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Banco del Sur entre el consenso y la indefinición

Fuentes: IPS Noticias

Los gobiernos de Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay y Uruguay llegaron a una «propuesta consensuada» sobre el Acta de Fundación del Banco del Sur, pero quedan pendientes cuestiones como la proporción de los aportes financieros de cada país y el tipo de proyectos que financiará esa entidad. En la Declaración de Río de Janeiro, firmada […]

Los gobiernos de Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay y Uruguay llegaron a una «propuesta consensuada» sobre el Acta de Fundación del Banco del Sur, pero quedan pendientes cuestiones como la proporción de los aportes financieros de cada país y el tipo de proyectos que financiará esa entidad.

En la Declaración de Río de Janeiro, firmada el 8 de octubre en esta ciudad brasileña, ministros y secretarios de los seis países coincidieron en que la nueva institución «será un banco de desarrollo con carácter sudamericano, con un rol central en el marco de una nueva arquitectura financiera regional».

Esa arquitectura se define como la de un banco que «contribuya a la elevación de la disponibilidad de liquidez, a la revitalización de la inversión, a la corrección de las asimetrías, al desarrollo de la infraestructura de integración, a la promoción del empleo y a la activación de un círculo virtuoso de crecimiento económico en la región», según el documento.

Los ministros de las carteras económicas Luis Alberto Arce, de Bolivia, Guido Mantega, de Brasil, Rodrigo Cabezas, de Venezuela, y Fausto Ortiz, de Ecuador, el viceministro de Paraguay, Manuel Alarcón, el secretario de finanzas de Argentina, Sergio Chodos, y el subsecretario de economía y finanzas de Uruguay, Mario Bergara, decidieron elevar la propuesta a consideración de sus respectivos presidentes.

La intención es firmar el Acta Fundacional del Banco del Sur el 3 de noviembre en Caracas, por invitación del presidente de Venezuela, Hugo Chávez.

Mantega calificó el acuerdo como «un paso importante», aunque admitió que todavía hay que discutir el estatuto de la institución financiera que, según adelantó, tendrá «tasas de interés razonables» y funcionará como «un banco autosuficiente que trabaja de acuerdo a programas modernos, como cualquier banco de desarrollo».

La futura entidad –que según el ministro brasileño priorizará proyectos de infraestructura como base de la integración regional– también podrá apoyar iniciativas del sector privado, aunque todavía no están definidas.

Mantega puso como eventuales ejemplos el de una empresa siderúrgica en Bolivia o una firma de alimentación en Paraguay.

«No se hará ninguna aventura. No es un banco de aventuras, sino que financiará proyectos serios», aclaró al ser interrogado sobre el carácter supuestamente «político» del Banco del Sur, una iniciativa promovida por Chávez.

Ese «carácter político», según el ministro venezolano Cabezas, «no le quita nada» a la voluntad expresa de los países sudamericanos de crear una institución multilateral alternativa como ésta, «a partir de la urgencia de profundizar la integración».

Será un banco que «dará créditos no condicionados a políticas condicionadas, ni será un ‘karma’ (sic) contra nuestros pueblos», destacó Cabezas.

De acuerdo con su impulsor, Chávez, el Banco del Sur tiene como objetivo contribuir a la independencia financiera regional respecto de otras instituciones multilaterales de crédito, como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional.

Los ministros dicen que todavía no pueden dar detalles técnicos, como el poder de voto de cada uno de los países accionistas, la conformación del directorio o el patrimonio con el cual comenzaría a operar.

Se preveía que el organismo contaría con un capital inicial de unos 7.000 millones de dólares.

Pero, más allá de especificaciones que según los ministros serán definidas después del 3 de noviembre por un equipo técnico, ésta será una nueva institución multilateral de crédito «volcada a los intereses de los países sudamericanos».

De acuerdo con Mantega, el banco estará «dirigido por nosotros, a diferencia de otros» similares en la región y en el mundo.

Aunque el Banco del Sur «atenderá mejor las necesidades de los países» de la región, «no chocará con otros», como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, afirmó.

El Banco del Sur «no nace contra nadie sino a favor de los pueblos de Sudamérica», destacó Cabezas.

El ministro calificó la definición del Acta de Fundación como «un hecho histórico» y agregó que su país está «orgulloso» porque «sentimos que al comienzo del siglo XXI vamos a tener una institución que dependerá de nosotros como países y no de factores externos a Sudamérica».

La entidad atenderá en principio los intereses y necesidades de los países que suscribieron el acuerdo, pero más adelante podría extenderse a los 12 países de la Unión de Naciones Sudamericanas.

Mantega destacó que todos los países participantes han sido «responsables» en materia fiscal, mejorado sus cuentas externas y su comercio internacional, y el banco «contribuirá aun más a la reducción de la vulnerabilidad» ante crisis financieras externas porque fortalecerá la «autonomía financiera» de la región.

Venezuela espera que el banco comience a funcionar en diciembre o enero. Pero antes habrá que definir cuestiones como la contribución de cada país.

Mientras Brasil propone entre bastidores que el aporte de capital sea determinado a partir del peso de la economía nacional, Venezuela habría sugerido que cada uno contribuyera con lo que esté a su alcance y que sus representaciones sean igualitarias.