos y de solidaridad internacional, cuyos principales protagonistas hasta ahora han sido los nuevos movimientos sociales. Por consiguente la tarea central de Attac es contribuir a crear una alternativa mundial, de carácter democrático, a la globalización neoliberal. Para ello ya ha aportado algunas propuestas específicas que el conjunto del movimiento altermundista ha hecho suyas, como la Tasa Tobin y la supresión de los paraísos fiscales. Sin embargo, el proyecto altermundista no se agota en las propuestas del propio Attac y de otras organizaciones antiglobalizadoras.
En mi opinión Attac, junto con las organizaciones que se identifican con los principios de los Foros Sociales Mundiales, tiene que participar en el proceso, posiblemente en marcha, de la conformación de una alternativa mundial a la globalización neoliberal. Esa alternativa apunta al protagonismo que tiene que asumir una ciudadanía concienciada y los Estados democráticos, y al papel de una ONU renovada, únicas instancias capaces de diseñar una propuesta global eficaz y creible para un futuro mejor de la gran mayoría de la humanidad. Esa propuesta de la que hay algo más que indicios, bien podría ser no la de una globalización que ha resultado unilateral y discriminatoria, sino la de una conglobación multilateral e incluyente sobre la que expongo algunas ideas. Frente a la globalización ( neoliberal ) cuya alternativa es la de un mercado mundial unificado, una especie de marca Mercamundo, producida por y para favorecer los intereses de un! a élite u oligarquía capitalista internacional, hay una alternativa que puede y debe ser construida desde el interés de la inmensa mayoría de la humanidad y por ella. A esa alternativa desarrollada por y para la inmensa mayoría de la sociedad la llamo conglobación. Con esa palabra ( el término existe en castellano con el significado : 1 Acción y efecto de conglobar – unir o juntar cosas o partes, de modo que formen un conjunto o montón – y 2 juntamente y en compañía ) quiero expresar la idea de la constitución conjunta, colectiva, de un nuevo orden mundial, de otro mundo mejor posible. La idea de la conglobación así definida, concuerda con el método e, incluso, con el objetivo de construir entre todos los pueblos y los Estados, libre y voluntariamente, un mundo más justo y solidario, más pacífico y respetuoso con la naturaleza. Y de hacerlo desde bases más igualitarias y democráticas, mediante grandes acuerdos part! icipados por todos, a los que se sume la inmensa mayoría de la humanidad y sus representaciones democráticas. Construir un mundo no para el enriquecimiento de una parte minoritaria de la humanidad, sino para la satisfacción de los derechos de todos los seres humanos.
En cierto modo la conglobación, como construcción colectiva del orden mundial, ya existe y está en marcha. Y por débil, insuficiente y contradictorio que nos parezca, uno de sus motores ha sido la ONU y, especificamente, su Asamblea General, organismo mucho más representativo de la comunidad política internacional que su Consejo de Seguridad. De la ONU, de la mayoría de sus miembros que mal que bien representan a muchos pueblos de la Tierra, han partido iniciativas de conglobación de tanto calado como : el Protocolo de Kyoto, para la defensa de la salud ecológica del planeta, los Objetivos del Milenio, para la erradicación de la pobreza y el hambre, o la creación de la Corte Penal Internacional, para la persecución internacional de los delitos contra la humanidad ( genocidios, crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad ). En definitiva, un conjunto de iniciativas significativamente rechazadas por los Estados Unidos de Bush, ver! dadero instrumento político, militar y económico de la globalización neoliberal. Iniciativas que son ya un punto de referencia y a las que habría que sumar otras muchas que encauzasen el futuro de la humanidad por los caminos de la libertad, la justicia y la paz universal. Iniciativas que también abordasen las cuestiones del desarrollo desde la perspectiva del interés general de la humanidad y no desde el interés de la oligarquía capitalista mundial y los sectores beneficiados por la globalización. Y que, por tanto, no se detuvieran ante ninguna barrera, ningún obstáculo o tabú mental o legal, pues de mismo modo que la oligarquía capitalista mundial ha hecho creer a la mayoría de la humanidad que las políticas fiscales regresivas, las privatizaciones y otras lindezas del recetario neoliberal son el colmo de la racionalidad económica y la garantía del desarrollo, el movimiento altermundista tiene la obligación no sólo ! de desenmascarar esas patrañas, sino de proponer las medidas fiscales y legales internacionales que aseguren el progreso social, la recuperación del medio ambiente y la paz mundial.
Attac y el conjunto del movimiento altermundista tienen que rechazar la idea paralizante de que las propuestas que formulen no llegarán a concretarse, a materializarse por falta de poder e influencia en los organismos nacionales e internacionales. Lo que necesitamos es más confianza en nuestras propuestas, más activismo social para difundir nuestras ideas y ampliar el círculo de los convencidos y comprometidos, y más presión y movilización para obligar a los partidos, a los gobiernos y a los organismos internacionales a adoptar políticas económicas, sociales y medioambientales acordes con el interés de las generaciones presentes y futuras.