Trabajadores asesinados, agredidos en sus manifestaciones, procesados, encarcelados, despedidos, contratación de esquiroles, fábricas cerradas, sin negociaciones sobre un salario mínimo decente.
Gaza, Ucrania, las guerras ignoradas en el África Subsahariana, y ahora, en el ámbito de las relaciones de trabajo, de la dignidad del trabajo, ¡de nuevo Bangladesh! Son gritos dramáticos de exigencia de una gobernanza mundial democrática.
Partiendo de un salario mínimo mensual de 69 euros congelado desde 2018, las trabajadoras y trabajadores de Bangladesh salieron a la calle a mediados de octubre reclamando un salario mínimo decente. Y siguen. En cabeza las trabajadoras de la industria del textil, las que fabrican ropa que viste más de medio mundo. El gobierno lo ha aumentado hasta 102 euros mensuales. Las trabajadoras exigen un mínimo de 190 euros tras los 5 años que lleva congelado. Muchos miles de trabajadores cada día en las calles, principalmente en Dhaka la capital, 4 asesinados en la represión policial, 150encarcelados, 20.000 encausados, huelgas, lockouts, …
Las trabajadoras exigen un mínimo de 190 euros tras los 5 años que lleva congelado
La industria de la confección de este país ocupa a unos 4 millones de trabajadores, mujeres la mayoría, en más de 3.000fábricas. Su producción supone más del 80 % de las exportaciones.
La catástrofe de Rana Plaza convirtió a Bangladesh en referencia mundial para la defensa de la vida en el trabajo, y la ola solidaria que levantó se tradujo en un importante acuerdo internacional que ha supuesto una mejora muy importante en la seguridad del trabajo, también en la elección de comités de seguridad y salud representativos, y en la afiliación sindical. Pero no en el salario.
Por todo ello la actual batalla de la clase trabajadora de Bangladesh por un salario “decente” es una de las más importantes batallas de la clase trabajadora mundial por la dignidad del trabajo. Merece, exige, una respuesta global adecuada. Una respuesta de solidaridad sindical, a la vez que la implicación de las instituciones supranacionales en el necesario camino hacia una gobernanza mundial democrática.
No estamos avanzando en ese camino
Las instancias sindicales supranacionales, la Confederación Sindical Internacional como máxima representación formal de todas ellas, e IndustriALL Global Union como la más directamente implicada, se han limitado hasta ahora a una escasa información de esta lucha sindical, a protocolarios mensajes de solidaridad “de papel” [1], a “peticiones” al Gobierno de Bangladesh para que reconsidere su decisión. Y a nada más, sin ninguna iniciativa, sin propuesta alguna a la clase trabajadora mundial.
En 2015 IndustriALL Global Union lanzó la iniciativa conocida como ACT (Acción – Colaboración – Transformación [2]) al que se han adherido unas 20 de las principales marcas de ropa mundiales y cuyo objetivo principal declarado era conseguir un “salario mínimo vital” en las cadenas de aprovisionamiento. Para ello una de las líneas de trabajo, la principal, era, es, impulsar la negociación colectiva en cada uno de los países proveedores entre la industria local textil y los sindicatos del país. Hasta ahora, a lo largo de los algunos años ya transcurridos, se han realizado múltiples reuniones y se han asignado a las marcas su liderazgo en algunos de los países de referencia.
Pero no se ha cerrado ni un sólo convenio colectivo.
La victoria en la movilización de la clase trabajadora de Bangladesh por el salario sería muy importante, para las trabajadoras y los trabajadores de este país en primer lugar, y también para la clase trabajadora mundial
Sí ha habido ya en estos años movilizaciones sindicales importantes en algunos países reivindicando salarios mínimos “decentes”, vitales, en diversos países, Camboya en particular, también en Bangladesh. Pero hasta ahora lo esencial en todos los casos ha sido la propia movilización sindical del país, sin noticia de iniciativas sindicales transnacionales, ni del proclamado proyecto ACT que tiene ahora la ocasión de acreditarse como una propuesta responsable, seria, y útil.
La actual movilización sindical en Bangladesh, que se desarrolla desde hace casi dos meses, tendría que ser una referencia fundamental, con planteamientos solidarios efectivos, más allá de los saludos y mensajes.
Vista la apatía de las instancias a las que corresponde la iniciativa, no creo que sea demasiado inadecuado plantear algunas sugerencias para desarrollar desde el sindicalismo transnacional y desde el nacional de los países del Norte social, donde consumimos el producto del trabajo de las trabajadoras de Bangladesh:
La exigencia a las marcas mundiales de ropa de un compromiso serio, público y eficaz hacia sus proveedores y hacia el gobierno de Bangladesh. Las embajadas de éste en cada país pueden ser también una referencia a tener en cuenta para la exigencia de la opinión pública mundial, particularmente sindical, de un salario digno en Bangladesh y el fin de todas las formas de represión en este país. Y al mismo tiempo el apoyo económico, la recogida de fondos solidarios para los huelguistas particularmente desde los centros de trabajo.
La victoria en la movilización de la clase trabajadora de Bangladesh por el salario sería muy importante, para las trabajadoras y los trabajadores de este país en primer lugar, y también para la clase trabajadora mundial. Es posible, ¡pero exige una movilización sindical solidaria global!
Notas: