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Batalla electoral en Venezuela transcurre «milímetro a milímetro»

Fuentes: Prensa Latina

Definido el «voto duro», partidarios y opositores del presidente venezolano, Hugo Chávez, se vuelcan hoy en una ofensiva final para atraer a los indecisos con vistas a las elecciones regionales del 23 de noviembre. El candidato a la Alcaldía Metropolitana de Caracas por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Aristóbulo Istúriz, anunció hoy que […]

Definido el «voto duro», partidarios y opositores del presidente venezolano, Hugo Chávez, se vuelcan hoy en una ofensiva final para atraer a los indecisos con vistas a las elecciones regionales del 23 de noviembre.

El candidato a la Alcaldía Metropolitana de Caracas por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Aristóbulo Istúriz, anunció hoy que esa organización activará 781 «batallones» (grupos) electorales para garantizar la victoria en la capital.

En este momento, dijo, estamos cuantificando la cantidad de «ni-ni» (ni con Chávez ni con la oposición) en cada mesa electoral, para convencerlos que el sistema revolucionario es el mejor camino de cambio.

La valoración de Istúriz coincide con criterios opositores que otorgan a los indecisos la posibilidad de definir el triunfo en varias regiones del país, donde se elegirán 603 cargos, entre ellos 22 de gobernadores, además de alcaldes y consejos regionales.

Ambas partes confían en atraer la mayor parte de un sector estimado en el 30 por ciento que históricamente se abstiene en los comicios regionales.

El PSUV convoca a una amplia votación para garantizar la opción socialista propuesta por Chávez y la oposición hace el mismo llamado con el fin de cambiar el mapa político y frenar el proceso de cambios del mandatario venezolano.

Durante un recorrido por las alcaldías Metropolitana y Libertador, Istúriz indicó que en la recta final la línea estratégica es activar a la gente, para llegar al 23 de noviembre «en un ambiente de motivación y agitación electoral», manifestó.

La polarización de fuerzas y la amplia movilización de ambas partes lleva a algunas encuestadoras a augurar una amplia presencia en las urnas, que bajará el nivel de abstencionismo histórico.

Dado que el 75 por ciento de electores deberá votar con no menos de cinco boletas, la complejidad del sufragio fue identificada como un elemento que podría limitar la participación.

En una coincidencia rara en la política venezolana, partidarios y opositores de Chávez concuerdan en la necesidad de asesorar a los electores y familiarizarlos con el proceso aunque, al mismo tiempo, atrayéndolos a sus respectivas y opuestas posiciones.

El Consejo Nacional Electoral aprobó el uso de la «chuleta electoral» (guía escrita o impresa para la votación) y los partidos iniciaron de inmediato la repartición de sus propuestas de voto.

Varios partidos opositores informaron hoy que distribuirán 10 millones de «chuletas electorales», en un esfuerzo descomunal, si se tiene en cuenta que están inscriptos menos de 17 millones de venezolanos como electores.

En los términos que ambos campos plantean las elecciones, se trata de un enfrentamiento entre el proyecto socialista de Chávez y la propuesta de retomar el camino capitalista.

«Son dos visiones de país y de sociedad la que nos estamos jugando, por ello proponemos un modelo donde el pueblo tenga un papel protagónico. Es fundamental consolidar el poder popular», expresó Istúriz.

En este contexto y alentada por el triunfo en un referendo que el pasado diciembre rechazó una propuesta de reforma constitucional presentada por Chávez, voceros opositores afirman que ganarán de cuatro a 10 de las 22 gobernaciones.

Zulia y Nueva Esparta (actualmente en manos de opositores), así como Carabobo y Sucre (controladas por disidentes del «chavismo») son las plazas que más comúnmente se atribuyen, así como Guárico, donde también el gobernador se pasó a la oposición.

De hecho son cinco estados que se encuentran hoy en el bando opuesto a Chávez y donde se libra una batalla política «casa por casa», como en todo el país, afortunadamente sin incidentes violentos mayores.

Chávez advirtió la semana pasada a sus seguidores que la batalla «es dura», particularmente en el occidental y rico estado petrolero de Zulia, pero confió en que el PSUV puede ganar en los 22 estados.

La pelea es cuerpo a cuerpo, milímetro a milímetro, ganaremos en Zulia, pero será más difícil que ganar aquí, expresó el mandatario en un acto proselitista en el estado de Falcón.