El primero en abrir una investigación sobre el entonces BBV es el FBI estadounidense, en 1999. En 2001 el Banco de España abre otra investigación que poco más tarde será detenida y retomada por lo penal por la Audiencia Nacional española. Mientras el FBI inició su proceso en respuesta a la acusación realizada por el […]
El primero en abrir una investigación sobre el entonces BBV es el FBI estadounidense, en 1999. En 2001 el Banco de España abre otra investigación que poco más tarde será detenida y retomada por lo penal por la Audiencia Nacional española. Mientras el FBI inició su proceso en respuesta a la acusación realizada por el ex subdirector de la filial puertorriqueña del BBV de la que irradiaron buena parte de las operaciones, y a la búsqueda de vínculos con el narcotráfico, el Banco de España lo hizo con ansias de tapar un grave error de supervisión al descubrir que el BBVA había aflorado una gran cantidad de dinero opaco de una de sus filiales en un paraíso fiscal que tenía por objeto negocios también opacos.
A su vez, la Audiencia Nacional y la Fiscalía Anticorrupción españolas iniciarían sus indagaciones a raíz de hurgar en corruptelas ligadas a la Expo 92 de Sevilla que les conducirían al BBV Privanza y a encontrar -por cierta casualidad, según el propio juez Garzón- uno de los hilos de toda una trama internacional.
¿En qué países? Más allá de Colombia, Puerto Rico, España o Panamá, los países involucrados en el megacaso del BBVA serían los paraísos fiscales de las islas de Jersey (Reino Unido), Gran Caimán y Suiza, y en el continente americano tendría implicaciones de diversa gravedad sobre México (Probursa), Perú (Continental), Venezuela (Provincial), los Estados Unidos (Bank of New York), e incluso derivaciones menos documentadas hacia Chile y Cuba. En total, 13 países, una corruptela harto globalizada.
Los principales protagonistas son algunos directivos y altos ejecutivos del BBVA, algunos personajes mafiosos locales, altos dirigentes políticos que reciben apoyos o prebendas económicas del banco, el Secretario de Estado de hacienda español Rodríguez Ponga (Partido Popular), y Nelson Rodríguez, el testimonio protegido motivado por una cierta necesidad de ‘abrir el melón’ difícil de esclarecer.
La compra irregular del Banco Ganadero, por ejemplo, no fue más que la derivación colombiana de una trama aún más compleja, de distintas puntas, que el BBV habría urdido, según algunas opiniones, para hacerse con el control de algunas plazas bancarias principales en México, Perú, Colombia y Venezuela; para evadir impuestos, en especial al fisco español; para deshacerse ‘amistosamente’ de algunos directivos que en los distintos procesos de fusión confluirían en el BBVA y que serían incómodos o redundantes en el consejo de administración del grupo. Según la Fiscalía Anticorrupción, el Banco Ganadero fue adquirido en posición preferente por el BBV a personajes asociados al narcotráfico y al paramililtarismo (entre ellos el llamado ‘Zar de las Esmeraldas’), a cambio de blanquearles dinero de procedencia irregular.
De forma inexplicable, el juez de la Audiencia Nacional Grande-Marlaska, sustituto de Baltasar Garzón, archivó el caso Probursa en 2001, y en 2005 repitió con la investigación al BBVA por supuesto blanqueo de dinero del narcotráfico y el paramilitarismo (Operación Fidugán), señalando que las diligencias llevadas a cabo hasta entonces «no han ofrecido resultados positivos desde la perspectiva incriminatoria».