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Autojaque mate

Fuentes: analitica.com

Hay opositores que expresan que no tienen libertad para expresar lo que expresan con toda libertad de expresar que no lo pueden expresar porque no hay libertad para expresarlo con la libertad con que ellos lo expresan. No me digas que no está clarito. No sé por qué tanto brinquito si el piso está tan […]

Hay opositores que expresan que no tienen libertad para expresar lo que expresan con toda libertad de expresar que no lo pueden expresar porque no hay libertad para expresarlo con la libertad con que ellos lo expresan.

No me digas que no está clarito. No sé por qué tanto brinquito si el piso está tan llanito. Es decir: expresan libremente que no tienen libertad para expresar que no tienen libertad para expresar. Ah, vamos, no me digas que no entiendes. No me vaciles porque está cristalino como el agua.

A ver si captas ahora: La prensa de oposición está amordazada y por eso no puede decir que está amordazada para decir lo que dice libremente. Más claro imposible.

Por ejemplo, un eminente historiador denunció en París el rrrÉgimen dictatorial que sojuzga a Venezuela. Alguien del público le preguntó si había ido a Francia a pedir asilo, porque, luego de notificar eso, imaginaba que ya no podía regresar a Venezuela. A una dictadura se la denuncia como tal solo en el exilio, en la clandestinidad o en prisión. No me contaron qué respondió el historiador.

A John Austin debemos la teoría de las frases performativas, que hacen lo que significan. Por ejemplo: te ordeno seguir leyendo. En verdad estoy ordenando, pues si sigues leyendo obedeces porque te lo ordené y si no sigues desobedeces justamente porque te lo ordené. La frase performativa constata y ejecuta simultáneamente. El asunto tiene vueltas y revueltas y es refutable, pero las objeciones de Searle, Bach, Harnish y otros no caben en 2300 caracteres. Para los efectos de este artículo, basta con Austin.

Con la oposición ocurre exactamente al revés: invalidan sus palabras al decirlas. El libro más influyente de Austin es Cómo hacer cosas con palabras (How To Do Things With Words). Propongo a algún intrépido filósofo de la oposición ejercer su derecho a réplica a Austin escribiendo Cómo deshacer cosas con palabras. El filósofo Manuel Rosales le escribiría un prólogo inmejorable. La oposición sufre una variante radical del complejo de Penélope: teje y desteje al mismo tiempo.

No es la única hazaña óntica de la oposición: también está un prodigio que ni aún los grandes maestros del ajedrez han conseguido esclarecer: el autojaque mate.