Un comité del Congreso legislativo estadounidense se dispone a investigar acusaciones de irregularidades contables en el Banco Mundial, la principal agencia de ayuda al desarrollo del planeta.
El presidente del Comité Conjunto Económico, Jim Saxton, informó que las denuncias de ex empleados del Banco, quienes aseguraron ser objeto de represalias, «son completamente serias».
«Las inexactitudes en las cuentas del Banco Mundial son problemáticas por sí mismas, pero también estoy preocupado por el modo en que los gerentes habrían manejado estos asuntos. Investigaremos los hechos y determinaremos la validez de las acusaciones», agregó.
Según los ex empleados del Banco, los errores en el sistema contable sumaron decenas de millones de dólares, que fueron compensados en los libros mediante ajustes específicos. La institución entregó el año pasado más de 20.000 millones de dólares en préstamos y donaciones.
Los informantes indicaron que los documentos probatorios de las irregularidades fueron enviados a la dirección del Banco, incluido su presidente, James Wolfensohn.
Algunos de estos documentos se referían a grandes subestimaciones en la amortización de bonos de gastos en intereses de bonos emitidos por el propio Banco.
Aunque el problema se conoce, al parecer, desde hace varios años, cuando fue revelado por un contador de la institución, los gerentes intentaron presentarlo como un asunto nuevo. El denunciante habría sufrido represalias, según los informantes.
David Theis, portavoz del Banco Mundial, sostuvo que las acusaciones son infundadas. «Los controles contables del Banco son de última generación. Investigamos la acusación de este ex empleado y concluimos que son completamente falsas», sostuvo.
«Nos complacerá entregar al Comité (del Congreso estadounidense) cualquier información que requiera para su revisión y seremos tan abiertos y cooperativos como podamos», agregó Theis.
Fuentes del Congreso dijeron a IPS que otras acusaciones no fueron públicamente mencionadas, pero se rehusaron a referirse a ellas hasta no contar con una verificación fehaciente.
«Lo que nos dijeron los ex empleados del Banco Mundial origina, por cierto, muchas interrogantes», dijo el director ejecutivo del Comité, Christopher Frenze.
En esta etapa de la pesquisa, el Congreso procura acceder a más documentos. «Veremos cuáles están disponibles y entonces veremos si necesitamos más. En el momento adecuado hablaremos con el Banco Mundial», añadió Frenze.
Saxton, republicano del estado de Nueva Jersey, es desde hace tiempo un gran crítico del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional (FMI). Su comité controla la política económica estadounidense y ha examinado las operaciones financieras de ambas instituciones.
El Banco Mundial y el FMI son dos de los más poderosos arquitectos de la economía del planeta, y están dominados por las naciones más ricas del mundo.
Estados Unidos, la mayor economía mundial, juega, naturalmente, un papel clave en el funcionamiento de ambas, pues el principal accionista en casi todas las instituciones financieras multilaterales.
Según la Oficina de Presupuesto del Congreso, la participación de Estados Unidos en el paquete accionario del Banco Mundial es de entre 14 y 22 por ciento, y en el FMI, de entre 17 y 22 por ciento. El FMI prestó 40.000 millones de dólares en 2003.
«Como existe una potencial exposición de los contribuyentes (estadounidenses) respecto de estas instituciones, es, por cierto, legítimo que el Congreso, que tiene responsabilidad en la salvaguarda del dinero de los contribuyentes, examine estos asuntos», dijo Frence.
El Proyecto de Responsabilidad Gubernamental (GAP), un bufete de abogados de interés público dedicada a proteger a los denunciantes de irregularidades y promueve la responsabilidad estatal y corporativa, dijo que tres empleados del Banco Mundial realizaron acusaciones.
Una de ellos se quejó de maltrato luego de denunciar supuesta corrupción y fraude en un proyecto del Banco Mundial en Africa oriental. Los mecanismos internos fueron inútiles en su caso, aseguró.
GAP indicó que el Banco le asignó luego un nuevo puesto sin ninguna tarea, ni siquiera un escritorio.
El bufete acusó al Banco la semana pasada de alentar «una cultura de corrupción».
«Los gerentes han rechazado continuamente cualquier crítica y tomó duras represalias contra los informantes, arruinando numerosas carreras en el proceso», dijo GAP en una declaración emitida la semana pasada.
Las últimas denuncias se registraron en un periodo crucial para el Banco. La designación del sucesor de Wolfensohn se prevé para las próximas semanas.
Los testigos atribuyeron el grueso de las responsabilidades al Departamento de Integridad Institucional del Banco, órgano creado específicamente para investigar casos de fraude y corrupción.