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Banco Mundial: la guerra por la supervivencia está en marcha

Fuentes: Le Potentiel Kinshasa

Traducido por Caty R.

El Banco Mundial atraviesa el peor período de su historia, constata el Comité para la anulación de la deuda del tercer mundo (CADTM), una ONG internacional que siempre se ha opuesto a la primacía de las opciones ultraliberales de las instituciones del Bretton Woods (FMI y Banco Mundial).

Más débil que nunca, rechazado cada vez por más movimientos sociales y desacreditado por el nepotismo descarado de su presidente Paul Wolfowit, el Banco Mundial sufre al mismo tiempo los asaltos de varios gobiernos de América Latina que están organizando la construcción de un «Banco del Sur» con una concepción radicalmente distinta. ¿Y si el golpe de gracia está próximo? Primero, a causa del fracaso de sus actuaciones desde hace 60 años, el Banco Mundial padece una fuerte desestabilización; y además debe rendir las cuentas sobre numerosos aspectos.

El escándalo provocado por las acusaciones de nepotismo que se refieren al presidente del Banco Mundial, Paul Wolfowitz, amenaza el papel de la institución internacional, estimó la agencia interna del Banco encargada de evaluar su eficacia, en un informe publicado el domingo por el Financial Times. «La institución está en un punto crítico en el que su eficacia en el desarrollo está en peligro por graves problemas de gobernanza que salieron a la superficie recientemente», estima el Independent Evaluation Group (IEG), una unidad independiente integrada en el Banco Mundial que da cuentas directamente al Consejo de Dirección.

«Es vital una resolución rápida y adecuada de este problema para que el Banco siga siendo eficaz en el desarrollo», añadió el grupo en un documento publicado por el Financial Times. Según el diario financiero, el Consejo examinará este informe en el curso de la semana. Otra presión sobre el presidente del Banco: un grupo de 42 antiguos responsables de la institución internacional publicó una carta abierta en el Financial Times el domingo, en la que piden a Wolfowitz que se retire: «Sólo hay una manera de que Wolfowitz pueda seguir colaborando con la misión del Banco: debería dimitir», afirman.

En el centro del escándalo se encuentran los asombrosos aumentos de sueldo concedidos por Wolfowitz a su compañera Shaha Riza, también empleada de la institución. El consejo de administración del Banco, compuesto por 24 delegados de los 185 estados miembros, decidió el viernes emprender una investigación sobre los contratos que Paul Wolfowitz concedió a sus colaboradores más próximos. El informe revelado el domingo advierte de que «nuevos daños que afectasen a la que es una de las instituciones más importantes del desarrollo, pueden causar un daño irreparable a los esfuerzos que se han desplegado por todo el mundo para reducir la pobreza y apoyar el desarrollo».

El nuevo imperialismo

Durante la guerra fría el Banco Mundial utilizó la deuda con un objetivo geopolítico y sistemáticamente apoyó a los aliados del bloque occidental, especialmente a regímenes dictatoriales (Pinochet en Chile, Mobutu en El Zaire, Suharto en Indonesia, Videla en Argentina, régimen del apartheid en Sudáfrica, etcétera) que violaron los derechos humanos y desviaron sumas considerables; y ahora sigue apoyando a regímenes de la misma naturaleza (Déby en Chad, Sassou Nguesso en el Congo, Biya en Camerún, Musharraf en Paquistán, etcétera).

Alrededor de los años 60 el Banco Mundial transfirió a varios países africanos recién independizados (Mauritania, Gabón, Argelia, Congo-Kinshasa, Nigeria, Kenya, Zambia y otros) las deudas contraídas por sus antiguas metrópolis para colonizarlos, contradiciendo totalmente el Derecho internacional.

Una enorme cantidad de los préstamos otorgados por el Banco Mundial sirvió para llevar a cabo políticas que ocasionaron considerables daños sociales y medioambientales (grandes presas a menudo ineficaces, industrias extractoras como minas a cielo abierto y oleoductos, agricultura para la exportación y abandono de la soberanía alimentaria, etcétera), con el fin facilitar, a menor coste, el acceso a las riquezas naturales del Sur.

El buque se vacía

Ya está trazado el camino y se acaban de poner dos primeras piedras en la charca neoliberal: Venezuela anunció el pasado 30 de abril que iba a dejar el FMI y el Banco Mundial. Unos días antes Ecuador había decidido la expulsión del representante permanente del Banco Mundial, Eduardo Somensatto. Porque el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, tiene memoria: en julio de 2005, cuando era ministro de Economía, quiso reformar la utilización de los recursos petroleros de los que una parte, en vez de servir para el reembolso de la deuda, debía servir para los gastos sociales, especialmente para las poblaciones indígenas. En represalia, el bloqueo por parte del Banco Mundial de un préstamo de 100 millones de dólares y las presiones de Washington forzaron a Correa a dimitir. Ofendido declaró que «nadie tiene derecho a castigar a un país porque cambie sus leyes».

Rafael Correa ha sido elegido democráticamente para la presidencia de Ecuador en noviembre de 2006 y acaba de ganar ampliamente el referéndum para la convocatoria de una asamblea constituyente. Con la expulsión del representante del Banco Mundial quiere reafirmar la dignidad y la soberanía de Ecuador frente a una institución que se permite violar sistemáticamente sus estatutos que le prohiben cualquier interferencia en los asuntos políticos internos de un estado miembro.

Varios países de América Latina (Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay y Venezuela) están sentando las bases de dos nuevas instituciones fundamentales: un Fondo Monetario del Sur y un Banco del Sur. Distintos expertos, entre ellos varios miembros del CADTM, participaron en estos debates que contemplan una auténtica modificación de la relación mundial de fuerzas sobre los escombros del Banco Mundial.

Texto original en francés: Le Potentiel Kinshasa.

Faustin Kuediasala es periodista de Le Potentiel Kinshasa.

Caty R. pertenece a los colectivos de rebelión, Tlaxcala y Cubadebate. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, la traductora y la fuente.