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El presidente interino Ghazi Yawarafirma que la toma de Fallujah desencadenará una rebelión generalizada

Aviones de EEUU desatan el peor bombardeo en seis meses destruyendo un hospital y casas

Fuentes: La Jornada

Un día de devastadora violencia en Irak, inclusive una ola de coches bomba en Samara e intensos ataques aéreos estadunidenses en Fallujah, dejó hoy al menos 40 personas muertas y puso a los funcionarios del go-bierno interino iraquí en conflicto con Estados Unidos ante la inminente ofensiva contra los rebeldes. Haciéndose eco de las críticas […]

Un día de devastadora violencia en Irak, inclusive una ola de coches bomba en Samara e intensos ataques aéreos estadunidenses en Fallujah, dejó hoy al menos 40 personas muertas y puso a los funcionarios del go-bierno interino iraquí en conflicto con Estados Unidos ante la inminente ofensiva contra los rebeldes.

Haciéndose eco de las críticas de Kofi Annan, secretario general de Naciones Unidas, importantes figuras del gobierno de Iyad Allawi advirtieron que un ataque a Fa-llujah, que se prevé para las próximas 24 horas, sólo recrudecerá el baño de sangre y pondrá en peligro las elecciones nacionales, programadas para enero.

El presidente interino, Ghazi Yawar, se cuenta entre quienes creen que el resultado sería desencadenar una rebelión generalizada en el país ocupado.

En tanto que aviones de combate estadunidenses aporreaban a Fallujah, en el peor bombardeo en seis meses, y destruían un hospital, un almacén médico y docenas de casas, en Samara se dio una prueba de las posibles represalias.

En espacio de tres horas, un atacante suicida se lanzó en un ve-hículo contra una estación de policía; tres coches bombas estallaron en otras partes de la ciudad y se dispararon morteros a otras tres estaciones de policía.

Testigos dicen que soldados es-tadunidenses abrieron fuego entre escenas caóticas, rociando de ba-las los vehículos que pasaban.

Samarra, otrora bastión rebelde ubicado cien kilómetros al nor-te de Bagdad, fue recapturada por fuerzas estadunidenses el mes pa-sado en una operación vista como ensayo general para Fallujah.

Las muertes de este sábado en una bien coordinada serie de ataques con bomba y mortero mostraron lo distantes que se encuentran Estados Unidos y el gobierno interino iraquí de tener un control efectivo sobre la ciudad.

Militares estadunidenses también se enfrascaron en fieros combates cerca de Ramadi, que es, como Fallujah, un centro de insurgencia sunita; en estas acciones 20 marines resultaron heridos.

En el camino al aeropuerto de Bagdad estalló un coche bomba, que lesionó a tres soldados estadunidenses y dio muerte a un civil iraquí, mientras el cuartel del destacamento polaco fue atacado con morteros, y dos de sus helicópteros recibieron disparos.

Como mal augurio para Washington y Bagdad, soldados estadunidenses fueron atacados en Ciudad Sadr, vasto enclave sunita adyacente a Bagdad, lo cual elevó el prospecto de que se forme una alianza sunita-chiíta en represalia por el asalto a Fallujah, donde 10 mil soldados estadunidenses se han concentrado en las afueras.

Estados Unidos y el gobierno interino han intentado reconciliarse con los chiítas, ofreciendo una amnistía al Ejército del Mehdi si entrega las armas; su líder, Moq-tada Sadr, ha expresado interés en el proceso político.

Hoy hubo creciente evidencia de que grandes números de insurgentes han eludido el cerco tendido por el ejército de ocupación en torno de Fallujah y se han reagrupado para llevar a cabo ataques en otras partes.

Los militares estadunidenses, que afirmaban que había más de 5 mil combatientes en la ciudad, hoy revisaron su estimación a mil 200.

Al mismo tiempo trascendió que muchos de los soldados estadunidenses que los enfrentan ja-más habían participado en combates de importancia.

«Alrededor de 95 por ciento de mis hombres no tienen mayor experiencia de combate y muchos no tienen ninguna», dijo el sargento Michael Edwards. «Su desempeño se basará en su adiestramiento, no en experiencia de combate.»

La perspectiva de un asalto a Fallujah ha conducido a serias disputas dentro del gobierno interino de Iyad Allawi. El presidente Yawar acusó Allawi y a sus patrocinadores de reaccionar con exageración y de tener la culpa del fracaso de las negociaciones.

«Es incorrecto el manejo de esta crisis por parte de la coalición«, declaró en fecha reciente. «Es como aquel que dio de balazos en la cabeza a su caballo porque se le paró una mosca. El caballo murió y la mosca voló.»

Habitantes de Fallujah dicen que una bola de fuego provocada por los ataques aéreos iluminó el cielo y estremeció la ciudad.

El hospital de emergencia Nazzal, fundado por una organización saudiárabe de caridad, sufrió graves daños, y un complejo cercano utilizado por el principal nosocomio de la ciudad para almacenar provisiones médicas quedó totalmente destruido.

El ejército de Estados Unidos sostuvo que los ataques iban dirigidos a «posiciones de combate tras barricadas» y centros de acopio de municiones. También en-traron en acción tanques en el noreste de Fallujah, donde dispararon a posiciones insurgentes.

Ahmed Rahim Mohammed, quien salió de Fallujah el viernes anterior al día en que los estadunidenses tendieron el cerco a la ciudad, relató este sábado: «Ya casi no quedan allá mujeres o niños, sólo hombres. Nosotros nos vinimos primero de los suburbios al centro, pero ya ningún lugar es se-guro. Hay mujaidines en la ciudad, bien armados. Pero tampoco es un secreto que muchos, cientos, quizá miles, han escapado.»

Mientras, combatientes encabezados por el jordano Abu Musab Zarqawi se atribuyeron la muerte de tres soldados de la Guardia Ne-gra británica en una emboscada.

El comunicado coincidió con la declaración de la familia de Paul Lowe, una de las víctimas, en la cual señala: «Paul era un joven soldado, bien dispuesto y admirable, que desde los siete años anhelaba alistarse en la Guardia Negra».

Un amigo de la familia añadió: «Para su madre, la señora Helen Lowe, fue un golpe muy amargo la prematura muerte de su hijo, de quien ella y sus hermanos estaban inmensamente orgullosos».

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya