(1´46´´ / 416 Kb) – Frente a la reivindicación, de la Central Única de los Trabajadores (CUT) y de otras seis centrales sindicales brasileñas, de aumentar el salario mínimo a US$ 190, órganos del gobierno afirman que este reajuste afectará negativamente a las pequeñas y medias empresas y va a traer impactos negativos en las […]
(1´46´´ / 416 Kb) – Frente a la reivindicación, de la Central Única de los Trabajadores (CUT) y de otras seis centrales sindicales brasileñas, de aumentar el salario mínimo a US$ 190, órganos del gobierno afirman que este reajuste afectará negativamente a las pequeñas y medias empresas y va a traer impactos negativos en las cuentas públicas. Pero según el coordinador de estudios y desarrollo del
Departamento Intersindical de Estadística y Estudios Socioeconómicos (Dieese), Ademir Figueiredo, hay que analizar que el aumento del salario mínimo significa mejores condiciones de vida para el trabajador y que contribuye positivamente con la economía del país.
«Una cosa que no es explicada es cuánto eso significa en aumento de las recaudaciones y cuánto del salario mínimo viene contribuyendo con la manutención de la actividad económica, recaudación de otros impuestos, creación de nuevos puestos de trabajo. El salario mínimo tiene un efecto dinámico en la economía y, por otro lado, contribuyó para el aumento de los impuestos sobre el consumo y de la propia Previdencia Social»
Para el director técnico del Departamento Intersindical de Estadística y Estudios Socioeconómicos, Clemente Lúcio, los problemas de la previdencia son debidos a la mala gestión y evasión fiscal de las empresas. Él afirma que en Brasil cerca de 30 millones de personas no pagan tributos. La semana pasada el Departamento Intersindical entregó un informe donde consta que si el salario fuera reajustado, aumentaría el poder de compra de los brasileños en más de dos canastas familiares por mes.