La exclusión de familias del sistema financiero formal es un obstáculo para superar la pobreza, según la institución.
Apenas seis de cada 100 dólares de las remesas recibidas por las familias mexicanas son ahorradas, sobre todo en medios informales, fuera de la regulación y supervisión de las autoridades, indicó un nuevo reporte del Banco Mundial (BM). El informe, divulgado este martes, estableció que la exclusión de las familias más necesitadas del sistema financiero formal es un obstáculo para superar la pobreza.
El reporte confirma algunos hechos de los que hasta ahora se tenía alguna evidencia. América Latina es la principal región del mundo en desarrollo receptora de remesas, con 31 por ciento de los 126 mil millones de dólares que se mueven al año en el planeta.
México, con 20 mil millones de dólares anuales de remesas, capta 15.87 del total de remesas del mundo.
»El acceso a servicios financieros puede ayudar a los pobres y a las personas de bajo ingreso a incrementar y estabilizar sus ingresos, construir activos e invertir en su futuro», estableció el reporte del banco Acceso para todos: construyendo sistemas financieros incluyentes.
La publicación del organismo multilateral repasa experiencias en varias partes del mundo sobre el tema relativamente conocido del microfinanciamiento, pero abunda en experiencias que están ocurriendo en diversas partes. Analiza el papel que en este tipo de operaciones, que han mostrado que pueden ayudar a personas pobres a obtener un ingreso y mejorar sus condiciones de vida, juegan los donantes y los gobiernos; cómo ayudar a los clientes más pobres y a los que viven en regiones remotas, así como el potencial de las nuevas tecnologías para reducir costos.
Sobre México el reporte cita que los mexicanos ahorran, independientemente de su nivel socioeconómico, usando mecanismos formales e informales. »La mayoría ahorra pequeñas cantidades para las necesidades de corto plazo, para cubrir emergencias o su consumo».
De 11 posibilidades de medios de ahorro que tienen los mexicanos, sólo dos son formales y nueve informales, como las cajas de ahorro y las tandas. También está extendida la práctica de utilizar un medio formal, como un ahorro bancario para adquirir un duradero combinado con las tandas para las necesidades de corto plazo.
Las personas más pobres, las que viven en áreas rurales y residentes del sur del país, tienden a ahorrar en activos físicos. Las tandas son preferidas por las clases medias, las amas de casa y trabajadores asalariados y, regionalmente, son extendidas en la zona de El Bajío.
El uso de los bancos está sobre todo concentrado en las clases profesionales de más alto ingreso. que vive en el medio urbano y en el norte del país, añadió.
La enorme masa de recursos constituida por las remesas, que en el caso de México representaron 20 mil millones de dólares de ingresos en el último año, puede hacer una mayor contribución a reducir la pobreza si se las moviliza cada vez más a través del sistema financiero, en vez de sólo utilizarlas para fines de consumo, según el organismo.
El reporte indicó que en México y, en promedio en América Latina, sólo entre 6 y 10 por ciento de las remesas recibidas por las familias son ahorradas en bancos o uniones de crédito.
Según el Banco Mundial, los pobres y residentes en lugares remotos son usualmente los principales receptores de remesas, aunque también otros segmentos de la sociedad las perciben.
»Desafortunadamente, una relativamente pequeña proporción de esos fondos permanecen en los sistemas financieros debido a que muchos receptores hacen efectiva la transferencia e inmediatamente la gastan. El reto es atraer a los receptores de transferencias como clientes del sistema bancario», agregó. »Esto puede ayudar a los receptores pobres a mejorar su administración de dinero y construir activos».