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Bayer, Syngenta – Las multinacionales extraen recursos biológicos de África sin devolver los beneficios

Fuentes: Ecoportal.net

Decenas de multinacionales biotecnológicas y farmacéuticas occidentales se están haciendo ilegalmente con recursos biológicos de África para desarrollar en sus laboratorios productos muy lucrativos cuyos beneficios no revierten en sus países de origen, violando con ello la Convención sobre Biodiversidad de la ONU, según denuncia un informe conjunto estadounidense y sudafricano publicado hoy por el diario londinense ‘The Independent’

Decenas de multinacionales biotecnológicas y farmacéuticas occidentales se están haciendo ilegalmente con recursos biológicos de África para desarrollar en sus laboratorios productos muy lucrativos cuyos beneficios no revierten en sus países de origen, violando con ello la Convención sobre Biodiversidad de la ONU, según denuncia un informe conjunto estadounidense y sudafricano publicado hoy por el diario londinense ‘The Independent’.

El informe revela que las multinacionales rastrean todo el continente africano en busca de muestras, tanto de plantas como de bacterias, que posteriormente procesan en sus propios laboratorios. Con esas muestras, las empresas desarrollan productos patentados particularmente lucrativos, ya sean plantas para los jardines de Europa, remedios naturales contra la impotencia o incluso productos que sirven para decolorar pantalones vaqueros de diseño.

La Convención Internacional sobre Biodiversidad, aprobada en 1992, establece que los Estados tienen plena soberanía sobre sus propios recursos naturales y aboga por el aprovechamiento justo y ecuánime de los beneficios procedentes del desarrollo de los recursos genéricos, según recordó al diario londinense un alto miembro del secretariado de la Convención (con sede en Canadá), Arthur Nogueira.

En algunos casos, citados por el informe, las propias compañías han aceptado que sus productos proceden de recursos naturales africanos, pero lo han justificado con el argumento de que los beneficios deben recaer en quienes los desarrollan biotecnológicamente y no en los países de origen de la materia prima. Por ello, según el informe, no hay indicios de que las empresas hayan compensado económicamente a los países de los que proceden.

«Es una nueva forma de pillaje colonial», declaró Beth Burrows, del instituto estadounidense Edmonds, una de las organizaciones autoras del informe. «El problema es que vivimos en un mundo en el que las empresas suelen apropiarse de lo que quieren y donde quieren, y nos transmiten la idea de que lo hacen por el bien de humanidad», añadió.

«Es una total falta de consideración y de respeto hacia los recursos de África. Nuestros descubrimientos son sólo el producto de un mes de investigación, imagine qué hubiéramos descubierto en dos años», afirmó Mariam Mayet, del Centro Africano de Biodiversidad, la organización sudafricana coautora del estudio.

Compañias citadas

Entre las compañías citadas en el informe figuran la firma británica SR Pharma, que se hizo con la patente de una bacteria recogida en Uganda durante los años setenta y que se utiliza para desarrollar un tratamiento contra enfermedades virales crónicas, incluido el sida. El director de SR Pharma, Melvyn Davies, confirmó a los autores del informe que la empresa en ningún momento ha ofrecido el producto o ni siquiera compensaciones financieras a Uganda.

«Si usted se encuentra una sustancia natural en la calle, ¿debemos suponer que pertenece al país en el que la encontró?», declaró. «La cuestión no es dónde aparece el producto, sino el trabajo que se ha invertido para desarrollarlo. ¿Debe llevarse Uganda los beneficios que ha generado si no ha invertido en su desarrollo?», añadió.

Otra compañía mencionada en el informe es Bayer, que consiguió un tipo de bacteria en el Lago Ruiru de Kenia con la que ha desarrollado un fármaco contra la bacteria, patentado como ‘Precose’ o ‘Glucobay’. El producto ha generado 218 millones de euros, pero Kenia no ha recibido nada en compensación. Una portavoz de Bayer, Christina Sehnert, ha confirmado que el producto procede de una bacteria keniana, pero añadió que «no se está utilizando el original, lo que se ha patentado es el producto biotecnológico».

La californiana Genencor International también ha utilizado microbios procedentes desde 1992 de Kenia, concretamente del Valle del Rift, para desarrollar enzimas que se utilizan como decolorantes para pantalones vaqueros.

Otro caso citado en el informe es el de la compañía canadiense Option Biotech, que ha patentado semillas procedentes de Congo –‘Aframomum stipulatum’– para el desarrollo del medicamento contra la impotencia Bioviagra.

El estudio incluye también el caso de la planta ‘Impatiens usambarensis’, recogida en los montes Usambara de Tanzania y de cuya patente se ha apropiado la suiza Sygenta para la producción de una planta de jardín. En 2004, Syngenta obtuvo 85 millones de euros por su venta, pero el Gobierno de Tanzania no ha obtenido ningún beneficio de ello.