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Bariloche: la lucha por la hegemonía militar en América del Sur

Fuentes: Rebelión

1. Doctrina y Bloque Militar Anti-Monroe La definición de la Doctrina militar Anti-Monroe y la consiguiente formación del Bloque Militar de Defensa Sudamericana (BMDS) —con su centro de gravitación precisado en la amenaza bélica de la política de Uribe-Bush-Obama— esos fueron los dos objetivos estratégicos implícitos en la Cumbre Extraordinaria de los Presidentes de UNASUR […]


1. Doctrina y Bloque Militar Anti-Monroe

La definición de la Doctrina militar Anti-Monroe y la consiguiente formación del Bloque Militar de Defensa Sudamericana (BMDS) —con su centro de gravitación precisado en la amenaza bélica de la política de Uribe-Bush-Obama— esos fueron los dos objetivos estratégicos implícitos en la Cumbre Extraordinaria de los Presidentes de UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas), en Bariloche. No se materializó ninguno de los dos, debido a que la batalla diplomática decisiva entre las dos fuerzas antagónicas (bolivarianas y monroeistas) fue pospuesta por los participantes, para el mes venidero de septiembre.

Para impedir claudicaciones y tibiezas de algunos gobiernos, es necesario que los pueblos, movimientos sociales e intelectuales latinoamericanos crean una gran ola de presión moral y política sobre los gobiernos titubeantes en las dos semanas que vienen, para que los gobernantes, «con patriotismo y dignidad», como decía un reciente manifiesto de la sociedad civil latinoamericana, pongan un ultimátum definitivo a Uribe. O está con el imperialismo y Santander, o está con América Latina y Bolívar.

2. La estratagema de Hugo Chávez: lograr la ausencia de Uribe

Cuando Uribe y sus diplomático s declararon públicamente que las bases militares estadounidenses no eran negociables y que no iban a dar explicaciones a los demás Presidentes en Bariloche, Hugo Chávez asumió una posición lógicamente impecable y políticamente correcta: que en tal caso no tenía sentido que Uribe estuviera en la reunión. Fue entonces, cuando dijo públicamente, que el Estado colombiano era un «narcoestado» y que había una «narcoeconomía» en el país. Ambas afirmaciones son enunciados verídicos, es decir, statements of facts, que surtieron el efecto deseado. Uribe canceló su participación en Bariloche.

3. Cristina Kirchner rescata a Uribe

Sin embargo, e l miércoles, 26 de agosto, el gobierno argentino, necesitado de apoyo financiero del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de una relación conciliadora con Washington —ante su creciente debilidad interna— decidió rescatar la presencia de Álvaro Uribe en la Patagonia. Cristina Fernández de Kirchner misma tomó el teléfono y le garantizó a Uribe que no iba a haber agresiones ni ofensas contra él, durante el cónclave. Con esas aseveraciones de la anfitriona, Uribe reactivó el viaje.

4. El rescate de Uribe causa un nuevo problema

El rescate de Uribe causó un nuevo problema. Dado que es imposible negociar con alguien, que dice que no hay nada que negociar, la presencia de Uribe en Bariloche se redujo al siguiente dilema. ¿En qué forma podían estar siete horas juntas dos fuerzas antagónicas, que no tenían nada que decirse, sin que ninguna perdiera la cara públicamente? El modus diplomático encontrado para resolver ese dilema consistió en permitir la manifestación de todas las posiciones, posponer el enfrentamiento y reunir en septiembre a cancilleres y ministros de defensa.

5. Los gobiernos desarrollistas ante la Doctrina militar Anti-Monroe

En la escala de posiciones de los gobiernos desarrollistas destacaron tres: 1. la de Evo, quién solicitó la prohibición de toda base militar extranjera en la Patria Grande; la deficiencia de este planteamiento es que bloquearía toda instalación militar de un aliado estratégico, como Rusia o China, en América Latina; 2. el planteamiento de Lula, de que Washington expida garantías jurídicas que las tropas no serán utilizadas fuera de Colombia; este planteamiento es tan ridículo que solo puede calificarse como una abyecta cobardía política del gobierno brasileño que se esconde detrás del vanguardismo de los países pequeños, Ecuador, Bolivia, Venezuela; 3. la lírica política que plantea referendos en los pueblos sudamericanos o una zona de paz latinoamericana, como si esto fuera posible ante un proyecto de expansión fascista.

6. Mister Chamberlain, Herr Hitler y el Mariscal Sucre

De algú n lugar del más allá, Mister Chamberlain, Herr Hitler y el Gran Mariscal Sucre estarán observando el proceso de integración y liberación militar de la Patria Grande que en las próximas semanas llegará a su punto culminante. Decisivo en el proceso será si el gobierno brasileño deja la política del appeasement frente al proyecto Uribe-Bush-Obama —o, para ser menos categórico, si respeta el hecho de que los tiempos del general Fabius Maximus Cunctator han terminado– o si permitirá que el proyecto monroeista-hitleriano se impone.

Desde el punto de vista de la Patria Grande no hay otra estrategia correcta y digna posible que la del vencedor de Ayacucho. Es tarea de los pueblos hacerle entender esta verdad a los gobiernos criollos titubeantes.