La crisis económica para el 2009 podría incrementar el desempleo femenino en América Latina y el Caribe en sectores productivos como el comercio formal, la industria manufacturera, maquila y textiles, servicios financieros, turismo y empleo doméstico, pues la brecha de la tasa de ocupación entre mujeres es más elevada que para los hombres. Así lo […]
La crisis económica para el 2009 podría incrementar el desempleo femenino en América Latina y el Caribe en sectores productivos como el comercio formal, la industria manufacturera, maquila y textiles, servicios financieros, turismo y empleo doméstico, pues la brecha de la tasa de ocupación entre mujeres es más elevada que para los hombres.
Así lo expone un estudio realizado por Cepal a 9 países en América Latina con población de entre 15 y 65 años.
El trabajo refleja una ocupación en 2006-2007 de 51 por ciento para mujeres y del 76 por ciento para hombres; el desempleo para las mujeres es de 9.3 por ciento frente al 6.7 por ciento para hombres. En cuanto a la falta de oportunidades laborales que empuja a las mujeres a dedicarse al comercio informal, es de 50 por ciento para mujeres y 40 por ciento para hombres.
Así lo dio a conocer el director de la División de Desarrollo Económico, Osvaldo Kacef, en su presentación «El impacto de la crisis desde la perspectiva de Género», realizada el pasado 4 de diciembre en el marco de la cuadragésima segunda reunión de la Mesa Directiva de la Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, con sede en Santiago de Chile.
Mujeres, falta de oportunidades
La falta de oportunidades laborales para mujeres, expresa Kacef en su presentación, es un obstáculo que se pueden agravar en situación de crisis, por lo que la informalidad y el desempleo serán más altos entre las mujeres. Esto implicará ausencia de protección e ingresos inestables.
En la presentación, Kacef destacó que con una menor disponibilidad de recursos fiscales se afecta negativamente al gasto social y esto puede provocar una presión adicional para el cuidado del hogar, aún en un contexto de crecimiento. Por ejemplo, el aumento del precio de los alimentos observado en 2008 tiende a generar un aumento en la pobreza.
Con estas premisas se estima que para el 2009 haya un incremento en la pobreza equivalente a cerca de 3 por ciento. Esto se traduce en el 35 al 38 por ciento de población en pobreza en América Latina, es decir, alrededor de 15 millones de personas. Las cifras equivalen a un tercio de la reducción de la pobreza que se registró en la región desde 2002.
Durante la presentación del día de hoy de la Cepal, «Balance preliminar de las economías en América Latina y el Caribe», su Secretaria Ejecutiva, Alicia Bárcena, dio a conocer que en México el panorama de desempleo vislumbra alrededor de un millón hasta 8 millones de desempleadas y desempleados y para la región de hasta 17 millones.
Un contexto en el que, de acuerdo con Osvaldo Kacef, impactará en su mayoría a las mujeres.
Mayores reservas internacionales
En la videoconferencia realizada hoy en las instalaciones de la Cepal en la ciudad de México, Bárcenas dijo que los más afectados por esta crisis serán los hogares más pobres, debido a que éstos sólo cuentan con un salario o máximo dos. En cuanto a México, destacó que aumentará el comercio informal y la migración.
Se dio a conocer que América Latina y el Caribe está mejor preparada ahora que en crisis anteriores, pues cuenta con superávit en cuenta corriente, finanzas públicas más ordenadas, menor deuda pública y mayores reservas internacionales, pero la región no es inmune y los efectos de la crisis internacional se harán sentir.
Entre los efectos de la crisis se destacaron dos canales: el real, donde se encuentra la desaceleración de las exportaciones, caída de los precios de los bienes primarios, reducción de las remesas, menores ingresos en el turismo y disminución de los flujos en la inversión extranjera directa, y el financiero, que registrará un aumento del costo del crédito externo y la disponibilidad de financiamiento internacional.
Ambos efectos ya han provocado fuertes depreciaciones de las monedas locales en varios países, lo que si bien favorece la competitividad, trae aparejado desequilibrios de las hojas de balance de los endeudados en dólares y frenaría el descenso de la inflación.
Coordinación regional, el reto
La profundidad y duración de la crisis aún son inciertas y depende de la efectividad que tengan las medidas de estímulo de la demanda y de la vuelta de a la normalidad de los mercados de crédito de las economías desarrolladas. Para enfrentar problemas globales, postula la Cepal, se requieren soluciones coordinadas.
En este sentido, el impulso a la demanda debe provenir no sólo de los países desarrollados sino también del mundo en desarrollo y es necesaria una mayor integración y coordinación regional de las políticas macroeconómicas de los países.
Finalmente, señala la Cepal, se debe potenciar el comercio intrarregional y la integración en el sentido más amplio posible. El informe consideró importante avanzar hacia el establecimiento de una nueva arquitectura financiera internacional y hacia un rol más activo de los organismos crediticios regionales, los que deben proveer la liquidez necesaria para poder financiar todos estos esfuerzos.